Estoy en
el conversatorio sobre la Encíclica del Papa Francisco, convocado por mi amigo
Javier Darío Restrepo y la
Revista Católica Vida
Nueva, de la cual es director. Es un ejemplo de periodismo
confesional que cumple con los
principios éticos y con temas de
interés fundamental .
Mientras comienzan el evento
con un video de la tercera invitada, Francia Márquez Mina, contertulia
que solo asiste virtualmente desde el Cauca, me adentro en reflexiones.
La primera : ¿Por qué
fue en Colombia tan mediocre no
solo el cubrimiento mediático de la visita
del Papa a Sur América, sino
también el de una encíclica que debería interesar
tanto a los católicos
como a todos los demás
colombianos? ¿Será que, salvo excepciones,
en general el periodismo y los
medios colombianos somos incapaces de
salirnos del mundillo esteril de los
congresitos, de las peleas entre Fiscal y Procurador, del
suspenso sobre si el Papa
va a visitar a unas FARC, extraña petición que
emana del ego alborotado del grupo subversivo?
La segunda: En el
escenario del auditorio, en este instante, se muestra el video
sobre la realidad de los afrocolombianos y de la minería en el
Cauca. A la derecha, miro el oleo de
Luis Carlos Galán, ex alumno de la Javeriana y que le da su nombre al
salón. Dos luchadores-
pienso- el uno blanco, la
otra una mujer negra que Javier Darío llama “lidereza”. Ambos
libraron o libran batallas descomunales, la una contra los
mafiosos de la minería, el otro contra
los mafiosos de la coca.
La tercera :
Escucho en el
conversatorio a dos caucanos, ambientalistas a su manera: Gustavo Wilches y
Francia Márquez Mina Negra. Tienen por su territorio, “el Cauca de tantas turbulencias” - como lo describe Wilches,
un apego visceral
que los motiva: a ella, a
marchar con otras mujeres
y a pié hasta Bogotá; al otro,
a a enfocar lo ambiental, no como un tema de moda, sino
como un estado de ánimo; y la ecología
en su aspecto fundamental, que va mucho mas allá de proteger
al medio ambiente para ser
parte integral de ese medio
ambiente. Los escucho y tomo notas :
Gustavo Wilches :
- La tierra no estaba hablando tan duro como lo hace ahora.
- De una ética etnocéntrica, pasamos a una ética teocéntrica.
- Los animales tienen sentimientos, toman decisiones, son especies que comparten la tierra con nosotros.
- Los seres humanos tienen el deber de rendir cuentas por este planeta.
- El desafío no es salvar la tierra ; sino que dejemos de ser una plaga.
- Nuestra única opción como especie es transformarnos . ¿Cómo? Solo tres vías son posibles : desaparecer, escondernos, o co-evolucionar.
- OICOS, leído al revés es OCIO. Tenemos que reconectarnos con la esencia de la vida. [1]
- Se han recalcado las novedades epistemológicas de la Encíclica , sus rupturas, y la situación dramática, creada por el mismo ser humano. Entonces, ¿ por qué el silenciamiento de la encíclica?
- La Encíclica se enfoca hacia los pobres, pero no es el mismo concepto de pobre del modelo de desarrollo, que nos empobrece. Es como si, para entender el papel de los riñones compráramos un aparato para diálisis.
Alirio Cáceres Aguirre
- La encíclica no es “ambiental”, sino que se centra en las relaciones fundamentales .
- La ecología es entendida como integral, en el paradigma de la complejidad y con una especial preocupación por los pobres, los más afectados.
- No todo lo “verde” es ecológico ( no es la encíclica del cambio climático, como la resume un titular, sino que descubre una nueva manera de ver al mundo.
- La encíclica se debería leer de atrás para adelante
- Deberíamos preguntarnos : ¿Que tipo de ser humano se perfila en la encíclica?
CONCLUSIONES
Leer
y decantar la Encíclica en
vez de
escuchar o leer tantas tonterías y de
preocuparnos si el Papa va a hablar o no con las FARC.
Dejar de sentirnos como el centro del universo y aceptarnos como parte destructora de la naturaleza para transformarnos como especie. Preferir ser jardineros a reyes.
¿Cuando
entenderemos verdades como : Minería si, pero no así, pero no aquí? ¿Cuando aceptaremos que el territorio se ordena alrededor del agua y no
al revés ¿( Wilches). ¿ Cuando aceptaremos el verdadero reto
que es ser viables como especie?
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