Sin duda los ministros escogidos hasta ahora en la era Petro tienen excelentes trayectorias. Pero ¿es eso suficiente para garantizar un cambio sostenido?
Respuesta: el caudillismo que arrastramos en Latinoamérica nos ha hecho, sin duda, mas mal que beneficio.
Nuestra manera de valorar a los funcionarios de alto turmequé - como se dice en Boyacá- es decir, las cabezas, es un síntoma elocuente de nuestro sentido individualista de valoración, a su vez, sintomático de cómo se suele analizar de manera individual lo colectivo en nuestra realidad colombiana.
Eso nos pasó, desafortunadamente con el Presidente Duque, que, por fortuna, ya casi termina un mandato gris. Cuando Uribe dijo que ÉL tenía que ser, los uribistas le encontraron un montón de cualidades a quien había sido solamente senador y funcionario burocrático del BID. Los no uribistas ni siquiera alcanzaron a formular reparos, puesto que, como solo era conocido como senador de palabra “brillante” y al parecer estudioso, eso era suficiente mientras se le buscaba más pierde. Los calificativos especialmente por las redes sociales, eran francamente laudatorios : “maravilloso, estupendo, genial”, y nos anticipaban un futuro brillante. Luego vino el aguacero, ese sí real…
Algo similar sucedió con los ministros de la era Duque cuando las expectativas no se analizaron con sentido racional sino emocional, a lo like o don´t like.
RETO AL PERIODISMO
Muchas veces el periodismo, o las redes sociales , que podrían aportar luces sobre el asunto, se limitan a aplaudir, cuestionar, ensalzar o satanizar el nombramiento pero luego poco le hacen seguimiento a la manera como se está ejerciendo el cargo, las politicas públicas que se deben seguir en cada tema, las características del equipo o el estudio de las decisiones de carácter público, que podrían ser muy útiles para la ciudadanía, en particular por las todavía incipientes veedurías ciudadanas.
Ese descuido, que lleva años, permitió que surgieran personas de buena fe pero evidente mediocridad y desconocimiento del sector TIC como Abudinen, funcionaros corruptos como Guillermo Moreno, para solo citar dos, y uno que otro magistrado de la toga.
Más grave todavía y como tanto se habla de corrupción pero poco se le define, centenares de funcionarios han construido la improvisación, el amiguismo, la ineficiencia de la que tanto nos quejamos, el terreno propicio para la corrupción, la inercia y le prevalencia del interés personal sobre el privado, independientemente de las cualidades de las cabezas
+++
El caudillismo en Colombia, en todos los niveles, ha llevado a que se evalúe la administración pública solamente en el nivel de cúpulas ministeriales, cuando, en realidad, se debería hacerle seguimiento a la eficiencia y la pulcritud en todos los niveles de la administración pública. Y eso antes de que prospere el desmadre.
EMPALMAR, ¿PARA QUÉ?
Los llamados “empalmes” pueden ser una primera manera pública de contrarrestar esos silencios sobre lo que se entregó o cómo se recibe, que luego serán la base para juzgar de manera más equitativa y realista los retos y los avances o retrocesos. Si el periodismo le pusiera más método al análisis, sería un valioso instrumento de medición sobre lo que se hizo ayer y lo que queda por hacer del 7 de agosto en adelante.
(Con esa vara, por cierto, se deberían medir aspectos tan apabullantes como las atrocidades cometidas durante la época de “guerra” y el informe de la Comisión de la Verdad. A propósito del tema , resulta a mi modo de ver vergonzoso comparar el estudio que tantos esfuerzos significó para victimas y miembros de la Comisión, llamándolo, como lo hizo María Isabel Rueda “ milhoja “ y, con un apresurado plumazo, desconociendo la realidad del demostrado horror de tantos años de violencia. Juzgue Usted)
https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/maria-isabel-rueda/columna-de-maria-isabel-rueda-la-milhoja-de-la-comision-de-la-verdad-684468
****
REZAGOS DEL CAUDILLISMO VISCERAL
Pero volviendo al tema y a los rezagos de caudillismo visceral latinoamericano, el reto del cambio puede, sin duda, ser analizarlo de una manera sistemática, más desde los argumentos de la razón que los emocionales. Eso se llama, ni mas ni menos, educación política de los colombianos, que debería incluir, desde la primaria, la secundaria, o el analfabetismo adulto, y como tema fundamental, el análisis crítico, que incluye lo positivo y lo negativo pero, sobre todo entender la manera como funciona el Estado. .
*Nota : a propósito del titulo, con la “cartera” me refiero a la importancia de hacerle seguimiento al equipo de cada ministerio, lo que termina siendo decisivo para la elaboración y aplicación de una política pública sobre cada uno de los temas propios de la respectiva cartera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario