Análisis de medios (7)
Uno de los retos más difíciles para el periodismo colombiano en estos momentos es el cubrimiento de la situación en Venezuela.
Es reto también, desde luego, para una de sus fuentes: el gobierno colombiano, cualquiera que él sea: recordemos la escalada propiciada por el entonces Presidente Uribe y sus consecuencias económicas y sociales. En particular en la
zona fronteriza, porque
los nacionales de uno y otro país
tienen vínculos familiares, sociales, culturales y económicos, que los hacen especialmente
sensibles a los sobresaltos gubernamentales.
Hoy,
como fuente, el gobierno había sido prudente, como por cierto conviene, pues un principio fundamental en derecho
internacional es el de no intervención en los asuntos internos de cada
país, cuales quieran que sean las relaciones entre ambos.
Otro
principio es, desde luego, medir cada palabra
y preferir las declaraciones
escritas a las verbales. Por eso no debería el gobierno, como lo hizo el
Ministro Cristo, dejar aflorar
sus comprensibles sensibilidades ante la jauría
de micrófonos que ayer, como hoy y mañana, van a asediar al
Gobierno para que meta la pata. Y como lo hace ahora el Presidente Santos con tres trinos emocionales, incluido el inútil "ya se lo había dicho a Chavez". ¿Será por influencia de las encuestas o por quienes lo mal aconsejan?
Pero volvamos a los inmensos retos para medios de comunicación y al periodismo en una
situación como la gravísima de Venezuela.
El cubrimiento por los
medios televisivos de la marcha del 19
de abril, deja muchas enseñanzas. Por ejemplo, la diferencia entre Caracol
y RCN
fue evidente, en particular con el abuso de adjetivos del
segundo, que tanto en las noticias
normales, como en las de ayer, y como en
las entrevistas de la directora Gurisati
deja ver su antimadurismo
emocional.
Tal
vez algunos no han entendido dos aspectos
del cubrimiento desmesurado y desaforado de un tema
cuando se vuelve obsesivo para el
periodista: la saturación del público mediante repetidera
y el predominio de la emocionalidad
sobre la investigación.
Entre
más emociones se tengan, menos ganas de investigar, más tendencia a considerar
los unos buenos y los otros malos, a olvidar los contextos, la historia (en este caso, por qué
subió Chávez al poder) y las
proyecciones (¿ es una guerra civil la única salida en el país vecino?
No todos los venezolanos son oposición... |
CM& ya
ha institucionalizado el cubrimiento de
lo internacional y, por lo mismo,
enfoca más minuciosamente los
temas, aunque su corresponsal en la marcha del 19 fue tan emocional apoyando a la oposición como lo fue la de Cuba apoyando a las FARC.
Además, ¡oh paradoja! Cablenoticias , cuyos dueños son venezolanos que sin duda han padecido como otros empresarios las persecuciones del régimen venezolano, hizo gala de un mayor equilibrio. Por ejemplo, mostró desde el comienzo tomas (cedidas por un canal venezolano) de la magnitud de la manifestación madurista.
Algo tuvo que ver en ese cubrimiento menos “jaunadearcoense”[i] la eficaz dirección de noticias de Julio de La Rue, de larga trayectoria en periodismo. Pero también la valoración (por cualquier razón que sea) de la importancia del equilibrio informativo por parte de los dueños del medio.
Además, ¡oh paradoja! Cablenoticias , cuyos dueños son venezolanos que sin duda han padecido como otros empresarios las persecuciones del régimen venezolano, hizo gala de un mayor equilibrio. Por ejemplo, mostró desde el comienzo tomas (cedidas por un canal venezolano) de la magnitud de la manifestación madurista.
Algo tuvo que ver en ese cubrimiento menos “jaunadearcoense”[i] la eficaz dirección de noticias de Julio de La Rue, de larga trayectoria en periodismo. Pero también la valoración (por cualquier razón que sea) de la importancia del equilibrio informativo por parte de los dueños del medio.
En un país como
Colombia , que vibra con
emocionalidades de todo tipo, en particular las políticas, no hace falta
recalcar la necesaria
responsabilidad de los medios y el
periodismo en el caso Venezolano. ¿Por qué? Porque se ha
demostrado el poder tan grande que tienen en esos momentos de efervescencia y calor. Lo único que faltaría, después de tantos
desastres, es solicitar que nos involucremos institucionalmente con apoyos militares o de
cualquier otra índole institucional.
y sí hubo persecución a la oposición... |
Sin duda, hay cantidad de cuestionadores del régimen de Maduro y
del descalabro económico (por
favor, que no nos hagan la encuesta sobre el tema, ya lo sabemos).
Hay también una percepción, no sé si tan generalizada o no, pero inconsciente o consciente en algunos medios y periodistas colombianos, de que basta con el wishfull thinking, como dicen los ingleses, para que caiga Maduro.
Hay también una percepción, no sé si tan generalizada o no, pero inconsciente o consciente en algunos medios y periodistas colombianos, de que basta con el wishfull thinking, como dicen los ingleses, para que caiga Maduro.
Aclaro: cada quien es
libre de apoyar a la oposición venezolana, pero eso no quiere
decir que nuestro país como tal, o sus
instituciones, lo hagan. En el mismo sentido, los congresistas son libres de apoyar a la oposición
o de invitar a sus representantes,
pero otra cosa
muy distinta es que el Congreso
como tal se pronuncie contra el régimen venezolano. ¿Difícil de poner los límites? Claro, pero de ello depende la no intervención en asuntos internos.
En cuanto al periodismo, si se embarca en aventuras de apoyo, pierde
irremediablemente credibilidad. Las
corresponsales venezolanas son, en general, más prudentes que los
periodistas que transmiten desde Colombia. Ojalá entendamos que querer no es poder, y que no pudiendo, como vecinos, tumbar o no tumbar a Maduro, es mejor tratar de
conocer más a Venezuela, investigar (más con la razón que con el corazón) cómo son el
país vecino y sus circunstancias.
[i] El síndrome mediático de emular a “juana
de Arco” es decir creer que la victoria –
en este caso derrocar a Maduro- depende
del periodismo colombiano.
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