Foto MTH
Con muy buen criterio, el foro debate del martes 6 de octubre nos llamó adultos mayores y nos puso a reflexionar, ya que todo ser humano “ vive -envejeciendo”, como bien lo recalcó Alejandro Angulo, S.J.
Faltaba más que nosotros cargáramos con la incertidumbre de los tiempos difíciles.
Las conclusiones del Foro virtual, promovido por la incansable Elisa Dulcey, líder de Cepsinger, la Universidad Javeriana, la Confederación Colombiana de ONG, y las Naciones Unidas, mostró varias realidades .
Como bien lo recalcó desde EEUU Jennifer Allshire, ( buen ejemplo de los gringos valiosos, pues no
todos se parecen a Trump), en el 2050 de este planeta habrá más adultos mayores que niños y niñas.
En ese clima humano creciente de discriminación, impulsada por el corona virus, nuestro imaginario no distingue todavía infectados y afectados, vulnerables y vulnerados. La encuesta de Allshire muestra desigualdad entre hombres y mujeres adultos mayores y cómo la invisibilidad social se convierte en pura y simple discriminación de muchos adultos mayores.
Al comienzo del Corona Virus, varios colombianos nos indignamos cuando el Presidente Duque nos llamó abuelitos con tono protector.
Pero más importante fue lo recalcado por Rodrigo Uprimny en el foro, cuando señaló que Colombia no ha ratificado la Convención Inter Americana sobre la protección de los Derechos Humanos de las personas mayores*. Por ejemplo, medidas tan elementales como nuestros derechos a no discriminación, a la autonomía ( en particular en el tratamiento médico con consentimiento informado), a la seguridad social, al cuidado, a impedir que se nos estereotipe, y, en general a la supervisión de cómo se aplican nuestros derechos humanos como mayores, nuestra dignidad y nuestra igualdad como seres humanos, así como la necesidad de un enfoque diferencial, entre otros.
Por cierto, una Convención que no han ratificado sino 6 de 35 países de este continente y sobre la cual el Gobierno Duque no ha dicho una sola palabra, aplicando, en cambio, la dudosa y autoritaria teoría de “confinar para proteger”, consecuencias del paternalismo ducal.
¿Cuales son en el fondo las razones para confinarnos obligatoriamente? ¿Para que no se copen las UCI y por lo tanto nos escojan como ultima opción ( lo que afortunadamente no sucedió)?
Los adultos mayores , en el caso colombiano, en un 70 % conviden con la familia. Eso no es necesariamente un paraíso,o un infierno sino, para algunos, los costos emocionales de la humillación. Hay dificultades para transferencias económicas en ciertos sectores en Colombia, estereotipos sociales. Se desconoce la diferencia entre el adulto mayor rural y urbano, y la brecha tecnológica. Muchos temas que impiden “sobrevivir con dignidad” como bien lo describió el sacerdote Angulo. Muchos temas que no ha desmenuzado el Gobierno nacional , aficionado a elaboraciones teóricas y a mostrar lo bonito en su programa estrella.
MI MEA CULPA…
Debo por tanto un mea culpa cuando afirmé la inutilidad de la tutela interpuesta por adultos mayores. Rodrigo Uprimny y los demás panelistas recalcaron como la sentencia favorable a los adultos mayores que la interpusieron permitió visibilizar estos temas cuando “se alimenta el estigma al agotarse el ciclo de vida”: las dificultades de de participación en lo social, el mercado laboral que se cierra para los que tienen que trabajar, el poco apoyo a los cuidadores de adultos mayores , la desnutrición en esa etapa, las crisis, el maltrato. Y , por supuesto, la brecha tecnológica de diseños no muy amigables para personas mayores, cuando les cuesta trabajo hacer “clic” con sus huellas desvanecidas o los derrota la velocidad .
En fin , un mundo en el que “la edad no es un criterio de vulnerabilidad, sino que hay que distinguir, una vez más, entre personas vulnerables y vulneradas”.
¿Es internet solo para los jóvenes o puede ser un instrumento de sociabilidad? A mi modo de ver, se hace cada vez más necesario que personas de todas las edades participen en el mejoramiento de la calidad de vida de adultos mayores que lo necesiten. No solo en el cuidado físico, sino en el mental. Por ejemplo, con talleres dictados por adolescentes y jóvenes para el uso de internet y todas las entretenciones que permiten diluir estereotipos, pero también, compartir sabiduría .
¿No es hora de acercar generaciones? Sólo así se diluirían los estereotipos que se han creado en torno a ese envejecimiento que es parte de la vida. consejo : siga el link y apoye la ratificación
Gracias María Teresa, por tu reflexiones. Nos ayudan a seguir reflexionando, a visibilizar y ojalá, a tomar conciencia, sin importar la edad, de que vivimos envejeciendo y hemos de llegar a la vejez, si aún no hemos llegado.
ResponderEliminar