Un futuro deseable pero...¿y la realidad? (foto MTH) |
Mucha discursividad, que bordea los límites de la ridiculez, se
agota en temas como la importancia “histórica” de la visita del Jefe de Estado a la reina Isabel, el plagio que
cree ver una congresista en un proyecto estatal o la
conveniencia de que las FARC
vayan a una audiencia con la
Corte Constitucional. [1]
La
ambigua “paz” es una reflexión
discursiva cada vez más abstracta ante realidades como
la actitud del ELN, grupo subversivo de apenas unos 8000 miembros,
sobre el que hay consenso de que un
(utópico) proceso de negociación
“será más difícil” , lo que unos y otros repiten sin explicar muy bien por qué.
Estos
devaneos se explican porque la
política y los
grandes medios de comunicación se alejan cada vez más de los temas
centrales. Además de minimizar
problemas graves como el barco de la
salud que se hunde y la protesta
social que arrecia, ignoran lo que
para la mayoría de los jóvenes de 16 a
25 años significa el desgaste de lo cotidiano
y la esperanza de un futuro mejor.
Respecto
de los jóvenes, no es generalmente percibido, pero existe, un distanciamiento sideral
de lo que en el
otro mundo urbano es considerado
como LO político.
Cada vez más lo que este mundo “ofrece” a la mayoría de los jóvenes urbanos los incrusta
en el fatalismo y sus distintas
manifestaciones, como la anomia, la
protesta física y destructora
de lo público, el conformismo
mental. Cada vez más los aleja de la
manera de actuar
para conseguir que las cosas
cambien.
Ese alejamiento que producen los
discursos y la canasta de promesas que saben que no los tocarán, no es
exclusivo, ni mucho menos, de Colombia. Bajo
distintas facetas se presenta en mucho países
como un embrión de nuevas y
más graves formas de
violencia.
Si bien
en países como España la indignación se canaliza
políticamente, en otros , el fracaso es evidente por la
desintegración social y la ruptura de
mitos que alimentaron a las democracias sin resolver sus problemas reales. Para citar un ejemplo, el filósofo Gilles kepel
en su libro “Terror en el Hexágono” [2]
desmenuza por qué se dio una tercera
generación de djihadistas que ya
ni siquiera encuentra sentido en una
escuela republicana laica y lo buscan
en el ilusorio fanatismo
fundamentalista del islam, una salida
que los conduce a la muerte. Pero el análisis
no se queda en esa tercera
generación, cuyos abuelos padecieron el
poder colonial, y los padres, las dificultades de la migración a la metrópoli. Kepel busca
minuciosamente y encuentra
caminos paralelos que estimularon esa situación : la
incapacidad de la izquierda socialista
de integrar a esa tercera generación que solo les sirvió para conseguir votos, el crecimiento de la
ultra derecha de los “LePenistas”,
que lo convirtió en el primer partido de Francia. Y
la islamofobia como caballo
de batalla de
ambos campos, cada vez más distanciados por los radicalismos : los unos
para justificar el racismo, los
otros para demostrar por qué Francia se vuelve el “enemigo”. Pero también
un caldo de cultivo que
fortaleció la exclusión.
¿A qué lleva no
“ver” a los jóvenes?
En
Colombia , tanto en lo político como en lo mediático tradicionales, el tratamiento de la problemática de la juventud y del
caldo de cultivo que se está
cuajando en contravía de tantos
mitos de paz, es mediocre. En general , ni el país político ni el mediático se preguntan que
pasará con esos jóvenes que terminarán indignados a la colombiana. La
delincuencia barrial solo
se muestra los videos de la
policía pero , salvo excepciones , no se
ocupa del por qué ni de
lo que pasa antes del delito.
La obsesión por las cúpulas lleva a ignorar
que buena parte del clima social
de reconciliación está en la
manera de darle un sentido de país a los jóvenes más allá de mostrarlos como barras bravas, delincuentes o drogadictos.
O , en el otro extremo, la
obsesión por la publicidad , como si “ser pilo paga” fuera la solución para
los millones de jóvenes que no alcanzan a
cumplir la meta de sobresalir
para merecer ese futuro mejor. Advierto que no estoy demeritando ni el esfuerzo ni el estímulo al mejoramiento de la calidad, sino su escaso alcance.
La
realidad, en cambio, está en los barrios : informalidad , desempleo[3],
inactividad que implica salir del sistema educativo sin lograr entrar al laboral . Y sobre todo,
la estigmatización por ser joven,
sumada a las pocas competencias para integrarse al
mundo de los adultos “maduros”.
No todo es negativo. Poco a poco sin embargo, en la sombra, va fortaleciéndose un núcleo
de investigadores de lo
urbano y programas como Unanálisis o apoyo de ONG como Fescol, que muestran
esa otra cara de la moneda de la violencia , que no es solo
rural y guerrillera.
Una
manera no romántica sino dramática tanto en Colombia como en Latinoamérica, en la que se va gestando en la sombra un tejido social explosivo. Una nueva “solución
“ no pacifica de conflictos, que encuentra
una semilla terrorífica en la
“mal nombrada limpieza social”
pero también, en Colombia, en los “enemigos” de las FARC recreando un clima de odio y estimulando
el circulo vicioso de la violencia.
En
los barrios está entonces el germen de nuevos conflictos
sin solución pacifica, impulsados
por la repugnancia que terminan
produciendo los discursos sin sentido, los radicalismos
fundamentalistas y la corrupción de la “gran” política.
RECOMENDADOS
Carlos Mario Perea, “Vislumbrar la paz, violencia, poder
y tejido social en ciudades
latinoamericanas” IEPRI, Debate, Universidad Nacional de Colombia, colección
IEPRI 25 años, Penguin Random
House, Bogotá, 2016
link |
El autor habló en UNanálisis del informe sobre la mal nombrada "limpieza social", y la emisora de la
Universidad Nacional ha tenido
la buena idea de poner un abrebocas
gratis a disposicion en el Link
Ivan Dario
Jaramillo Nassir escribio el informe : “desempleo juvenil en Colombia”
Análisis 4/2016 (Fescol)con recomendaciones sobre acciones
concretas.
[1] Sin duda una peculiar sugerencia, inoportuna
y vitrinera, de la Corte Constitucional
[2] “Terreur dans l´ Hexagone”,
( Genèse du djihad francais) Gilles Kepel avec Antoine Jardin, Gallimard, 2015.
[3] Ultimo informe del Dane sobre la franja de 14 a 28 año y desempleo juvenil http://bit.ly/1q19sUq
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