El Congreso de Colombia , con seriedad, y desde todas sus vertientes, participó, como era su función, en el debate sobre Paramilitarismo con la acertada (por lo compleja) dirección del Presidente de la Comisión.
Algunas conclusiones :
Negativas
Ø Todavía
mucho odio circula por los pasillos del Congreso.
Ø Todavía mucha intolerancia impregna los debates.
Ø Todavía los opositores no guardan
respeto por el dolor de los
asesinatos de los padres de sus
adversarios.
¿Qué pensarán las nuevas generaciones? |
Ø Todavía la palabra “paz” esconde muchos temas que se buscan esconder.
Ø Todavía los radicalismos fundamentalistas (no sólo del Uribismo)
y el dogmatismo no acompañado de
argumentación infiltran los análisis.
Ø Todavía
se confunde el debate político con la
judicialización de lo
argumentado. El argumento supremo
“voy a
interponer una denuncia penal” ( 23 casos), se presenta ( y los medios le hacen eco) como
si con eso se demostrara
políticamente algo o se justificarían
los actos cometido
Positivas
Ø Van creciendo, dentro y fuera del Congreso- las voces que se rebelan
contra la polarización.
Ø Va creciendo y se expresa el rechazo
al comportamiento atarván: es decir, la falta de
respeto por el contrario, la falta de
educación cuando se abandona el recinto sin escuchar al otro,
o se insulta al Adversario (sanguijuela de alcantarilla), actitudes todas que demuestran carencia de
lo que los ingleses llaman el fair
play, que debe regular todo debate o discusión, no solo políticos sino
académicos .
Ø Poco a poco se va fraguando un
enfoque ético que supera lo
judicial y los procedimientos de pacificación, no solo en relación con las negociaciones de La
Habana. Se fortalece así un consenso moral
que supera el imaginario
leguleyo según el
cual “la ética es lo mismo que la ley”.
Supongo, ello frenará la proliferación
de propuestas de reforma
(constitucional, legal, judicial,
educativa, salud) como “solución” dudosa a los problemas reales no superados
colectivamente.
Ø Poco a poco va
creciendo la necesidad ciudadana de entender que no hay una verdad y de encontrar en el pasado,
no algo que hay que olvidar, sino que
una causa que determina
las realidades de coyuntura. Solo algunos despistados
dicen que esas precisiones sobre el pasado son “refritos”
Ø Poco a poco van haciéndose
notorias las paradojas del tiempo perdido en contradicciones
individuales como la de Everth Bustamante, ex guerrillero del
M-19 ahora gran defensor de Álvaro Uribe
Ø Poco a poco se va entendiendo que
la promoción del paramilitarismo no es lo mismo
que promover un proceso de paz y que no se puede equiparar el sometimiento de narcotraficantes a un
proceso de “paz” político
Fernando Botero |
Ø La “historia rosa” para utilizar la expresión de Claudia López en relación con cada uno de los actores del conflicto, no puede confundirse con la historia completa.
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