( Actualizado a lunes 27)
Aunque
muchos de ustedes seguramente
encontraron razones para votar el
domingo en vez de quedarse en casa rumiando o concluyendo que la consulta “nació muerta”, no
sobra referirse a algunas
argumentaciones que buscan desmontar la
iniciativa de participación ciudadana.
ERROR 1: LO SIMBÓLICO DE LA CONSULTA ES POLÍTICO
El
principal error de quienes
denigran de la consulta anti-corrupción es considerar que tan solo es, o lo es principalmente, un acto político.
A mi modo de ver, no pocas reflexiones fusionan el
aspecto ético y el político, como si fueran la misma cosa.
Pues
no. Porque antes que político, el acto de corromper es
una falla en la concepción ética sobre
el poder y sus tres ramas, las
relaciones entre gobernados y gobernantes, las instituciones, los organismos de control, los deberes y obligaciones de los funcionarios
públicos. También lo es, por supuesto, de las empresas estilo Odebrecht.
Corromper es
traspasar los límites de lo permitido y considerar “normal” lo prohibido. Una vez cruzado
el límite de lo moral a lo inmoral, todo está permitido. Para muestra un botón : la evidente inmoralidad de justificar leguleyamente las habilidades cuando
hay éticamente inhabilidades
como el caso Cabal- Lafaurie. O
darle una coima al policía para que no
lo multe.
La
legulización de lo político -que tanto se
ha mencionado en este blog- ha llevado a que, para las faltas
de ética, se propongan “remedios”
políticos o jurídicos, como, por
ejemplo un “proyecto de ley” desde el poder.
Pues
bien: todos deberíamos
votar, si consideramos que la utilización inmoral del poder ha llegado a límites inaceptables. No nos digamos mentiras: el ejercicio
ciudadano de una consulta anti-corrupción
como la del 26 de agosto es manifestar
la inconformidad de los colombianos por las
cada vez más graves fallas de ética pública.
Será muy difícil que se llegue
al umbral, como son muy difíciles de lograr la aprobación de cada una una las siete propuestas, algunas
discutibles o no, pero ese no es el tema. Los ciudadanos no somos
legisladores. Tenemos, en cambio, el derecho y la obligación de manifestar que existimos
y de opinar sobre lo que nos resulta
intolerable.
Opinar
no es solo hablar. Es actuar.
ERROR
2: NO
TENDRÁ NINGÚN EFECTO.
El
fatalismo de los absolutos lleva a una especie de
depresión colectiva de muchos colombianos.
Con los años, el poder de quienes
no distinguen el interés particular del colectivo, la
decencia de la indecencia, la corrupción del cuidado de los bienes públicos, ha ido en aumento.
La
pasividad, la anomia , la tolerancia, el no querer ver han llevado a quitarle la talanquera
a los actos ilícitos o anti éticos. Casos como el de la parlamentaria
corrupta o del "fiscal anti corrupción" son
ejemplos de lo intolerable, alcahueteados
por la inercia ciudadana. Mas allá de las marchas,
esta votación es un gesto -simbólico si se quiere- pero que
marca una diferencia de actitud de la ciudadanía.
ERROR
3: NADA VA A CAMBIAR
Los absolutos del pesimismo ( “no hay nada que hacer") llevan a los ciudadanos
como usted y yo a marginarse
de cualquier iniciativa. Del
mismo modo, los absolutos del
optimismo la llevan a polarizar y descartar
a los demás. Quienes opinan
que la consulta no va a servir le
apuestan al fracaso… pero de los demás.
Las
utopías como manera de esperar imposibles son un freno
para la participación activa de los ciudadanos en todos los niveles.
ERROR
4 : LOS PROMOTORES SON POLITIQUEROS :
Creer
que todo es politiquería es tener una
ética que ampara sus miedos en falsas utopías. Como consecuencia de los
absolutos promulgados por el pesimismo, se desconoce el esfuerzo de quienes han estimulado la participación ciudadana cuando
el propio congreso ha rechazado una y otra vez reformar
sus costumbres.
Creer que Mockus, López, Lozano, el propio
Presidente Duque, y muchos funcionarios probos que trabajan y han
trabajado para el país solo están motivados por politiquería, es confundir el agua y el aceite, o el oro con la escoria.
Y esta última expresión entendida, no
en términos políticos, sino éticos. Limitar reelecciones, o rebajar sueldos inauditos son
medidas que reflejan el deseo ético de no aceptar
desigualdades o falta de oportunidades.
La desigualdad y la brecha salarial no
se resuelven con “ una extraordinaria subida de salario por una sola vez” ( pero este es otro tema)
ERROR
5: LO MISMO SE PUEDE HACER DESDE EL CONGRESO
SIN GASTARLE 300.000 MILLONES
Sabe cuanto gana un parlamentario hoy? $31.331.
821. ¿Sabe cuanto es el salario mínimo
en Colombia, que Uribe quiere aumentar una
sola vez
de manera “extraordinaria”? $781.242 . Supongamos que logre el populismo de doblarlo : llegaría a 1.562.483. COMPARE.
Además, recuerde que el Centro Democrático, y en particular Paloma Valencia, fueron quienes propusieron y obtuvieron trasladar la fecha inicial de la Consulta Anti-corrupción que estaba prevista simultáneamente con las elecciones presidenciales, para despues de éstas. Si se hubiera mantenido la fecha inicial, solo habría costado $20.000.000 millones. Esa es la verdadera explicación.
Además, recuerde que el Centro Democrático, y en particular Paloma Valencia, fueron quienes propusieron y obtuvieron trasladar la fecha inicial de la Consulta Anti-corrupción que estaba prevista simultáneamente con las elecciones presidenciales, para despues de éstas. Si se hubiera mantenido la fecha inicial, solo habría costado $20.000.000 millones. Esa es la verdadera explicación.
NO
SE EQUIVOQUE: el simbolismo de esta consulta es ético, no político. Su verdadero sentido es ético: pronunciarmos contra costumbres políticas anti éticas que han permeado a todos los partidos, al empresariado, a los magistrados y jueces, los parlamentarios, a los suministradores de alimentación escolar, y, sin duda, a muchos sectores de la sociedad
colombiana. Lo importante aunque casi imposible es llegar al umbral de 12 millones de votantes para que el mensaje sea contundente, vótese si o no a cada pregunta.
Pero entre mayor sea el apoyo a la consulta en sí,- como por cierto lo fué- y a otras manifestaciones ciudadanas en el futuro-, más demostrará la ciudadanía su real inconformidad frente a la corrupción.
Pero entre mayor sea el apoyo a la consulta en sí,- como por cierto lo fué- y a otras manifestaciones ciudadanas en el futuro-, más demostrará la ciudadanía su real inconformidad frente a la corrupción.
Pronunciarse en contra
de esta epidemia es no
aceptar lo inaceptable. Porque no votar es permitir que otros se
solacen mezquinamente con el resultado, y que todo siga igual. Es decir, permitir que se
vuelva una infinita discusión leguleya en el Congreso, de las que somos cada vez más ajenos como ciudadanos. Estemos entonces pendientes, que eso no tardará a suceder, ahora que no llegamos al umbral, sino casi.
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