Tomado de El Espectador |
Una es el símbolo de la creatividad, la otra es un sitio de culto religioso.
Una es el reconocimiento de la cultura universal como una realidad laica, la otra un ritual en que, por el sitio, lo religioso predomina, como bien lo demuestra el Requiem.
·
Una es
el respeto
a la diferencia entre Iglesia y el
Estado, que no es confesional en México, pero
tampoco en Colombia, aunque nuestra
Constitución reconozca la existencia de
Dios.
·
Uno es un acto protocolario pero abierto (aunque no entraran
todos los que quisieron entrar); el otro es un acto protocolario y cerrado, como bien lo describió la crónica de El Espectador.
Y con razón las trinadoras Gloria Mestre
y Gloria Ortega, expresaron: ¿Será que Bogotá es la misma capital del Virreinato de
la Nueva Granada? ¿Cuál es nuestra cultura? (Mestre). “Homenaje en Catedral es un acto de los
cachacos para los cachacos, privado, excluyente y perfumado de hipocresía”
(Ortega).
La
desigualdad colombiana se traduce también en el elitismo en las manifestaciones culturales:
·
Los expertos en la obra de García Márquez no son colombianos, su mayor biógrafo tampoco: ¿será porque
nuestro intelectualismo es más de
mostrar que de crear, o lo light termina por esconder a los sabios, que también escasean, al menos en Gabología?
·
El “yoismo" insoportable de los “amigos” de
Gabo fue inversamente
proporcional a su cercanía afectiva, y
llenó de vacíos la transmisión en
directo.
·
¿Por qué
“descubrimos” con el funeral que a García Márquez no se le lee en los colegios colombianos?
·
Su
obra no se consigue fácilmente
en las librerías colombianos por
obra y gracia de la editorial colombiana Norma, fomentándose así la pirateada.
·
Los representantes de lo cultural en
Colombia tienen el dudoso
arte de estar pontificando
como representantes de la cultura
colombiana en todos los eventos culturales – léase páginas
sociales.
·
Nuestro
elitismo cultural lleva a que
quienes “hablaron” de García
Márquez, se solazaron en
relatar cómo él los conoció a ellos
y no, salvo muy pocas excepciones, en reflexionar sobre su obra. (“yo lo conocí”, “yo me tomé un trago con él”, “casi nos atropella un camión”etc. etc.)
Conclusión:
Muerto o vivo, García Márquez será un genio universal, no porque su genialidad brotara de la nada. No porque fuera tan “light” como lo pintan, sino por su rigor, su disciplina, y sus esencias fundamentales. No por el estereotipo que se afianzó en estos días con las mil veces mostrada imagen de él bailando un vallenato, sino por su precisión en el uso de cada palabra.
Muerto o vivo, García Márquez será un genio universal, no porque su genialidad brotara de la nada. No porque fuera tan “light” como lo pintan, sino por su rigor, su disciplina, y sus esencias fundamentales. No por el estereotipo que se afianzó en estos días con las mil veces mostrada imagen de él bailando un vallenato, sino por su precisión en el uso de cada palabra.
Conclusión :
Las frases del propio García
Márquez, el sutil carpintero de la palabra,
recogidas como mejor homenaje por
su amigo Enrique Santos Calderón le ponen
el tatequieto a los excesos discursivos que inundaron
estos días :
- “No hay nada que se parezca más a la soledad del poder que la soledad de la fama”.
- “Siento una gran fascinación por el poder y no es una fascinación secreta”
- “ Mi color preferido es el amarillo del mar del Caribe a las tres de la tarde, visto desde Jamaica”
- “ Mi recuerdo más vivo y más constante no es el de las personas , sino el de la casa de Aracataca donde vivía con mis abuelos”
- “Detesto la vida intelectual, los congresos de los escritores, las conferencias y charlas literarias por televisión”
RECOMENDADO: Leer a Gabo, más que hablar
de él. Leer con calma y tranquilidad los especiales que publicaron en Colombia y en todo el mundo los periódicos y
revistas. Pero, sobre todo, leer o
releer la obra literaria y
periodística de García Márquez, en vez
de extasiarse con la pobretona construcción que los demás han hecho de su ser humano.
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