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Los "reales" |
Como bien lo
dijo en alguna oportunidad (palabras
más, palabras menos) Jesús Martín
Barbero, los audiovisuales solo son reflectores sobre un aspecto de complejas realidades.
Y ya queda
claro , independientemente de
si se trata de Caracol
o RCN, es decir, de Santo Domingo o Ardila Lule, que los dos
canales oligopólicos se han ido por el lado de lo que más vende.
En este caso,
lo que más vende, además del
protagonismo del malo ( Pablo Guatepaisa
o MaloGachapior), es el énfasis en la
crueldad, la violencia, el morbo sexual ( no solo en las niñas
de la mafia, sino en las
prepago, aun como estrategia de los policías buenos). Un buen ejemplo de lo que vende es el episodio dedicado a la orgía en Mexico de MaloGachapior y sus colegas mexicanos.
Por cierto, surgen inquietudes : ¿ Se ocuparán de la manera como analizan las series a la mujer colombiana aquellas protestantes y ONG femeninas que crucficaron a Andrés Jaramillo por una desafortunada frase ? ¿ O solo les interesa el tema de su minifalda?
Por cierto, surgen inquietudes : ¿ Se ocuparán de la manera como analizan las series a la mujer colombiana aquellas protestantes y ONG femeninas que crucficaron a Andrés Jaramillo por una desafortunada frase ? ¿ O solo les interesa el tema de su minifalda?
La
bondad, la solidaridad , el respeto por la vida humana, el desprendimiento frente
al embrujo del dinero
requieren mucha más sutileza que la maldad o la codicia. Las lógicas
comerciales de los medios
oligopólicos no logran ni lograrán hacer la compensación de la dosis extrema de violencia y de sexo cuasi porno, a pesar de
todo el empeño que pongan en el mejoramiento de lo producido.
No hay personajes víctimas
fuertes , ( la sonsa
hija de doña Belinda y su novio
son de una ingenuidad asfixiante y su terror ante la violación del capo fue una actuación bastante rígida y cansona)
Tener a Gerardo Reyes
y a Mauricio Navas como es una garantía. La dirección de Diego Mejía
y Mónica Botero, o actores tan estupendos como
Juan Sebastián Calero ( a pesar del exceso en la mueca) en el papel
principal o la actuación de Belinda
Arguello ( por cierto no no encontré ni su nombre si el de otros actores en la página) y, en general, de todo el elenco, muestran que la TV colombiana ya no se raja , o muy poco, ni en la producción ni en la realización.
En otras palabras, que es competitiva
internacionalmente. Lo que no obsta, desde luego, para que le haga falta más sutileza en los contenidos .
Eso,
por cierto, no se remedia con letreritos
explicativos, como tampoco
lo logró “Pablo, el patrón del mal”. En ese sentido, a mi modo de ver ( que, por supuesto, admite
debate), la mejor caracterización
sigue siendo “los tres Caínes”, aunque también cae en la sensiblería amorosa. ¿ Por
qué? Porque las víctimas terminan siendo los malos, en una ruptura de estereotipos. En las otras, los malos son malos, pero la pasan rico ( sicologicamente hablando).
¿Cómo
habría sido cada narco serie
o narconovela si en vez de producida
por los Canales oligopólicos hubiera sido producida por el equivalente colombiano a HBO o BBC ( porque Señal Colombia, aunque de notable calidad , no tiene el presupuesto ni
lo tendrá nunca)?
Tendría sin duda otros propósitos que el simple
lucro, como lo tiene la Universidad Nacional o la de Antioquia en investigación cuando se le compara con universidades privadas ( incluida los
Andes)
Al olmo
, como lo recuerda la sabiduría a popular, no se le
pueden pedir peras. Pero lo que sí es muy importante: que
maestros, padres de familia, grupos de adolescentes y de
viejos como esta abuela cibernauta,
aprendan a distanciarse tanto de
sus estereotipos como de lo que les envían los medios consumistas.
El
problema de la calidad es distinto del
problema de la transmisión de
valores. Y no nos digamos mentiras: a RCN y a Caracol, solo les interesan los valores en teoría. Eso
quiere decir que los transmiten para
salir del paso moral.
Por lo mismo, periodistas o hijos de víctimas
no deberían caer en la trampa de
“documentales” avaladores de lo comercial. Tanto
en el caso de de las mafias de la coca o de las esmeraldas
( ahora alborotadas y seguramente
próximo tema de lo narco audiovisual) , un documental como referencia
histórica queda por hacer. Pero no como
no como apéndice de una serie, ¡por favor! .
Y dos inquietudes. La
primera, a Gerardo Reyes: los que valoramos el minucioso aporte
histórico de un libro como Don
Julio Mario, esperamos otro sobre
el contexto y la explicación sociológica del las telarañas sociales de Rodríguez
Gacha.
La segunda
inquietud, a Gustavo Bolívar, el libretista de
“Pablo, el Patrón del Mal” ¿Cuando aparecerá el libro sobre lo no revelado o discretamente vetado?
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