Crónica no-periodística de una no-crítica de arte
(Viernes 28 de octubre, 2016)
Foto MTH |
¿Cual
es la diferencia entre lo comercial y lo artístico? ¿puede haber arte comercial y no comercial? La discusión ha sido estéril, puesto que todo artista que comience - tenga éxito o que fracase- aspira a que su obra se conozca; a venderla y a no morirse de hambre.
Con mayor o menor éxito, trátese de Rembrandt, Van Gogh, Botero
o aquellos desconocidos y anónimos que, desde Manizales, en su muro personal de Facebook, María Eugenia Gómez ha
rescatado del olvido, tanto a pintores nacionales como del mundo entero.
Pero aún antes de Warhol, las lógicas del consumo, ya sea
como temática, como motivación,
en el arte plástico
o musical, cinematográfico
o televisivo, oral o escrito, son similares a las de la información en
periodismo, a las de las diseñadores y los escritores,
la gastronomía o el entretenimiento.
Llega
un momento en que se sobrepasa el limite
del “punto” de
consistencia (como cuando se prepara el arequipe) cuando el objetivo inicial, que tiene como
destinatario al ser humano, se diluye en
el afán por vender .
Toda
saturación producida por la búsqueda
del más y más (ver crónica anterior, y si no la ha leído mejor leerla primero) termina siendo contraproducente
al alimentar más el negocio que lo que se persigue como manera
estética de aproximarse al entorno o a
las gentes. De allí el auge simultáneo
en nuestra época de la antes llamada
“cultura popular” en una simbiosis
con la cultura de élites, que produce muchas veces espectaculares resultados.
Pues
bien, luego de cierta frustración
con el hangar de ArtBO, si usted se decide este mismo día o el
siguiente, en todo caso con cierto afán, pues todo termina el lunes, puede ir a otro lugar, para sentir un
cierto fresco. Como cuando después
del atafago llega el
alivio.
Foto MTH |
Reitero lo que aclaré en la crónica anterior: de
no haber
existido ArtBo, no habría tomado tanta
fuerza lo alternativo de calidad. Ejemplo: el Espacio Odeón creado en 2011,
en un edificio abandonado y muerto , que
algunos conocimos como esfuerzo vivo de hacer un
teatro alternativo, el TPB.
DEL TPB AL
ESPACIO ODEON
![]() |
Obra de Mario Arroyave |
No sé quien fue, pero me gustaría saberlo si alguno de ustedes tiene la pista, el arquitecto de semejante transformación que deja intacto el pasado fortaleciendo el presente y el futuro. En todo caso, merece muchos más aplausos que los que están acabando con la identidad bogotana construyendo edificios de 20 pisos ( iniciativa del alcalde Petro) o estilo Miami ( iniciativa de voraces urbanizadores sin contexto cultural).
Foto MTH |
Espacio Odeón tiene muy claro que es un
espacio cultural, no excluyente
“ donde los roles
tradicionales de galerista, curador, artista y gestorestán siendo transformados”- según palabras de Tatiana Rais- a
quien no conozco y quien escribió la frase anterior [ii].
El visitante encuentra la agradable sorpresa de lo novedoso, de lo vivo, del arte de calidad en bluyín y mochila . De galerías que unen pasado y futuro ( españolas principalmente, incluyendo por supuesto a Cataluña, pero también de Costa Rica, México, Bolivia, Brasil y varias de Medellín). Artistas que sorprenden y entusiasman, pero también un salón comunal y un espacio temporal, en donde no existe la rigidez sino la luz interior.
El visitante encuentra la agradable sorpresa de lo novedoso, de lo vivo, del arte de calidad en bluyín y mochila . De galerías que unen pasado y futuro ( españolas principalmente, incluyendo por supuesto a Cataluña, pero también de Costa Rica, México, Bolivia, Brasil y varias de Medellín). Artistas que sorprenden y entusiasman, pero también un salón comunal y un espacio temporal, en donde no existe la rigidez sino la luz interior.
Lástima
que sea tan efímera la feria del Odeón.
Juzguen ustedes, y vayan, porque termina el lunes, como feria - término que no acabo de tragar , salvo en su
acepción medioeval de festejos que acompañaban los mercados - pero en todo caso como espacio cultural.
Proyecto invitado, de Marlon de Azambuja ( España) cuyo titulo es la frase de un poema de Bukowski "aire y luz y tiempo y espacio" (Foto MTH) |