Si ayer el medio era el mensaje, hoy lo característico es la masa de medios, lo cual tiene repercusiones tan importantes como
el paso de la tertulia de café y los panfletos del siglo XIX a los medios de
comunicación como industria.
una imagen similar mostró Alves |
Para Alves, en el caso de la multiplicación mediática, como también
para Castells, que analizó magistralmente el poder de comunicar[2],
en el nuevo panorama, el poder no está en los canales sino en los flujos y redes.
“No hay lugar para la arrogancia del cactus”. En mi interpretación
criolla (no atribuible por tanto a Alves),
se vislumbra el fin de la era de los caudillos y
pontífices de las mesas de trabajo audiovisuales y de la versión en papel de
los medios de comunicación, a los cuales hizo referencia Pierre Bourdieu[3].
Gráficamente, Alves (después
de recordar que a Sócrates le aterraba
la escritura frente la oralidad, lo expresó con dos imágenes vigorosas: un desierto
árido, de cactus que se elevan,
solitarios y prepotentes en el desierto; y la nueva “selva” tropical de vegetación
exuberante y multitud de vehículos de comunicación (de matas, para seguir en su
acertada metáfora, y que por favor, imagínense)
En Colombia, nuestro
apego a los medios tradicionales oligopólicos y concentrados, lleva a poca
reflexión sobre la revolución (ese
es el término que utiliza el brasilero- norteamericano Alves) que lo digital está
produciendo.
Porque con celulares y tabletas se está introduciendo poco a
poco una lógica comunicacional por lo que llama “nueva extensión de la mente que
nos conecta de manera diferente” y que en el futuro nos llevará a evolucionar
en nuestro ecosistema biológico, no solo el mediático. El ser humano ya es casi un “ciborg” preludio de una mutación de la especie
humana. http://es.wikipedia.org/wiki/Ciborg
Sin ir tan lejos hacia
el futuro, existe ya consenso en el sentido de que en esa selva exuberante que multiplica la
información y los datos, lo más importante va a ser el contenido la capacidad de selección. En otras palabras,
se tienen que acabar los noticieros que repiten exactamente las mismas noticias,
acuden a las mismas fuentes, es decir el viejo esquema del periodismo demasiado
instalado en nuestros medios.
En ese paisaje exuberante, lo que hace un montón de años algunos
precursores hoy olvidados como Ben Baddikian
consideraban saturación, se convierte en realidad.
¿La versión fatalista?:
los seres humanos nos volveremos cada vez más bobos.
¿La versión optimista?:
se nos abren nuevos horizontes y
tendremos menos dependencia mediática de lo que hoy nos satura.
De todas
maneras, el cambio de paisaje implica
una radical transformación de lo que significa el periodismo (empezando por la
palabra misma, que implica algo periódico, cuanto los flujos son característicos
de la nueva era).
Sigue con una reconsideración de la manera como se enseña
(pasar del sobre proteccionismo de las carreras de periodismo, a lo pluridisciplinario.
En una época anterior, hoy desueta, se consideró que la comunicación
era algo baboso y que el periodismo era la verdadera “ciencia”. Hoy se vuelve
al término comunicación, depurado de sus discursividades teóricas.
La manera de innovar supone entonces un cambio de la
mentalidad de los egresados, si quieren sobrevivir a la competencia.
¿Cómo? Para Alves (y por cierto lo mismo dije en la Santo
Tomas hace quince días, lo cual simplemente refleja un consenso académico sobre
la necesidad de sacudir) los egresados
deben abandonar el sueño de trabajar en RCN, Caracol, El Tiempo y similares,
para dedicarse a lo que Alves llama los “Start ups” y en lenguaje criollo micro
empresas sostenibles sobre temáticas específicas.
Eso implica que los
estudiantes de “periodismo” deberán aprender programación y que los futuros
micro empresarios de la comunicación emanados del periodismo deberán aliarse con
filósofos, antropólogos y cuentistas o
científicos sociales, pero además con ingenieros,
diseñadores digitales etc, para ser competitivos.
Aves prevé que a la televisión
le pasará lo mismo que hoy a los medios escritos los cuales, demostró, están en
franca decadencia (no sólo porque continúan llamándose “prensa”)
Se trata de un reto
inmenso para facultades todavía ancladas en el esoterismo de la comunicación o
en el gueto de formar periodistas “puros” en pre grado (lo que, por cierto no
se sabe muy bien que quiere decir). Pero
ante el reto, la academia tiene las ventajas de su capacidad de generar investigación
empírica ; de tener más tiempo y menos velocidad; y ser lo que llamó “ fuente de la juventud”.¿
Cambiará?
Es un reto también
para los propios medios, cuyo poder va a
declinar. Tendrán que adaptarse a lo que Alver llama “paquetes abiertos de
medios”, mucho más allá de lo multimedial que, por cierto, exprime a los
reporteros o carga ladrillos.
Es el reto de afrontar el creciente desempleo de
la cantidad de egresados no innovadores,
para utilizar una expresión de moda.
Es el reto para los publicistas que ven declinar la
inversión (-20%) de manera exponencial
en el esquema tradicional de
avisos.
Y es un reto sobre todo para los ciudadanos, que van a
encontrar en el análisis de medios una herramienta para desapegarse de lo desueto.
[1] “ Uno de los más importantes
pensadores e la comunicación y el periodismo digital en
occidente” según la invitación
(entrada libre ) de la Pontificia Universidad Javeriana,
director del centro Knight para el periodismo de las Américas de la Universidad
de Texas
[2] Castells Manuel , un autor fundamental en la era de la comunicación. Entre otros libros,
“la galaxia Internet”, la era de
la Información ( 3 tomos) y el
último “ el poder de la comunicación”
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