carátula de un libro recomendado para combatir la estupidez |
Desde los años de Upa, tanto en
el ya ejercido periodismo como
en la academia ( lo
saben Carlos Lemoine, Gallup , pasando por Napoleón Franco y
ahora el encuestador de moda , el Dr. Cesar Caballero, de Cifras y
conceptos) , he controvertido las
encuestas como reductoras de opinión.
¿Por qué? Por muchas razones, entre las cuales:
·
Son
polarizantes entre el sí y
el no. El “no sabe” (a veces igualado con el “no opina”) es
simplemente un añadido por los requerimientos de la estadística.
·
Las
encuestas políticas le hacen
juego a inmovilismo al desconocer los factores de cambio. No reflejan
programas, sino cúpulas; no reflejan solidaridades, sino rebaños.
·
Son
propiciadoras de caudillismo, al centrarse en los héroes fabricados por la imagen y nunca
en sus subalternos. “Encasillan”
la política colombiana en un puñado de personas, con lo cual
refuerzan la concentración de oportunidades en unos
pocos , el poder de los clanes y de los apellidos, sin discriminación de capacidades . Los porcentajes se miden en términos de Santos,
Peñalosa, Lleras (Vargas), Uribe etc...
·
Son inmediatistas
y, por lo mismo, estimulan lo efímero. Y lo efímero estimula, a su vez, la percepción superficial por la imagen (que viene del latín, imago, mascara), más que el análisis de los acontecimientos.
·
Son
manipuladoras de opinión, como ha sucedido con el voto en blanco. Al ponerlo por encima o casi
de los candidato magnifican su incidencia en la vida política, que no es
real ( sería un buen tema de tesis de maestría o doctorado)
·
Su punto de
partida es la competencia, no los contenidos. Ponen
a los ciudadanos como si fueran
fans de partidos de fútbol, o en un estado emocional similar al de los apostadores de las carreras de caballos.
·
De esta
manera, se oponen a la formación ciudadana para el debate público de
los temas nacionales y de interés común.
·
Encuestas como las del “gobernador del mes”, o el
“Alcalde del mes” ( CM&, para más señas) no estimulan la reflexión sino la
pasividad .¿ qué diablos le importa
a un ciudadano que el alcalde “le gane” a otro por cinco puntos ? ¿Qué incidencia tiene sobre la
manera como se administra una ciudad o
un departamento? ¿Necesitábamos que nos
dijeran en porcentajes comparativos
que Guerra Tulena es un desastre?
Pero, además,
el problema con las encuestas no radica
tanto en la ficha técnica como en las preguntas. ¿Por qué? Veamos:
·
La
ficha técnica ha mejorado, en particular en el caso de Cifras y
Conceptos, aunque se aplican las
metodologías de marketing consumista. Pero allí no está el meollo de la idiotización de la ciudadanía.
·
La neutralidad de las encuestas es aparente,
sobre todo en las preguntas formuladas, que se limitan a aspectos
como imagen favorable, desfavorable o no lo conoce, lo que no permite evaluar capacidades.
·
Esa
“neutralidad” favorece la imagen, es decir
la “máscara” de los candidatos,
lo que opaca, por ejemplo su capacidad o incapacidad operativa. El
ejemplo más significativo es el que
llevó a la ciudadanía a equiparar la indudable
capacidad discursiva y argumentativa de Petro como Senador, con su
capacidad ejecutiva como administrador.
·
La importancia que le dan los medios a las
encuestas sin cuestionarlas, considerándolas como la verdad revelada en tiempo y en espacio.an
facilitado la tarea de las “mesas
de trabajo”, pero desestimulado la investigación periodística.
·
Han ocasionado pérdida de rigor de los analistas académicos que se basan en ellas.
·
En otras
palabras, las encuestas evitan que
cada cual se pregunte sobre su inteligencia y madurez política , cuestione los estereotipos que construye
en relación con la política, o los ingredientes que conforman su concepto primario de
Nación o democracia , o paz
(Continuará, cuando salga
cualquier encuesta política)
RECOMENDADO : Zigmunt Bauman, “ En
busca de la política”, tercera
reimpresión ( 2007, Fondo de Cultura Económica): cómo las estructuras económicas son cada
vez más alejadas de las políticas,
entre otros temas. Y las falsas soluciones que, como trampas, se le tienden a
las angustias colectivas. No trata de las encuestas, sino que permite darles el contexto que esconden.
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