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Alguna vez escribí que, en esa sociedad de la mentira, algunas verdades solo lo serían cuando, como sucedió en Italia con la mafia, las telenovelas o el cine se encargarían de revelarlas.
Y eso está sucediendo con algunas series, en particular de Caracol. No me refiero a La Venganza de Ananía, que refleja muy bien cierto clima bogotano rolo de las élites y sus hipocresías. Me refiero, sobre todo, a la que le sigue de lunes a viernes, el General Naranjo.
Por su valentía y su capacidad de mando, el General se merece el reconocimiento de los colombianos por sus actuaciones brillantes en un mar de mediocridad en el que a veces se ahogan los altos mandos de la policía y el ejército.
Pero , de nuevo, no me refiero a él sino al contexto del proceso ocho mil, que no merecía ahogarse en un mar de penumbras para llegar a disolverse en la nada. Cuando veo las estúpidas actitudes colombianas en relación con el hermano de la vicepresidenta, que para algunos fue mencionado “heroicamente “ por Petro y algunos periodistas, me pregunto por qué el proceso ocho mil sufrió ese entierro muy de segunda en nuestra idiosincrasia mediática.
"Todo fue a mis espaldas "-dice Sampedro en la telenovela que hay que ver |
Precisamente a raíz de esa telenovela y del proceso 8000, volví a leer el que, a mi modo de ver es el más completo relato de lo que realmente sucedió escrito por uno de sus Testigos principales, nada menos que Santiago Medina Serna. Sí , el mismo personaje: el tesorero de la campaña Samper que, como en algunos dramas, terminó siendo considerado el bobo del paseo, el que había que aplastar.
Pues bien, su libro tampoco se merece el olvido por una razón muy sencilla: Medina era el único protagonista principal que no tenía nada que perder ni que esconder cuando lo echaron al agua sucia Botero y Samper, salvo, en esa época de pudibundeces, su homosexualidad, lo que ahora a nadie le importa hoy.
En un país al que le encantan los detalles, no me refiero a la manera cono el Presidente Gaviria descartó a Medina de la presidencia de Eco salud, o a la “descortesía permanente con él de Mónica de Greiff “ ( Pág 89), sin mayor importancia, sino a la almendra del proceso ocho mil.
edición de 1997 |
Soy de las pocas personas que todavía posee un ejemplar de la primera edición del libro que escribió. Y no porque conociera a Medina, (que por cierto fue inicialmente del Nuevo Liberalismo), sino porque a nadie le interesaba leerlo. Si bien en un comienzo todos los medios y periodistas se lanzaron a perseguirlo y entrevistarlo, se percibió luego como un ser de poca importancia.
Los bogotanos samperistas o boteristas hicieron, de una manera muy bogotana, todo lo posible para ahogarlo por insignificancia. Fernando Botero -hijo, claro está- se retiró discreta y elegantemente de la circulación, de tal manera que ya nadie sabe qué se hizo el melindroso hijo del más famoso pintor de Colombia.
En cuanto a Ernesto Samper Pizano, salió indemne de la amañada Comisión de Acusaciones, que lo absolvió ( ni culpable ni inocente) por vista gorda. Solo quedó el testimonio real de un pobre diablo- al menos en eso querían convertirlo sus chirriados amigos . Prefirieron “salvar” a Ernestico, ala, que siguió echando sus chistecitos o, como lo describe Medina : “ Con el gesto característico que ya los colombianos conocemos, de pretender que no pasa nada” . El mismo que les decía, ante las angustias pecuniarias de la segunda vuelta “ tranquilos, la plata llega” (página 109). Pero eso si, dejó tirado olímpicamente al tesorero Medina.
Medina describe bien lo que sigue pasando en la sociedad bogotana, paisa o barranquillera. En el caso de Ernesto Samper, la reunión que tuvo en Madrid ( España) con Giraldo y Mestre, en la que se acordó la financiación de su campaña por parte del Cartel de Cali en el café El Espejo, del paseo de Recoletos, número 30. Eso desde luego nunca se comprobó, porque en Colombia los escándalos se hacen, pero solo el chismorreo permite comprobarlo. O telenovelas como la del General Naranjo.
Da risa hoy presenciar lo que sucede con el Senador Char, de Cambio Radical y los esfuerzos que hacen los partidarios de una voraz alianza, en la que no importan los pecadillos, sino mantenerlo como próximo candidato a la presidencia del Senado. Eso si, el conservador Cepeda dice con gran solemnidad que hay que cumplir los acuerdos políticos.
¿Será o no será? Pregunta el periodismo de salón, refiriéndose, claro está, a la presidencia del Senado , y sin escarbar en los pecadillos . En otro tema, solo menciona las triquiñuelas de Saab con Maduro. Pero USA está presente en la captura, como también lo está en el proceso 8000. Es de la DEA, -como lo recuerda la telenovela- de donde provienen los narcocasetes que Pastrana utilizó . Ahora son los Estados Unidos los que, con la captura de Saab, lo piden en extradición. En todo caso, el narcotráfico permea la clase política y solo selectivamente se mencionan los intereses políticos involucrados. ¡Qué vergüenza!
Medina el elegante fue condenado a 64 meses de cárcel y muy enfermo, murió en 1999 a los 48 años en su casa del barrio La Cabrera, al agravarse su insuficiencia renal . “Todo empeño se ha puesto en destruir la confiabilidad del tesorero. Se lo está apercollando, palabra castiza que viene muy bien al caso” -escribió con razón Álvaro Gómez Hurtado en su último editorial, del 31 de octubre de 1995 en el diario El Siglo, publicado como anexo en el libro de Medina.
Sin duda, más que la "justicia" política, las telenovelas -en este caso de Caracol- de alguna manera evitan y evitarán que algunos temas naufraguen en un hipócrita olvido. Y que todo siga “como si nada pasa” en medio de chistecitos samperianos.
Excelente artículo Dra. María Teresa lo comparto en su integridad porque en este país a los poderosos no les pasa nada.....También tengo todavía el libro del malogrado Medina.
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