jueves, 5 de mayo de 2016

JÓVENES COLOMBIANOS: ¿MAL CONOCIDOS?



 
Un futuro deseable pero...¿y la realidad? (foto MTH)
Mucha discursividad,  que bordea los límites de la ridiculez, se agota en temas como la importancia “histórica” de la visita  del Jefe de Estado a la reina Isabel,  el plagio que  cree ver una  congresista en un proyecto estatal  o  la conveniencia  de  que las FARC  vayan a una audiencia  con la Corte Constitucional. [1]

La  ambigua “paz”  es  una reflexión  discursiva cada vez más abstracta ante realidades  como  la actitud del ELN,  grupo  subversivo de apenas unos 8000 miembros, sobre el que hay  consenso de que  un  (utópico) proceso de negociación  “será más  difícil” , lo que  unos y otros repiten  sin explicar muy bien por qué.

Estos  devaneos se explican porque  la política  y  los  grandes medios de comunicación se alejan cada vez más de los  temas  centrales. Además de minimizar  problemas graves  como  el barco de la  salud que se hunde y la  protesta social que arrecia,  ignoran  lo que  para la mayoría de los jóvenes de 16 a  25 años  significa  el desgaste de  lo cotidiano  y la esperanza  de un  futuro mejor.

Respecto de los jóvenes,  no es  generalmente percibido, pero  existe, un distanciamiento  sideral  de  lo que  en el  otro mundo urbano  es considerado como LO político.  Cada vez más  lo que  este mundo “ofrece”  a la mayoría de los jóvenes urbanos  los  incrusta en el fatalismo y sus  distintas manifestaciones,  como  la   anomia, la  protesta  física y destructora de  lo público, el conformismo mental.  Cada vez más los aleja de la manera  de  actuar  para  conseguir que las  cosas  cambien.

  Ese  alejamiento que producen los discursos y la  canasta de promesas  que saben que no los tocarán, no es exclusivo, ni mucho menos, de Colombia.  Bajo distintas facetas  se presenta en  mucho países  como un  embrión de nuevas y más  graves  formas de  violencia. 

Si bien   en países como España  la indignación se canaliza políticamente,  en otros ,  el fracaso es evidente por la desintegración  social y la ruptura de mitos que alimentaron  a las  democracias sin  resolver sus problemas reales.  Para citar un ejemplo,  el filósofo Gilles  kepel  en  su libro “Terror en el  Hexágono” [2] desmenuza por qué   se  dio  una tercera  generación de djihadistas que  ya ni siquiera encuentra sentido en una  escuela republicana  laica y  lo buscan  en el ilusorio  fanatismo fundamentalista del islam,  una salida que los conduce a la muerte.  Pero  el análisis  no se queda en  esa tercera generación, cuyos abuelos padecieron  el poder colonial, y los  padres,  las dificultades de la  migración a la metrópoli.  Kepel busca  minuciosamente y   encuentra  caminos paralelos  que estimularon  esa situación :   la incapacidad de la izquierda socialista  de integrar a esa  tercera  generación que solo  les sirvió para conseguir votos,  el crecimiento de  la  ultra derecha  de los “LePenistas”, que lo convirtió  en el  primer partido  de Francia. Y  la islamofobia como caballo de  batalla  de  ambos campos,  cada vez más  distanciados por los radicalismos : los unos para  justificar el racismo, los otros  para  demostrar por qué  Francia se vuelve el “enemigo”. Pero también un caldo de  cultivo  que   fortaleció la exclusión.

¿A qué lleva  no “ver” a los jóvenes?


 En Colombia , tanto en lo político como en lo mediático tradicionales,   el tratamiento de  la problemática de la juventud  y del  caldo de cultivo  que se  está  cuajando en contravía de tantos  mitos de paz,  es mediocre.   En general , ni el país  político ni el mediático se preguntan  que  pasará con esos  jóvenes que  terminarán indignados a la colombiana. La delincuencia  barrial  solo  se muestra  los videos de la policía  pero , salvo excepciones ,  no  se ocupa  del por qué  ni  de lo que pasa antes del delito.

 La obsesión por las cúpulas lleva a ignorar que  buena parte del clima  social  de reconciliación  está en la manera  de darle un sentido de país  a los jóvenes más allá  de mostrarlos como  barras bravas, delincuentes o  drogadictos.  O , en el otro extremo,  la obsesión por la publicidad ,  como  si “ser pilo paga”  fuera la solución  para  los millones de  jóvenes que  no alcanzan a  cumplir la meta de  sobresalir para  merecer ese  futuro mejor. Advierto que no estoy demeritando  ni el esfuerzo  ni el estímulo al mejoramiento de la calidad, sino  su escaso alcance.    

La realidad, en cambio,  está  en los barrios : informalidad ,  desempleo[3], inactividad  que implica  salir del sistema educativo sin lograr  entrar al laboral . Y  sobre todo,  la estigmatización  por  ser joven,  sumada a las pocas  competencias  para integrarse  al  mundo de los adultos “maduros”. 

 No todo es negativo. Poco a poco sin  embargo, en la sombra,  va fortaleciéndose  un núcleo  de  investigadores de lo urbano  y programas como Unanálisis o  apoyo  de ONG  como Fescol, que  muestran  esa otra  cara de la moneda  de la violencia , que no  es solo   rural y  guerrillera.    Una manera  no romántica  sino dramática  tanto en Colombia como en Latinoamérica,  en la que se va  gestando en la  sombra un tejido social  explosivo. Una nueva  “solución  “ no pacifica de  conflictos,  que encuentra  una  semilla terrorífica  en la  “mal  nombrada limpieza social” pero también, en Colombia,  en los “enemigos”  de las FARC recreando   un clima de odio  y estimulando  el circulo vicioso de la violencia. 

En los barrios  está  entonces el germen de nuevos  conflictos  sin solución pacifica, impulsados  por  la repugnancia que terminan produciendo los discursos sin sentido,  los radicalismos  fundamentalistas y la  corrupción  de la “gran” política.

RECOMENDADOS




Carlos Mario  Perea, “Vislumbrar la paz, violencia, poder y  tejido social en ciudades latinoamericanas” IEPRI, Debate, Universidad Nacional de Colombia, colección IEPRI 25 años,  Penguin Random House,  Bogotá, 2016


link
El autor habló  en UNanálisis del informe  sobre la mal nombrada "limpieza  social",   y  la emisora de la Universidad  Nacional  ha tenido  la  buena idea de    poner  un abrebocas  gratis a disposicion  en el Link
















sin solu Ivan Dario  Jaramillo  Nassir  escribio el informe : “desempleo juvenil en Colombia” Análisis  4/2016  (Fescol)con recomendaciones sobre  acciones  concretas. 







[1]  Sin duda  una  peculiar sugerencia,  inoportuna  y vitrinera,  de la Corte  Constitucional
[2] “Terreur  dans l´ Hexagone”,  ( Genèse du  djihad francais) Gilles Kepel avec  Antoine Jardin, Gallimard, 2015.
[3] Ultimo informe del  Dane  sobre la franja de 14 a 28  año y desempleo juvenil     http://bit.ly/1q19sUq

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