En la facultad que fundó |
El primer número de un renacer distinto |
El 23 de septiembre se le hizo un merecido homenaje a Orlando Fals Borda (1925-2008), uno de los fundadores de la facultad de Sociología, hoy desafortunadamente (pero ese es otro tema) de capa caída, a diferencia de otros sectores de la Universidad Nacional, una de las pocas universidades colombianas de acreditación internacional. A continuación, una remembranza de mi sentir, pensar y actuar. MTH
Tanto
en sus obras, como profesor, intelectual, columnista o innovador, la comunicación de Orlando Fals Borda con los demás era la almendra de su pensamiento y de sus sentimientos. Una
comunicación en lo personal cálida, innata, exenta de prevenciones, y caracterizada por el deseo de escuchar al otro. De compartir
conocimiento. De trasmitirle a los demás
las explicaciones del mundo, sin rencores ni
amarguras. De comulgar en solidaridad intelectual, aún en la divergencia de enfoques y opiniones.
Solo entendiendo como era Fals Borda un
SER HUMANO en todo el enriquecedor contenido existencial de la palabra, se entiende por qué
escribió lo que escribió. Y por qué, en el aspecto que
me correspondió compartir, es un modelo de periodismo, tanto en lo comunicativo como en lo investigativo.
En sus propias palabras , para llegar a las esencias del
trabajo intelectual, “ había que andar, nadar y remar con la cultura del río” , convivir con
los pescadores y encontrar en ellos los elementos “redondos”[1]
(es decir, el dominio real y no teórico de técnicas del vivir y sobrevivir). Ellos
son los que le van a dar la explicación de cómo es la realidad de la cultura
ribereña que Fals Borda denomina
anfibia. Pero es también la explicación de por qué su periodismo y la pesada carga de sacar adelante a Alternativa, que asumió con paciencia y templanza con el equipo que lo acompañó en su segunda etapa, refleja también ese estado
de ánimo.
Por su capacidad anímica de
buscar en lo práctico la esencia de la posterior explicación teórica, nace su
monumental “Historia doble de la costa”. A muchos de quienes la leímos
y releímos, no dejaba de
asombrarnos. En mi caso,
de sentir una enorme afinidad y
admiración antes de conocerlo y de
embarcarnos en la aventura maravillosa del renacer de Alternativa. Comprobé
entonces que mi imaginario
del autor correspondía con transparencia a la
manera como escribía. La sencillez de los verdaderos
humanistas caracterizó su liderazgo del
equipo periodístico, del cual fui
la directora durante 13 números.
La segunda etapa de Alternativa,
iniciada por él en agosto de 1996 como la obsesión de un soñador fue, a mi modo de ver, mucho más
Falsbordiana que la primera,
nacida en febrero de 1974. En aquella sobresalía la rebeldía de unos jóvenes que
otros llamaban “burgueses” (como Enrique Santos Calderón, Daniel Samper y Antonio Caballero), o escritores
sobresalientes como Gabriel García Márquez y la llamada Rosca
cuyo nombre era el sano ejercicio
de burlarse de uno mismo. El impacto de
los valerosos destapes periodísticos, el escándalo producido por los mismos, opacaban
la sutileza de un rebelde sentipensante humanista y discreto como Fals
Borda.
Cuarenta años después, es intelectualmente
avasalladora la perdurable vigencia
de Fals Borda en la explicación de
América Latina, no desde las cúpulas,
sino desde los seres humanos que
la componen en regiones específicas.
Avasalladora tanto como lo es en literatura el incomparable García
Márquez.
Fals
busca siempre cambiar y la medida de sus fracasos es la
de su importancia como un utópico cuya metodología de investigación
acción participativa deja una
huella imborrable y debería ser más
practicada por el periodismo colombiano,
empeñado en creer que se hace desde cómodas “mesas de trabajo”.
A juzgar por la peculiar “coherencia” política del –repito para que no queden dudas- admirado
García Márquez, su manera
de instalarse en las mieles del
poder de
Fidel Castro y el escaso interés del Nobel
por cambiar a Colombia, ¿ cómo no evocar la coherencia y el sentido de país de Fals Borda?
¿Cómo comparar la huella
intelectual de Fals Borda con la evolución
poco brillante del bien instalado en los bordes de sí mismo Enrique Santos Calderón, y la sin remedio del columnista
Antonio Caballero? Sin duda, la profundidad
intelectual de Fals Borda merecía un trato menos light y displicente
del que le dieron sus
antiguos socios y, en general, los colombianos que no lo han leído.
Sin embargo, menospreciado y criticado como lo fue luego de la crisis de la primera Alternativa,
en el primer editorial de la Nueva Etapa
, él invita, citándolos con nombre
propio , a todo sus antiguos compañeros,
a incorporarse a la nueva etapa sin rencores ni amarguras.
No me detendré desde luego en esa disputa al interior de la primera
Alternativa[2] y las incoherencias de la llamada izquierda
(incoherencias por cierto de todas las
tendencias políticas colombianas signadas de egocentrismo y de individualismo caudillista).
Más interesante es la manera como Fals Borda se embarcó en la necesidad, vital para él, de concretar el cambio teórico y de salón de
muchos de sus colegas. Acompañado
por un grupo de utópicos y de
rigurosos ingenuos como él, casi todos desconocidos, se cuajó la aventura
de Alternativa, de la cual había
conservado la propiedad intelectual del nombre con García Márquez y Enrique Santos y que
los dos
últimos accedieron a que la utilizara.
Dice Fals Borda a propósito
de la Alternativa del 74 en el primer editorial del
96: " En 1974 creímos sus
fundadores que era conveniente
separar dos tareas vitales para todo organismo: el pensar y el luchar[3].
Aquel espejismo conceptual nos costaría caro por la dolorosa mitosis conceptual
que sufrimos… nos tomó tiempo llegar a
corregir aquel sofisma y formalizar la
combinación creadora de aquellos
procesos, el del sentir, el del pensamiento y el de la acción”.
“Sentir, pensar, actuar”
fue la fórmula que acuñó para esa segunda etapa y que,
lejos de la tirada de línea que
caracterizó la primera “atreverse a pensar es empezar a luchar”, tenía un sentido profundamente ético:
desoxidarse de nostalgia, formar
comunidades de sentido, utilizar un nuevo lenguaje - menos acartonado-, mirar
el mundo sin sentirnos su ombligo. Por eso, además de temas que
han trascendido históricamente
y que la revista descubrió después de
minuciosa investigación ( “La tenaza
paramilitar” en la Antioquia del Gobernador Álvaro Uribe Vélez y
las creadas Convivir, “embuchado de largo alcance”, los atropellos ambientales, o las
FARC por dentro) hay
temas sociológicos como el uso
del condón, el cambio en el concepto de
familia, el país de telenovelas, el colectivo inconsciente a cargo
de los programadores de rock de Un radio y la tira cómica . Se
le da carátula a la corrupción en el sindicalismo del
magisterio, hay series de artículos que con
el transcurso del tiempo se convertirán en libros como aquel
sobre el cartel de Cali, de José Gregorio Pérez. Hay testimonios como el del Coronel Velásquez
sobre los vínculos del
paramilitarismo y generales del ejército, que muchos años después serían corroborados o reivindicados como propios – sin dar el correspondiente crédito como sucedió con La tenaza paramilitar” por los medios nacionales .
Sentipensante:
Fals Borda había forjado la palabra tomándola de un pescador de la depresión momposina que alguna vez le dijo: “creemos y actuamos con el
corazón pero también empleamos la cabeza”. Un concepto
que
partió entonces de la realidad del quehacer
y que su temperamento de incesante
buscador agrandó, volviéndolo
central en su filosofía de lo
social pero también en el periodismo.
Lo mismo sucedió
también con la expresión cultura anfibia y
con el uso metafórico de la oicotea
que
le permitió describir y
reflexionar filosóficamente sobre un modo de ser y de sobrevivir, explicados sin la carga ladrilluda de los sociólogos
de ego alborotado.
Y aunque sostenía que la cultura
anfibia no se aplicaba a los
cachacos ni a todo tipo de adversidades,
tenerla tan interiozada le permitió como presidente del Consejo Editorial de la Nueva Alternativa ,
que la revista aguantara hasta
donde se pudo, y que sobretodo,
pudiéramos ir hasta el fondo de manera firme e
impasible en temas arriesgados. Impasible como cuando, desde la
ventana observábamos que curiosos
personajes hacían plantón en la
esquina frente a Alternativa o cuando nos animaba a seguir adelante con las investigaciones.
Oicotea,
dice Fals Borda en el video que por fortuna conserva Internet “es también aguantador porque sabe esperar
su momento”. Y cuando en la revista
salió el informe sobre las Convivir, investigado por esa gran buscadora de temas profundos que es
Mariela Guerrero, y el meticuloso seguimiento de Carlos Iván García, jefe de redacción, todo el equipo estuvo blindado para lo que se venía: los insultos del Dr.
Uribe Vélez, la denuncia penal de
Pedro Juan Moreno que ganamos
al precluirse la investigación
por injuria y calumnia. ¡Como vibramos, incluido Orlando
Fals, al sentirnos indisolublemente
ligados por la necesidad de sentar un precedente ante las iras del poder, y la de no conciliar
como periodistas con el
autoritarismo atarván!
No nos pudieron acorralar por injuria o calumnia |
En este caso concreto, nos acompañó también , además del sentimiento
de entusiasmo, el rigor de Orlando Fals al analizar, palabra por palabra, concepto por concepto , el artículo luego cuestionado por el Gobernador o los de
otras investigaciones sobre las
armas de largo alcance, sobre
las Farc, sobre los generales
en Urabá, sobre el contrabando de
pieles. Con la admiración reverencial ante
un hombre de tanta trascendencia, nos empeñábamos todos en
hacer el análisis participativo
de todos los artículos en el consejo de redacción que sesionaba en
el estrecho segundo piso alrededor de una rustica mesa de madera , sentados en bancos incómodos. Todos contagiados por la necesidad de saber, de aprender, inclusive él, que supo ponerse a
nuestro nivel gracias a su manera de ser sencillo, a veces gocetas
como un niño, a veces sabio
con una reflexión soltada como
quien no quiere la cosa, sin utilizar
palabras rimbombantes, sintiéndose reportero como el que más pero
escribiendo todos los editoriales.
Jóvenes como Carlos Iván García,
Carlos Dajer, Sebastián krieger ,
Martha Ruiz , Juan Camilo Jaramillo,
investigadoras como Mariela
Guerrero colaboradores esporádicos y esperados como Alberto Galeano y Marco Palacios, iniciados en el
periodismo como León Valencia. Todos y
cada uno de los que no menciono pero que se reconocen , financiadores benévolos que sabían que la aventura era un
costal sin fondo como Pedro Pacanchique, entusiastas
periodistas dispuestos a entregarnos a la necesidad
de informar, todos guardaremos
sin duda una lección de vida de Orlando Fals Borda
¿Por
qué terminó la nueva etapa de Alternativa? Porque se la
tragaron las deudas y porque como bien lo dijo
su propio gestador:
Alternativa no podrá morir y si algo le pasa,
resuscitará con su ideario en formas diversas, como está ocurriendo ahora con la revista
de los años setentas.
Todavía es válido sentir, pensar , actuar. |
Y así lo siento y lo pienso: hoy, con la ayuda de internet y sus redes
sociales, existe un imperecedero estado de ánimo y de reflexión sobre
lo ético, lo político, lo social,
lo mediático en Colombia , y sobre todo, la capacidad inquebrantable de no aceptar el fatalismo y de seguir creyendo en utopías.
[1]
Ver en You Tube, entrevista sobre
sentipensantes
[2]
Ver por ejemplo, artículo de Andrés Rodríguez
Cortés, Lucha y Pensamiento. La revista Alternativa en los años 70 , febrero 2012http://bit.ly/1sgtbja
[3]
Cuyo lema era “atreverse a pensar es empezar a luchar”. El de la nueva
etapa abandona el termino de lucha e insiste sobre el cambio de mentalidad, de estdo de ánimo que lleva a nuevs
reflexiones - éticas en particular- para llegar a consensos
Buen artículo lo recomiendo
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