jueves, 4 de agosto de 2016

¿Podrá desembarrar el Presidente Santos la confusión “PAZIFICA”?

 

foto MTH

El mayor error del mal aconsejado Presidente  Santos es haber utilizado la  antítesis  paz o guerra,  acudiendo  a la estrategia del miedo, la misma  que utilizan los adversarios de los acuerdos, confundiendo guerra con conflicto armado interno,  y  paz con acuerdo de negociación con las FARC. Una  pésima  estrategia reiterada por el exPresidente Gaviria.

El segundo mayor error del mal aconsejado Presidente Santos es haberle  dado  una connotación  política  antiuribista a un proceso de negociación y de acuerdo con  las FARC .

Propició así la peleadera diarreica y personalista, así como la discursividad  de la mediocre politiquería  colombiana, en vez  de  darle a estos acuerdos  un sentido de grandeza colectiva nacional.

Hizo pública una carta al  Ex Presidente  Uribe  exacerbándolo  y  dándole la oportunidad que esperaba de hacer un escándalo; y de paso,  reencauchó sin necesidad al Presidente Pastrana.

foto y obra MTH
Al darle la  connotación política mediante intempestivas declaraciones a la topa  tolondra,  como aquella  proponiendo  el voto de los  militares, dio papaya  para que  el  uribismo se aglutinara en torno al NO, y para que un proceso de negociación  con las FARC  adquiriera  tintes de oportunismo.

Ignoró al Procurador y  sin  mantener,   al menos en apariencia el respeto  por  quien ocupa  el cargo,  dio papaya  al no  responder las preguntas que este  formulara,  y no aprovecha la oportunidad  de explicar así  el contenido de los acuerdos.

 El afán megalomaníaco por mejorar su imagen  y los pésimos consejos de  sus asesores en comunicación,  produjeron el  efecto contrario al esperado  y echaron en  saco  roto  sus innegables  cualidades  y  su trayectoria en  la función pública. Perdió así autoridad y ganó en impopularidad.

Se equivocó  con una estrategia  monárquica, designando  como líder  de no se sabe qué al  Ex Presidente Gaviria, sin tener en cuenta la autonomía de los  demás partidos y metiendo a su hijo en la campaña por el SI .

Borró  con el codo lo que  había tejido  pacientemente a mano y durante tres  años el equipo  negociador  encabezado por  De la Calle, pero sobre  todo por  Sergio Jaramillo y por  personas como el general  Mora  y el  general  Naranjo.

Untó de demagogia discursiva  en derechos humanos a ciertas instituciones  sin  caer en cuenta que el papel  de un  fiscal o de un vice fiscal no  es proclamarse defensor de  estos derechos y del proceso de negociación sino garantizar  la no impunidad  de quienes los violan.


¿Cómo  podría desembarrarla el gobierno?


obra y foto MTH

Despolitizando el  tema y  devolviéndole la  grandeza de  ánimo que  requiere la reconciliación nacional. El 7 de agosto es una oportunidad para  remendar los destrozos.

Dejando de obsesionarse con el calendario  y   con mayor humildad. El Presidente Santos actúa  como si  solo él fuera creíble en lo que se refiere  a la negociación con las FARC.

Dejando  de insistir  el Presidente  en un  desafortunado liderazgo que no puede asumir como un caudillo,  sino  actuando  como equipo de gobierno. No hacerle tanto caso a las encuestas ni a sus pésimos asesores de imagen.

Asumir  con entereza el tema de la reforma  tributaria en vez de dejarse meter  cuento por el Ministro de Hacienda,  que  gastó en lo que no debía gastar y  recortó  lo previsto para el posconflicto en el sector rural.

Aceptar que el  acuerdo con  las  FARC no  le traerá la paz a Colombia sino que será un ingrediente más de convivencia que tan solo permitirá atender otros frentes,  como la impunidad,  la delincuencia, el narcotráfico y la  inequidad.

Pero sobre todo,  como  se  ha estado  reiterando en este blog desde hace tres  años,  no darle a la  palabra  PAZ  los  contenidos  perversos  que cada  día agrietan  más nuestra identidad nacional.   Que nos mantienen en el reino de la  fantasía y de la peleadera, en vez de afrontar la  realidad.


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