jueves, 25 de febrero de 2016

INCÓGNITA: ¿EVO MORALES, AHORA UN “JEFAZO”?


“Jefazo “ es la palabra  que más  caracteriza la personalidad de Evo Morales,  en el sentido que  usted solo entenderá  al final de este  texto.

Como todo caudillo,  Evo Morales, de 57 años, cayó en la tentación de perpetuarse y,  por  eso  quería modificar la Constitución para re-re-elegirse .  Perdió por  estrecho margen (51,30% vs 48.70% ), lo que indica que  el país sigue polarizado y que uno de  sus mayores retos será  combatir la intolerancia.

  Evo se queda hasta el  2019  y mucho puede suceder de aquí a allá. En todo caso, se irá  con  la frente en alto  porque  su hazaña  se  basa en una voluntad de hierro para  cambiar  el destino de  su identidad.

No han faltado –sobretodo en esta etapa- las acusaciones de  corrupción. No sobre él,  cuya reputación no ha sido  alterada,  sino  sobre  algunos de  sus allegados y  sobre el manejo del  Fondo de Desarrollo Indígena, entre otros.  Como  sucede mucho en América Latina, donde la corrupción es una plaga peor que el narcotráfico. No salir salpicado será otro reto.

 El  liderazgo especial  de Evo lo distingue  de los demás caudillos.  Por eso, sería un error  creer que se  le  puede  poner en el mismo  costal que  Chávez, Maduro, el propio Castro, o  en Colombia,  de  Uribe y Santos. 

Curiosamente, en Colombia, por lo general, solo se tiene  de Evo la percepción de su  figura  en las reuniones internacionales, trátese de sus innumerables viajes- ahora un poco mermados-, de las reuniones de la OPEP  o de sus  giras  por Europa. Pero esa  especial personalidad  no solo  lo ha  convertido en un líder de talla internacional , sino que  ha dejado una huella  imborrable como recuperador de la dignidad  Boliviana.

Una dignidad  históricamente apaleada  en muchos aspectos, internos y externos: por la pérdida  de territorio frente a  Perú, Brasil y Chile. Por  el sometimiento de la población indígena  del altiplano al yugo  blanco.  Por la sustracción  insaciable tulo de su   libro,    asi   le dice a sus colaboradores o  a   alguien  de las comunidades  o de los sectoreralesles:cualquiecomo  lo  analizó  Eduardo Galeano, simbolizada  en  la  mina de Potosí,  saqueada (ver fotos)  durante la colonia  para  financiar las guerras en Europa, yen  el siglo  20 por el estaño del que se apropió Patiño.

Evo  ha tenido una manera particular de lograr  lo que no puede  calificarse de  socialismo.  La nacionalización  del gas y  la manera de  explotar el Litio en  el salar  de Uyuni  muestran  hoy toda la  diferencia, y  que  valió la pena el alto costo  de hacerlo sin compañías  extranjeras. 

Porque  la  economía boliviana  ha  superado el complejo del subdesarrollo – gracias  también a la  provincia de Santacruz. Olvidan a veces  los economistas  colombianos  de ego patriótico-alborotado  que  Bolivia es el país  más solido  económicamente, que   ha controlado su inflación y puede mostrar en  Latinoamérica  un crecimiento sostenido del  5.4 -6 %,  declarado libre de analfabetismo  y con una deserción escolar de solo 2.5%

Un pastorcito de llamas como este (Foto MTH)
El primer presidente indígena,  nacido en Isallawi,  Aymara, pastor de llamas  que luego emigró  a Oruro  con su familia luego de  que  El Niño acabara con las siembras de  su padre,  tuvo desde el  principio la obsesión  de  organizar a  comunidades  campesinas.  Una obsesión que se concretó  y le permitió ascender  peldaños   en la Federación  de Trabajadores Campesinos de Bolivia y de allí para adelante  en una sólida  trayectoria de lucha  sindical en el altiplano  de la coca.

Como Presidente, Evo  ha sabido  rodearse un   académico  blanco  de la línea dura , su vicepresidente García  Lineros que,  al menos en el 2008,  “formaliza o traduce “ las ideas del Presidente, “crea un discurso y  le da un sentido”. La dupleta se complementó  para  realizar en la práctica un cambio de modelo,  en  el  que supo aprovechar sin radicalismos  la bonanza minera.

El “retrato íntimo” que de él  hace el periodista argentino  Martín  Sivak es una excelente  y peculiar biografía[1] de su carrera política.  Como lo comenta  en la carátula Tomas Eloy Martínez,  Sivak  ha logrado “ una crónica, una  biografía, un ensayo (todo eso)  de muy alta calidad, con la fuerza narrativa  de  una novela y la seriedad del mejor periodismo”.

El Cerro de Potosí, símbolo del despojo  (FotoMTH)
Para lograrlo, Stivak , muy cercano a Evo,  se limitó a seguirlo  durante  20 años o mas y a describir lo que veía. En  varias  oportunidades,  como  el “personaje de los medios”,  carismático,   que le presta mas atención al periodista raso que  a los dueños. 

A esa sensibilidad mediática, su  alta y parca  figura  que parece tallada  en  piedra y  que domina cualquier  reunión,  se le  suma la  capacidad de  organizar  gente:
“ Llegó  el presidente cocalero. Él planta coca  como nosotros . El es nuestro hermano”  dijeron los sindicatos  cocaleros  de Cochabamba.

Obviamente  no se trata  de la coca del narcotráfico, como en Colombia,  sino de la de los campesinos. Por eso forman un bloque que lo apoya en todas las circunstancias, porque la coca es la raíz misma de  su identidad como pueblo.  
“ que los gringos erradiquen sus raíces”  fue una de  sus frases  simples de  indudable impacto. 

“Bolivia  será  digna cuando  el poncho y la corbata  gobiernen  Juntos”  fue otra  frase,  no suya, sino  la de un presidente del siglo  19, que  incluyó  en su  primer discurso de posesión.  Y no   extraña simbólicamente que  esta vez, en el 2016,  Evo   haya salido de camisa  blanca a votar, abandonando su  tradicional  vestimenta, usada  ahora más que todoé﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽pero el que manda es eiferantes llamarianos   de ego patriotico- en los viajes internacionales.  Pero  no ha  ha superado  el  extraño  racismo  que en Santacruz incluye a  etnias no  Aymaras.

En el  2006,  Evo fue reelegido con el 44%  de los votos, y  luego, en el  2009 , con el 64%. Hoy ,  el NO a la reforma de la Constitución  refleja el miedo  al dictador.  Además de la innegable polarización  entre el  altiplano y  Santacruz de la Sierra,  centro de  una  oposición unida  tan solo por su  resentimiento contra el  caudillo,  y ahora  por  la  necesidad de una autonomía  poco concretada.

Desconfiado, de  furias  “fuente de pánico” en el palacio, Evo  - que los colombianos  vociferantes llamarían “comunista”,  se alejó de la izquierda  tradicional,  gracias a  su entorno indígena, a  su constante comunicación con las organizaciones sociales y a un  excelente equipo de comunicadores  ( a diferencia de nuestros palaciegos). A  juzgar por sus reacciones  al resultado,  ¿radicalizará su discurso? ¿Se irá por lo cauces “normales” de  la política?

  Un  párrafo  de Stivak  analiza  cómo  su carisma se apoyó  “en la construcción de identidades antitéticas:

“Cada una contiene su opuesto. Fue nacionalista  y antiimperialista ;  popular y plebeyo contra las élites  y las oligarquías; indio desafiante del colonialismo interno y externo;  anti neoliberal, pero cuidó de llamarse  socialista.” 

 A la receta, le agregó  el sentido común,  el asesorarse bien,  el  ser un comunicador innato,  interesarse en  el impacto de su  imagen  pero no en su imagen misma,  su gran memoria,  y  saber en quien confiar en  quien desconfiar;  además de un modo  de negociar que  “combina  entendimiento con tensión”.

“ Para mi – le dice a Martín Sivak  - lo estratégico es no estar. El estar es la bandera de Bolivia y el no estar es la Whipala[2] ;  el estar  es el hombre y  el no estar es la naturaleza ;  el estar  es  la universidad y  el no estar son las universidades naturales; el estar es el conocimiento,  el no estar es el cognocimiento ; el estar  son los  derechos Humanos y el no estar  son los derechos cósmicos. Para mi  lo importante es  el no estar. Yo no estoy aquí frente a ti”.

Santacruz  la opositora  (Foto MTH)
De allí su carácter  reservado  y  su  necesidad de  soledad constructiva, que contrasta con la manera de comunicarse a través del fútbol – no para verlo sino sobre todo para jugarlo, tanto con  su equipo de gobierno como  con las comunidades y los pueblos remotos.


Ahora  se irá  en el  2019, y  su reto mayor , de aquí  allá,  es irse bien ido. Dejar que  su  huella, no populista,  sea imperecedera, porque refleja la sabiduría indígena, en vez del consumismo y la polarización.

Ojalá que  EVO Morales pase de ser  el  que manda a ser jefazo. Y que tenga un buen  sucesor.

Le pongo  fin al suspenso  porque, como  aclara  Martin Sivak el título de su  libro, así  le dice Evo a sus colaboradores o  a  alguien  de las comunidades  o de los sectores sociales:

 “En su idioma,  jefazo  es un halago,  una muestra de respeto.. pero el que manda es él.”

En todo caso, la lección que deja  es que mucho se puede aprender del  cognocimiento  autóctono, al  que tan poco caso le hacemos en Colombia.





 



[1] “  Jefazo, Retrato intimo  de Evo Morales,”  (Colección  Debate,  sexta edicion 2014)
[2] http://bit.ly/1QFfKWh   el símbolo, con los siete colores  del arco iris,  de la identidad  de  los Aymaras, de su permanencia en el tiempo y en el espacio.

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