jueves, 8 de mayo de 2014

¿POR QUÉ DIABLOS SOMOS TAN ADICTOS A LA PELEADERA?




Desde luego,  estamos de  acuerdo con la  más probable respuesta: porque en la generación del espectáculo (cuyo análisis, por cierto, no  se inició con  el admirado Vargas Llosa), la imagen es la que  predomina. Lo audiovisual no admite  conceptualizaciones muy profundas, sino   que tiene  como prioridad   el impacto inmediato.

Sin embargo,  hay razones que, en el  clima  colombiano, adquieren    más  vigencia. Veamos:

   
  •    Se  privilegia el interés  personal sobre el colectivo: como en buena parte de Latinoamérica, nuestra cultura es caudillista. No  existe “tejido social”para utilizar una frase de cajón.    
  • Las llamadas “comunidades de sentido”  (expresión del francés Michel Maffessoli)   se aglutinan por temas  específicos  basados en intereses personales. La   “creación” del movimiento (¿partido?)  Unión Centro Democrático, sus orígenes y sus quiebres  es el ejemplo más   significativo. Lo mismo sucede  con Cambio  Radical,  Vargasllerista, el partido Verde  etc. etc. En cuanto a los tradicionales “liberales" y “conservadores, ni hablar: se trata de grupúsculos en competencia interna, por inexistencia de  programas.
  •   El culto a la inmediatez:   es consecuencia del espectáculo, propiciado por la concentración de medios  y la prioridad del rating  (tema tan  trajinado que   da vergüenza  volver  sobre él
  • Como la política y los medios  tienen un imaginario caudillista,  sus “actores” se han vuelto incapaces de  concretar  temáticas con cifras.  Es lamentable la   pobreza  argumentativa cuando se les junta como  hoy en El Tiempo para  comparar  sus propuestas    sobre el tema del empleo, por ejemplo.
  •   Por el clima caudillista,  no se tiene  en cuenta con qué equipos va a gobernar potencial caudillo. Por lo menos, una excepción   está  en  la foto de la candidatura  presidencial   de Peñalosa. Pero, además de Uribe, ¿cuál es  el “equipo”  de Oscar Iván Zuluaga y cual el del Presidente –candidato-
  • Las raíces de la peleadera son entonces culturales  y crónicas.  ¿maneras de cambiar mentalidad?

Ø  No tragar entero , como decía el cofrade Palacio Rudas
Ø  Hacer  bajar el rating   con zapping  cuando  hay peleadera de los mismos  con las mismas en los medios audiovisuales ( ejemplo: Hora  20)
Ø  Enviar  mensajes de protesta ( educados) a las direcciones de los noticieros y  sedes políticas
(Continuará)

RECOMENDADOS:   “Vida y muerte de la Imagen”, de  Regis Debray; y, para la explicación de  nuestro    contemporáneo  “destierro de la información, pérdida de capacidad autónoma de reflexión, incapacidad para la elaboración independiente de conclusiones…”, el libro de Pascual  Serrano,  “LA COMUNICACIÓN JIBARIZADA”, cómo la  tecnología ha cambiado nuestras mentes, Ediciones Península, Barcelona, 2013



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