jueves, 6 de febrero de 2014

¿DARÁ SUS FRUTOS LA ESTRATEGIA DE DILUIR, INFUNDIR MIEDOS, DESCALIFICAR?

http://bit.ly/1d0LH5S



Si no  hubiera sido por la Revista Semana,  no se habrían conocido los excesos  en la tarea  de fuerzas de inteligencia,  que todavía no sabemos  en qué consistieron ni si existen.  Solo nos lo dirán  los discos duros  y las  (¡2000! al parecer) horas de video.

 Los servicios de inteligencia y contrainteligencia [1] existen en todo el mundo  y hacen  operaciones encubiertas, no solo  en sus países de origen sino  en  los demás.

Pero el “escándalo”  en Colombia  ha  agudizado la  verborrea  y pone  los reflectores  sobre  algunos aspectos, lo que minimiza la importancia de otros. 

¿Saldrá de    todo aquello un “paquete Chileno”? 

 Como  todo el mundo se puso  a pontificar sobre el tema,  cada quien lo hace según  su propio reflector,  que  se focaliza  en  impresiones y no en hechos: 
·  
  •  Las FARC por ejemplo, salen a decir  que  lo grave no es que los chuzados  sean los de la delegación gubernamental, sino  ellos.  ¿Por qué es  grave?  En  el misterio está la gracia de una  inflada mediática… 
  •     A esa inflada  que bajará como espuma contribuye el  diarreísmo verbal de  los periodistas de mesa,  es decir, los que no hacen reportaría  y  demuestran  un  grado de “investigación “ que va  desde el chisme hasta la  mala leche de desprestigiar  a los que sacaron el tema ( léase Revista  Semana y  quienes  se  dedicaron a rastrear  al dueño del restaurante)
  • Como las versiones testimoniales  están de moda,  aparecerán un sinfín de testigos que  dirán esto o aquello.
  • La oposición uribista  ya  se apresuró  a subir  al bus del escándalo sin  recordar que  su ex jefe del DAS  está en peculiar  asilo  político, y que los señores. De  Narváez y Noguera  fueron quienes  fueron.
  •   El gobierno separó del cargo a las cúpulas, dejando la impresión de que  hay gato encerrado  y luego advierte  que las fachadas  son  legales.
  • No falta quien  asegure  que todo es un montaje [2]y - dependiendo de  sus afinidades-  acuse  a  la oposición, al  gobierno, o a  los militares de un “complot”  que nadie sabe en qué consiste.
  • Como nadie sabe nada, salvo los delincuentes, se producen  las más  curiosas interpretaciones,  pero  no se explica  ni el por qué ni el para qué.  En el  caso de  los todavía mal llamados “chuzados”,  la diarrea  verbal  especula  pero no  argumenta  motivaciones  más allá de  referirse a las “fuerzas oscuras”
  • Concretamente  en el caso de las negociaciones  de La Habana las especulaciones  inflan  la envoltura, que por ahora, y salvo el punto 1  del acuerdo, parece  predominar sobre  el contenido.
  •  En todos los sectores y especialmente en el periodismo audiovisual   se  abusa del término  “supuesto”  para curarse en  salud  y  como  “fuerzas oscuras” indica que no hay verdades  comprobables,  sino que cada cual, en  el afán de no quedarse atrás en declaraciones  utiliza a su antojo.
  • Pero la  maña periodística de  “Supuestizar” todo lo que se denuncia, demuestra tan solo que  hay  muy poca investigación y  que la respo9nsabilidd  social  no se aplica cuando se   colocan temas en la agenda.
·         Semana ha dicho que su investigación duró y año y que tiene las pruebas. La presunción  de calidad  periodística se le aplica a la Revista Semana  y a su dedicado y discreto investigador mientras  no se demuestre lo contrario,  pero  hasta ahora al menos,  las demás  repercusiones de lo  descubierto son  simple carreta.

 Conclusión: Como todo el mundo  se apresura a decir que las  chuzado-hackeadas  son muy graves, los  “supuestos” chuzado-hackeados se sienten importantes. Pero  ¿por  qué,  cuando asesinan  a líderes de restitución de tierras  no hay la misma indignación en Bogotá? ¿No será por comodidad mental?



[1]  que, por cierto,  a veces parecen brutos  o integrados   a veces  también por  algunos   individuos más brutales que inteligentes)   
[2] Palabra que como complot también  está de moda

No hay comentarios:

Publicar un comentario