El poder de los bastones de la Guardia |
Cuando le pregunto a un miembro – amenazado- de la Guardia Indígena Nasa, por qué no se dedica a otra labor, es contundente:
-Porque si me voy
de la Guardia, me matan.
Su respuesta, en una
sociedad individualista, puede
parecer egoísta. En una
comunidad sólida - a pesar de
sus quebrantos- como la Nasa, cuando observo la dignidad del Guardia
que así me habla , el sentido es muy distinto:
encuentra en la valoración colectiva e pertenencia el fortalecimiento y el apoyo a su propia valentía.
“Soy porque somos”-
decía el asesinado padre Álvaro Ulcué Chocué, como ahora también lo sienten los liderazgos de la comunidad.
La libertad cuesta (mural de Jafeth) |
Por eso, el bastón
de cedro y sus cintas de colores tienen una simbología tan fuerte, que ha sido capaz de imponerse no solo a las FARC sino,
también, a los paramilitares y a los militares. No se ha impuesto, en cambio, a los
cultivos de marihuana, por una razón
sencilla: porque se han ido infiltrando insidiosamente en la comunidad, como
los milicianos de las Farc (“dos o tres por cada vereda”, -me dicen), o como las consecuencias del asistencialismo estatal, que empiezan a preocuparlos.
Sobre la marihuana, que los jóvenes han empezado a
consumir y que se ha vuelto un cultivo a
cielo abierto sin connotaciones morales, no se debate aquí si es o no medicinal:
es una evidencia. Me pone de presente
que el problema no es ya de conexidad política, como lo quiso plantear la chispita mariposa lanzada por Santos en su entrevista de RCN. En muchos sitios urbanos pero, sobre todo rurales, es una conexidad
social.
A diferencia de la coca y para Estados Unidos, la marihuana está en transición,
puesto que ha sido legalizado su cultivo
en varios estados norteamericanos. Pero aquí, en este Toribío que reencuentro después de veinte años, las mafias de afuera (que empezaban a gestarse,
en ese entonces, coligadas con el
paramilitarismo) convertidas hoy en
bandas criminales, son ahora las que
ponen el precio, las que pagan a los
jornaleros y a los cultivadores que han
caído en la tentación.
Mujeres y paz |
En veinte años, estos y otros quebrantos se han multiplicado tanto
como las evidentes fortalezas-
mejoramiento del nivel educativo, apoyo estatal en salud con una EPS indígena,
ejercicio a lo largo de 19 años de
alcaldías indígenas sin
corrupción, después del clientelismo y la corrupción de las alcaldías de los
partidos políticos en el pasado.
Los Consolatos han sido fundamentales |
Pero, sin duda, hay grietas
que se van abriendo entre los más
ricos y los más pobres, aunque sin la
desigualdad general en Colombia,
y con una diferencia: en vez
de pelear , terminan
aglutinándose cuando la comunidad está
en riesgo. Así sucedió
luego de que asesinaran en
noviembre a dos miembros de la Guardia Indígena.
Ayer como hoy,
sigo admirando la discreción del apoyo de los misioneros
Consolatos, aunque han crecido también otras religiones cristianas. También – y a eso vine- observo que el rastro del
Padre Ulcué Chocué se
ha proyectado de variadas maneras.
Algunos rechazan su faceta de sacerdote y prefieren resaltar su liderazgo
Páez. Otros también lo
consideran “políticamente” muy tímido.
Pero para todos es un referente
indispensable como lo es Quintín lame,
y como lo son otros sacrificados – Cristóbal, Ezequiel- por la
causa indígena. También, incuestionables,
el fortalecimiento organizativo
de los cabildos del Norte y del
CRIC, la multiplicación en los resguardos
de programas concretos del proyecto Nasa, la Asociación de Cabildos del Norte del Cauca ACIN.
“Ahora es imposible retroceder a lo que había
antes”- me resumirá luego
con evidente alivio el padre
Etzio, cuando le pregunto qué ha cambiado en estos treinta años.
¿CÓMO ES UN PROYECTO DE VIDA COLECTIVO?
Gran cambio: mujeres en la Guardia |
Cuando hablo con los unos
y con los otros surge una inquietud: ¿Cuál
será el referente en el posconflicto que se cocina en la
Habana? Mientras aquí en Toribío la política es secundaria, en
Habana, todo parece en fin de cuentas
girar alrededor del poder
político tradicional: una constituyente, un referendo, qué miembros de las FARC
podrán ser candidatos. Y dentro de poco,
todo girará alrededor
de una justicia transicional,
todavía mal definida, de perdones colectivos como el que se planeó
para el 9 de diciembre, cuya validez
queda por demostrar.
El proyecto Nasa sigue dinamizando |
De allí otra
diferencia que me suscita Toribío. Durante tres días en Cecidic http://bit.ly/1z7OGmp y en
sus resguardos se reunieron los indígenas de Toribio, Tacueyó y San Francisco con una finalidad que el eufemismo de la paz
no contempla: revitalizar el proyecto colectivo de vida.
No para mañana, ni para pasado mañana,
no con la inmediatez de unos acuerdos
todavía teóricos, sino desde “el adentro”
de lo colectivo, en el marco de la
conmemoración de los treinta
años del asesinato de Álvaro –
como lo llaman a veces- y para abordar
problemas concretos.
Casi todos son jóvenes |
Con esta constatación se inicia
el evento, citado para las 10 de la mañana pero que apenas arranca al mediodía, con
el ritmo propio de la lentitud indígena,
que es también una de sus fortalezas.
-“Hay
dificultades que necesitamos volver a
pensar con la comunidad, que es lo que
las familias están demandando en las veredas:
la parte humana, el reencuentro de la armonía y equilibrio, de nuestros valores”-
dice un orador.
“Nosotros
no podemos negar que vivimos un
conflicto social. Aquí tenemos un
conflicto social interno; estamos involucrados en un conflicto armado,
estamos involucrados en narcotráfico, pero hay
otro problema más grave, que es la consolidación de una economía de mercado.
Hoy prácticamente aquí manda
el factor dinero. Hemos perdido un valor muy importante que es el del trueque, el valor de
uso: hoy a todo se le quiere poner
precio. Por eso tenemos que revitalizarnos,
buscar esa gente Nasa que hoy sigue
practicando lo propio de las comunidades
indígenas. Darnos un nuevo aire,
colocar en operación mandatos aprobados. Que los planes de desarrollo de la
alcaldía sean sustraídos de la comunidad, que lo que
tenemos sea proyectado a 30 y 40
años. Que no sea fortalecer los mandatos
del gobierno nacional sino fortalecer nuestros
planes de vida, nuestro cuerpo político”-
agrega
otro.
"Aqui lo que vale es la gente, no los títulos" |
Aquí
no valen títulos, ni que usted haya estudiado en la universidad -me dice
Hernando Mesa Medina del cabildo de apoyo en el campo político. Es
la gente la que decide lo que vale. Aquí la organización no es
piramidal sino en espiral. Y los propios líderes Gabriel Paví, Jaime Díaz, Esneider Gómez, reaccionan contra el adormecimiento colectivo como lo hacía en su momento
el padre Ulcué: “hagámoslo pero rápido”. “Eso nos toca una alarma a todos:
nos quitan el apoyo de servicios públicos,
familias en acción, adulto mayor, en
educación, en transporte, y
caemos en una crisis profunda”.
Ahora motorizados |
Pero hay otro mensaje,
apenas esbozado por el Padre Ulcué, que sobrevive al transcurso de los años.
Lo logrado necesita nuevos dinamismos, en particular de los jóvenes.
“Antes, la
antropología Nasa solo reconocía a niños
y adultos”- observa el Padre Etzio. Hoy los Nasa saben
que su destino depende
de cómo los jóvenes
van a recuperar el sentido del
proyecto de su vida colectiva. ¿Y qué
va a pasar con los jóvenes de la
guerrilla, que solo saben disparar?- se
preguntan.
Revitalizar viene de adentro |
Los Nasa de Toribío, Tacueyó y San francisco, saben que si bien se ha reconocido –por decreto- los
territorios ancestrales, se sobrepone a
ellos como una amenaza sobre ese mismo territorio el
proyecto FARC de zonas de
reserva campesina.
Saben que deben moverse en
un mundo globalizado, y saben cuál es su mayor reto:
que la revitalización del plan
de vida no se la hagan los demás.
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