martes, 26 de diciembre de 2017

¿PARA QUÉ LES SERVIRÁN LAS CURULES A LAS VÍCTIMAS?



Foto MTH

¿PARA QUÉ LES SERVIRÁN  LAS CURULES A LAS VÍCTIMAS? ¿LO MISMO QUE PARA LAS ETNIAS Y PARA LAS NEGRITUDES?


 En esta etapa de salmuera de las discusiones  que se adelantan sobre la constitucionalidad o  no del fast track  de las  16 curules, hace  falta  una pregunta   que  recuerda la que alguna vez  hizo Darío Echandía: El poder, ¿para qué?

Vale la pena  hacerla   ahora a propósito  de  la manera como  algunos  parlamentarios,  los políticos o el propio ejecutivo  tuercen la argumentación jurídica  para  estar  a favor o en contra  del procedimiento en el Congreso, si  los votos son los que son  o no  son,  si hay afán o no.

Esa  pregunta es : Las 16 curules, ¿para qué? 

La manía de  leguleyizar  los procedimientos es vergonzosa frente al dolor de las víctimas, de sus familiares y  de quienes esperan verdad, justicia, reparación y no  repetición.

Vergonzosos también  fueron los  debates en el Congreso, la hipocresía con que  se  escondieron las distintas voracidades, las ambiciones, las ausencias, la falta de ética pública,  las  mezquindades de los discursos  envueltos en  oratorias  desuetas.

También   vergonzosas  las peleaderas   mediáticas entre  el tribunal administrativo, los Presidentes de Congreso y Cámara,  y la utilización del concepto del Consejo de Estado como si fuera un balón de fútbol.

Vergonzosas las manipulaciones de quienes, como sucedió con la paz,  ahora pretenden   representar a las  víctimas  en  el  parlamento,   con sueldos espléndidos  pero consiguiendo  migajas  que no solucionarán los problemas de sus  electores, aumentando   el número de Congresistas  que otros, más razonables, proponen disminuir.  

Así como admiré la labor de  Herbin Hoyos  en su  premiado programa   de  radio en el que  los familiares de las víctimas   podían  ser escuchados por éstas, ahora me parecen patéticos, casi repugnantes,  sus  esfuerzos  en  favor de las víctimas,  a las que    seguramente  aspirará a representar.

Tan patético como  los  que, desde la cúpula  de las   antiguas FARC  y  ahora aspirantes a curules se  hacen los  de la vista gorda frente a los   abusos  sexuales, o quienes,   desde el  gobierno,   impulsan las curules sin hacer el balance de  lo que han logrado en la aplicación de las  cinco palabras.

No nos digamos mentiras y sobre todo, aunque sea por compasión,  no se las digamos a las  víctimas y sus familiares:  las  16  solo  le costarán al erario  público sin  beneficios locales  como la integración,   solo producirán rapiñas territoriales en vez de   mejoramientos concretos de las comunidades afectadas, y solo  consolidarán la burocratización de la paz.

No. ¡Por  Favor! A las víctimas no se les honra con curules.  Se les honra  cumpliendo lo prometido,  que se reduce a  cinco  palabras: verdad , justicia, reparación, no  repetición.


Un compromiso  que hasta  ahora,  en la  amarga historia  de Colombia,  en  el terreno arisco de las realidades, muy poco se ha  cumplido.

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