jueves, 6 de abril de 2017

ANÁLISIS DE MEDIOS (5). LO + y LO- EN EL CUBRIMIENTO PERIODÍSTICO DE CATÁSTROFES

 

Foto Min Ambiente Murillo



La avalancha de Mocoa  confirmó,  una vez más, el rol fundamental del periodismo  y de las   tecnologías  de los medios de comunicación audiovisuales  en  el cubrimiento de catástrofes.






También mostró algo que no siempre    es obvio para los receptores: que  los  corresponsales y el periodismo local son los primeros en llegar  y  en  enfocar  la  realidad.  

Como lo recordaba  Yolanda  Ruiz  en  el noticiero de RCN,  hoy  desde  el simple  celular  se pueden enviar  imágenes instantáneas. Pero hay que estar allí.

En caso de afán  supremo, una selfie  se  vuelve necesaria. Pero  no  por la manera light de informar  como,  con sus  like y live,  las chicas lindas reemplazan a  Andreina ( que por fortuna busca otros caminos) en la sección  poco cultural  de CM&.

Ante la ansiedad y la presión  de lo inmediato, del dolor  humano,  de los riesgos,  el cubrimiento de catástrofes  integra, como en ningún otro momento,  la dupleta  periodista y  camarógrafo, que  más aún, a veces  se  puede  fundir en un solo ser humano .  Eso  sea dicho de paso, no siempre implica  un mejoramiento salarial , como tampoco lo implica  cubrir  la catástrofe para  varios medios (radio,  TV,  internet, versión prensa) de una  empresa.  

Mientras tanto,  desde  el centro, los directores ( y yo también lo fui)  sufren las angustias y  asumen la responsabilidad. Algunos de  las  “ mesas de trabajo”  pontifican desde  sus sillas, salvo  los  que, como  ahora  Juan Carlos Vélez,  sientan el impulso  necesario  e irresistible del  trabajo de campo.

Antes era necesario  pedir  microondas y  tener  el tiempo siquiera para  decantar el  material conseguido en una realidad abrumadora por  el dolor de los implicados.  Es  similar a  la misma tensión que debe  sentir el cirujano en la sala de operaciones,  el policía o el soldado cuando se enfrentan  a la delincuencia. O los miembros de  la defensa civil  y de la Cruz Roja  cuando tienen de sacar cadáveres  o buscan sobrevivientes.    
La diferencia entre estar y ver

En ese momento,  periodistas,  camarógrafos o  fotógrafos  que  cubren catástrofes  demuestran o no  su fortaleza  ética. A veces,  el solo hecho de  tener que llegar al sitio  es una proeza.  Así lo dejaron entrever  las notas del  corresponsal  de Cali , Eduardo Manzano. Bloqueado en la carretera  durante una noche, mostró  los  esfuerzos de  los viajeros por  llegar a  ayudar a sus familiares y la precariedad de las carreteras  no “en marcha”. 

¿Qué  debo grabar? ¿Cuando debo mostrar rostros?   ¿Cuando  debo parar de grabar?  ¿Qué debo preguntar sin vulnerar los derechos fundamentales de las personas damnificadas? ¿Cuando el dolor se vuelve  morbo por la acción de lo que muestro o de lo que pregunto? 

  Cuando  los  receptores de la información sobre catástrofes siguen  las noticias, poco  piensan en  las angustias  y presiones de la inmediatez para  periodistas y camarógrafos. Sin embargo,  en esos momentos  es cuando  se  revelan,  tanto la diferencia entre el ciudadano que capta  los hechos sin  ser profesional, como  la misión  del periodista,  su coraza y  sus prioridades en  cuanto  a valores. 

Por cierto, los corresponsales del  sitio o los enviados  desde otras ciudades para  cubrir la catástrofe  demuestran  que  importa -y mucho - la  solidez  frente  al desastre  adquirida por la experiencia ante las cámaras,  y  la  madurez  de algunos  corresponsales trajinados  en el oficio,  de la que carecen  algunos  periodistas primíparos  que corretean de un lado al otros mostrando sin contexto. 

En esos  momentos también es cuando se pueden  contrastar  esos  valores del periodismo  puestos a prueba,  frente la ligereza  con la que  los receptores o los comentaristas  generalizan  al  periodismo como si fuera  un solo bloque  : “ todos los periodistas son unos irresponsables” sentencian. Ojalá  analizaran también las dificultades y la responsabilidad social de los que  así ejercen su profesión.

 Y LO NEGATIVO….

La inmediatez  audiovisual tiene también  aspectos  negativos que, paradójicamente,  aparecen cuando el sentido  de la inmediatez se prolonga en el tiempo. Cuando, por ejemplo,  se repiten morbosamente escenas  de tragedia,  se interroga insaciablemente  a las víctimas  y a los damnificados . Entonces  la tragedia se convierte en espectáculo y el periodismo pierde su razón de  ser. Y ante la insidiosa necesidad de cambio inherente a lo audiovisual y a la velocidad de la inmediatez,  se produce, implacable, la saturación  ante el dolor.

Por eso  ahora, en la postragedia,  le  toca el turno  a los periodistas  que investigan lo no inmediato y que deberían ya  tener listo su  material  desde hace meses. Para  prevenir  otras tragedias,  para  cuestionar a  funcionarios  que  no  saben  cumplir con sus tareas. Porque el  periodismo no es denunciar escándalos descubiertos por otros (caso Odebrecht), tampoco solo es  mostrar  pasivamente declaraciones de las cúpulas, siguiéndolas  como borregos,  con cámaras y  micrófonos, o  darle resonancia a las ruedas de prensa montadas con propósitos evidentes de agenda  noticiosa ( ver entrada anterior).

Saber entonces que lo inmediato es inmediato y que, para  tener sentido, en este caso de catástrofes, el periodismo debe nutrirse de minuciosos  contextos y  proyecciones.




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