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Si no hubiera sido
por la Revista Semana, no se habrían
conocido los excesos en la tarea de fuerzas de inteligencia, que todavía no sabemos en qué consistieron ni si existen. Solo nos lo dirán los discos duros y las (¡2000!
al parecer) horas de video.
Los servicios de
inteligencia y contrainteligencia [1] existen
en todo el mundo y hacen operaciones encubiertas, no solo en sus países de origen sino en los
demás.
Pero el “escándalo” en Colombia ha
agudizado la verborrea y pone
los reflectores sobre algunos aspectos, lo que minimiza la
importancia de otros.
¿Saldrá de todo aquello un “paquete Chileno”?
¿Saldrá de todo aquello un “paquete Chileno”?
Como
todo el mundo se puso a
pontificar sobre el tema, cada quien
lo hace según su propio reflector, que se
focaliza en impresiones y no en hechos:
·
- Las FARC por ejemplo, salen a decir que lo grave no es que los chuzados sean los de la delegación gubernamental, sino ellos. ¿Por qué es grave? En el misterio está la gracia de una inflada mediática…
- A esa inflada que bajará como espuma contribuye el diarreísmo verbal de los periodistas de mesa, es decir, los que no hacen reportaría y demuestran un grado de “investigación “ que va desde el chisme hasta la mala leche de desprestigiar a los que sacaron el tema ( léase Revista Semana y quienes se dedicaron a rastrear al dueño del restaurante)
- Como las versiones testimoniales están de moda, aparecerán un sinfín de testigos que dirán esto o aquello.
- La oposición uribista ya se apresuró a subir al bus del escándalo sin recordar que su ex jefe del DAS está en peculiar asilo político, y que los señores. De Narváez y Noguera fueron quienes fueron.
- El gobierno separó del cargo a las cúpulas, dejando la impresión de que hay gato encerrado y luego advierte que las fachadas son legales.
- No falta quien asegure que todo es un montaje [2]y - dependiendo de sus afinidades- acuse a la oposición, al gobierno, o a los militares de un “complot” que nadie sabe en qué consiste.
- Como nadie sabe nada, salvo los delincuentes, se producen las más curiosas interpretaciones, pero no se explica ni el por qué ni el para qué. En el caso de los todavía mal llamados “chuzados”, la diarrea verbal especula pero no argumenta motivaciones más allá de referirse a las “fuerzas oscuras”
- Concretamente en el caso de las negociaciones de La Habana las especulaciones inflan la envoltura, que por ahora, y salvo el punto 1 del acuerdo, parece predominar sobre el contenido.
- En todos los sectores y especialmente en el periodismo audiovisual se abusa del término “supuesto” para curarse en salud y como “fuerzas oscuras” indica que no hay verdades comprobables, sino que cada cual, en el afán de no quedarse atrás en declaraciones utiliza a su antojo.
- Pero la maña periodística de “Supuestizar” todo lo que se denuncia, demuestra tan solo que hay muy poca investigación y que la respo9nsabilidd social no se aplica cuando se colocan temas en la agenda.
·
Semana ha dicho que su investigación duró y año
y que tiene las pruebas. La presunción
de calidad periodística se le aplica
a la Revista Semana y a su dedicado
y discreto investigador mientras no se demuestre lo
contrario, pero hasta ahora al menos, las demás
repercusiones de lo descubierto
son simple carreta.
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