jueves, 11 de agosto de 2016

EL MACARTISMO A LA CRIOLLA Y SUS CONSECUENCIAS


 “Su principal logro [del senador McCarthy] ha sido el de confundir a la opinión pública, entre las amenazas del comunismo. No debemos confundir desacuerdo con deslealtad. Debemos recordar siempre que una acusación no es una prueba y que una condena depende de la evidencia y del debido proceso de la ley. [...] No caminaremos con miedo, el uno del otro. [...] No descendemos de hombres temerosos, de hombres que temían escribir, hablar, asociarse y defender causas que eran, por el momento, impopulares.[...] ¿Y de quién es el fallo? En realidad no es suyo. Él (McCarthy) no creó esta situación de miedo; él meramente la explotó, y más bien exitosamente. Casio estaba en lo cierto: «El fallo, querido Bruto, no está en nuestras estrellas, sino en nosotros mismos». Edward  Burrow, periodista(cita Tomada de Wikipedia)




El macartismo[1] a la criolla  tiene  varias similitudes  con aquella  época nefasta que en,  Estados Unidos ,  en nombre del anticomunismo,  se afectó  con persecuciones a intelectuales como Arthur  Miller, Bertold Brecht,  Orson Wells, artistas de  cine - incluido  Charles Chaplin-  y  productores como Walt Disney. Por  fortuna no se ha  llegado  -todavía-  en Colombia a  los extremos a los  que se llegó  en la meca de la  democracia. Pero sí  empieza  a crearse un clima  preocupante de persecución que, esperemos, se logrará detener  antes de que la violencia  vuelva a hacer de las suyas.  



Como bien lo  anota Semana.com, la tecnología  en parte amplifica:

 

Sin embargo, no sobra recalcar que más allá de lo virtual están las acciones muy reales de ciertos sectores apoyados   por lo que   el sociólogo Zygmunt  Bauman  califica de   “Ceguera moral” : “El temor alimenta el odio y el odio alimenta el temor” …” el miedo  también ha llegado a ser una mercancía política, una moneda utilizada para gestionar el juego del poder”[2]

 Veamos  algunas  estrategias similares en el macartismo a la criolla:

Utilizar la mentira  para crear el escándalo. Un ejemplo evidente y demostrado es el  de  la acusación  a la  Ministra  de Educación Gina Parody con el  tema  de  los  comics  de  supuesta educación sexual  que no provienen  de dicho Ministerio sino de unos  pornográficos  belgas que circularon en la red. 
La estrategia  es confundir  de tal manera  a  los ciudadanos, que  la educación sexual,     una política pública de hace años,  se tiña de obscenidad, como el  macartismo  tildó de comunista a  los que  nada tenían que ver con ese sector político.
Antídoto:  aceptar  la evidencia  en el sentido de que  los comics para adultos  no emanan del Ministerio  de Educación. Y,  como lo ha reafirmado el  funcionario de la ONU  en la obsesiva WRadio,  el tema  de la educación  sexual está en discusión.  
 Sin duda, un párrafo del  que se pegaron los fundamentalistas está  mal redactado, en el  sentido de  que   expresa que  “ no se nace  hombre o mujer”.  Pero una  sana discusión  corre el riesgo  de  diluirse  en una peleadera  basada en una primera mentira.
Uno puede  pensar, como es mi caso,  que  la educación de género solo  se debe empezar en la adolecencia y no en la primera  infancia, y que  lo importante,   desde  el nacimiento, es inculcar  valores de dignidad y respeto al ser humano por  serlo. Pero  ello no implica  que  se persecute a una  Ministra desconociendo el derecho que tiene a su  sexualidad.
¿No sería  importante  que  se  pronunciara  el Opus  Dei  contra la pedofilia,  con  el mismo  entusiasmo con el  que algunos sectores defienden supuestamente a la  familia personalizando el ataque contra la Ministra? 
¿Por  cuenta de qué  principio de la ideología liberal resultó fundamentalista  la senadora Vivian Morales?
¿Se apresuró el Cardenal a  apoyar una manifestación  en la que, como  también lo demostraron los  medios, se  marchaba por distintas razones y con el odio y el resentimiento  como acicate?

La  repetición en las redes sociales  como argumento.  Así como los macartistas  utilizaron la calumnia y el miedo sin posibilidad  de  defensa, así también  se  utilizan supuestas  carátulas de  Time, y se hacen  circular por la red  rumores falsos  como  que   el  canal del National Geographic va a  sacar  un programa  sobre las razones  para votar  “no” en  el  plebiscito, lo que,  por supuesto nunca haría ese canal.
 Antídoto:  detectar  por la red  esas mentiras  corta de raíz  la repetición y le abre los ojos a los ingenuos que  se las creen, más por pasión contra  las FARC que por  análisis.

Apelando  de manera perversa  al principio del  “equilibrio”,  los medios de  comunicación pueden convertirse  en cajas de resonancia del macartismo. Un ejemplo reciente es  el de la sección “si” o “no”  del noticiero  RCN de televisión. Estimulando    argumentos emocionales,  cuestiona solapadamente  fallos como el del Consejo de Estado  sobre el caso de Piedad  Córdoba.  
Antídoto : mayor responsabilidad  del periodismo y de los dueños de los  medios, pero también, protesta de los receptores  contra este  tipo de sondeos, especialmente  sobre los fallos de la  administración de justicia.  Y ojo:  el Presidente Santos no puede  servirle en bandeja de plata la cabeza  de Gina Parody a los fundamentalistas  alborotados por   sectores reaccionarios.
El macartismo se caracterizó y se caracteriza por darle vitrina a  los sectores fundamentalistas   de tal manera que se producen reacciones  en cadena.   Es hora de priorizar  la  responsabilizar social   sobre  el espectáculo de los gritones. Es hora de suspender  las   encuestas polarizadoras, y no  solo los mencionados sondeos  “si” o “no” , sino, en general,  la ficticia   participación   de la ciudadanía, que  por cierto, no tardará en  hacerse sobre la conveniencia   o no de “tumbar” a la Ministra de Educación.

Los  instrumentos de poder  al servicio de la persecución.  Un ejemplo cada  vez más  contundente  y comprobable  es la manera  como, desde las cúpulas de la  función pública,  algunos, como el Señor Procurador,  han  reforzado actitudes  de  persecución política, ideológica o personal. 
El fallo del  Consejo  de Estado  ha sido contundente  en relación con Piedad  Córdoba  y quien debería responder, allí si  personalmente  con su peculio,  dados los perjuicios causados por  su  actuación  apresurada,  es el  Señor Procurador.
 De esa  persecución   ha sido también  víctima, cuatro años después de su gestión, - excusen el nombre  propio-   Juan Camilo Restrepo, el  ex Ministro de Agricultura del primer periodo de  la administración Santos, mi esposo , incesantemente  requerido por la  Procuraduría sobre el caso Lafaurie, cercano, como es sabido, al Procurador.  

Y ahora, el Director General  de la Unidad de Restitución de Tierras, Ricardo Sabogal, es perseguido  por  el caso  Pretelt,  y con pliego de cargos por convenios con la OIM, cuando en todos los procesos  restitutivos participan funcionarios  de la Procuraduría, lo que recalca  la inmoral actitud   del caudillismo  de su cúpula.

Antídoto:  responder  dignamente  a los,  a veces,  indignos  requerimientos  de  las  instituciones. 
Pero también,  que  el Congreso y  el gobierno  dejen de politizar  lo que  debe  basarse únicamente en el mérito del  respectivo sector.  
Que la  ciudadanía  empiece a armar el  rompecabezas  de lo que  parece ser un clima  preocupante  de macartismo, sobre el cual  el periodismo  temeroso no le ha preguntado al  Senador Uribe, uno de sus principales instigadores. 
 Y que  se multipliquen cubrimientos como  los del periódico El Espectador,  que ha llevado el liderazgo en prensa en estas materias, así como lo ha llevado Noticias Uno en televisión. 
Advirtiendo que  soy  parte  obviamente  perjudicada, como lo  fueron los perseguidos  por el macartismo, no  entendiendo por qué al Señor  Lafaurie, habiéndosele comprobado ya las irregularidades que cometió en Fedegan, y sus embarradas en Fryogan,  ciertos medios y periodistas lo siguen considerando  como  el representante ilustre  del sector  rural.  ¿Por qué  aceptan que  esas irregularidades se tapen convirtiéndolas  en  "persecución" política. ¿Falta de criterio ético? Por fortuna, la historia no perdonará esas "confusiones".

Utilizar  las sombras  para crear “opinión”.  Ejemplo:  Ha reaparecido en correos y redes  quien  firma  Marlene Singapur, que obviamente no es su verdadero  nombre. Sospecho que es un seudónimo que esconde a un hombre,  pero que  en todo caso envía  por correo electrónico  mensajes  argumentativos, claramente  de  extrema  derecha.
 Antídoto :  exigir que  quien escribe en la red  no se ampare  bajo  seudónimos y no  aceptar como “amigos”  a quienes no revelan su verdadera identidad.


¿Como  hacerle el quite a la manipulación macartista?


Evitando  caer  en la trampa de la polarización y permaneciendo   en la zona  gris  de la  menos espectacular pero más profunda actitud analítica,  sin contribuir  al caldo de cultivo del odio.

Con más análisis, menos emoción,  mayor deseo de  entender las  argumentaciones y sin  saltar de una a las conclusiones. 

Haciendo cada  quien una  lista  personal de sus propios  estereotipos y  prejuicios. 

Pero, sobre todo,  no  favoreciendo  emocionalmente  a los que  ven en el autoritarismo una solución;  en el recorte del derecho a expresarse,  una manera de argumentar; y sembrando la cizaña y el descontento entre los militares,  una  manera de promover el golpe de Estado.









[1] El periodo de la persecución encabezada por el  senador  McCarthy  fue tan  traumático  para la sociedad norteamericana  que  le dio  su nombre a  persecuciones  similares,  lanzadas  a la opinión  sin  preservar  ni la presunción de inocencia  ni el  debido proceso,  principios  fundamentales  en toda  democracia. De allí que  el nombre  propio  se convirtiera en   el  nombre común con que se designa este tipo de  manipulaciones que llevan a los  estrados  judiciales y  a  la picota  pública a  personas  con una saña inaudita  y recortan por lo  mismo la libertad de expresión.
[2] Zygmunt Bauman y  Leonidas Donskis, “ Ceguera moral, le pérdida der  sensibilidad en la modernidad líquida” , Paidós , Estado y Sociedad, Marzo 2015, pág  131. 









1 comentario:

  1. Muy ilustrativo este análisis y sencillísimo, para que entendamos y asumamos la responsabilidad que nos asiste como ciudadanos, como lectores, como televidentes, como oyentes, como habitantes de este mundo que reclama igualdad y respeto.

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