jueves, 17 de marzo de 2016

¿Polarizando la paz o pacificando la polarización?


Añorando  el enfoque ancestral...

¿Lleva el odio a la polarización, o la polarización estimula el odio? Difícil  saberlo: a la larga, la dependencia  termina siendo mutua.  Porque “yo” odio, tiendo a  excluir al enemigo   y  porque  polarizo,   llevo  a querer   excluir a tal punto al "otro" que,  a veces,  lo odio (en cualquiera de sus matices). De todas maneras, uno y otra  recortan  capacidad de  conversar o debatir. 

Pero la polarización[1] se da mas en  el escenario  de lo público, en el que, por supuesto,  “lo” político   ocupa un lugar preponderante.  Y esa percepción  desafortunada de lo político no se compadece con una época   en la que la interactividad se  multiplica.  En  Colombia, como  en  muchos  países ( p.e. Estados Unidos ) e impulsado por  lo mediático,   el  nicho de lo político depende  de  esa palabra: polarización.

Es una palabra  que he trajinado mucho   cuando  me refiero  a los clanes y  a las roscas. Y  que   volví a escuchar en   boca del que  mencioné   como el  más interesante de los  expositores  extranjeros  que vienen a foros, y  que, la mayoría  de las veces  no tienen mucho qué decir de nuevo.

 Pero en este caso,   él  era diferente:  académico y  práctico a la vez,   buen orador pero no discursivo,   John Paul Lederach   empezó    hablando de la  “ecología  de la polarización” , lo que inmediatamente  me   conectó . Y más  todavía  cuando   dijo cómo en Colombia  la primera inquietud que le surgía  frente a nuestra realidad  colombiana  era ¿Cual es su rosca? – cuando hablaba con alguien.




Y si bien  no se  adentró  en el tema  de las roscas http://bit.ly/1ppcthm   me hizo el  "clic " que   asocia  la  discursividad  “intelectual”  con la rosca a la cual se pertenece.  Las consecuencias no solo se dan en la  dificultad del diálogo académico o del debate periodístico en medios  masivos  de comunicación, sino en muchos  otros campos que impiden la   convivencia y la reconciliación.

Cada vez que escuchamos   al  Fiscal, al Procurador,  a  Rangel,  a Robledo, a los radicales farquianos , en otras palabras  a los fundamentalistas ,    se enrarece   el aire de la   democracia.

Hay mucha   gente   en Colombia  que se  dice saturada  por la manera como se hace política[2]  , lo cual es  hoy una  excusa válida  pero   inocua,  o que  tan solo sirve para   disfrazar  la   anomia y la indiferencia  egocéntrica  de los conjuntos encerrados, pero muy  entrevistados.

 La responsabilidad  de los medios   y del periodismo es en  ese sentido    enorme , y  obedece  a los marcos  creados  por las empresas,  que van poco a poco  moldeando los prejuicios  del  ejercicio profesional y la  manera  de cubrir  eventos o de suscitar debate. 

  • Se polariza porque  los temas  se   caudillizan   y  se entrevista  prioritariamente a las cúpulas y a los congresistas.
  • Se polariza  porque se cree que  cualquier tema se puede   enfocar  desde lo que piensa  Santos o lo que piensa Uribe, lo que   dice el fiscal o el Procurador. 
  • Se polariza porque cualquier  hecho  no  se  analiza como tal  sino  a través de los que opinan sobre ese “hecho”   de manera previsible y exaltada.
  • Se polariza porque los receptores están acostumbrados, gracias  al periodismo,  a no  cuestionar conceptos desuetos como “derecha” o “izquierda” en una era en que los partidos  políticos   están desmoronándose    y LO político   marca las sociedades de otra manera.
  • Se polariza por  aferrarse a lo discursivo sin  ni siquiera  utilizar   una herramienta   muy útil,  internet.  Allí  muchos  polarizados   se   encuevan todavía más  en el  pequeño círculo de los que piensan igual. ¿ Es posible abrir horizontes?  Una   vivencia  me demostró  que si.


 UNA COLETILLA  A  PROPOSITO DEL "CLIC" Y DE LOS PREJUICIOS...

 En el  caso de  John Paul Lederach,    de quien no  sabía  nada,  busqué    en    Wikipedia y  por YouTube   escuché  algunas de sus charlas  por internet ,  descubriendo   que se trata de  un cristiano menonita.

 La palabra   me trajo   de inmediato a la mente    la desagradable  imagen de unos menonitas que tienen una comunidad en Santa Cruz de la  Sierra,  en Bolivia :    una comunidad cerrada,   endogámica,    con mujeres vestidas   hasta los tobillos y  hombres  de  overol,   que no se mezcla   con los  “indios” bolivianos.  Esa  primera vivencia   me  creó una   impresión negativa contra  semejante  fundamentalismo,  de  desagrado  contra los menonitas.   Ahora,  gracias   al  profesor  Lederach, uno de los más connotados profesores de solución pacífica de conflictos y mediación cambio  de opinión,  desde mi orilla no cristiana.

¿ Será que   algunos fundamentalistas anti- FARC  o  miembros  fundamentalistas  de las  FARC   podrán abrirse a nuevos horizontes,  reconciliarse  y convivir con el pasado? 

Hablando sobre  la necesidad de  “diálogos  improbables”,  Lederach (Phd.)  académico  y práctico,  experto en  resolución de conflictos y construcción   de paz,    dijo en Bogotá:  “soy capaz de reconciliarme cuando pienso que el bienestar de mis nietos está ligado al bienestar de sus nietos… No se trata de perdonar y olvidar  sino de recordar y cambiar... El imaginario de la convivencia  es el horizonte de la  reconciliación”.

 Dicho de otro modo  en el aquí y el ahora :

¿NO ES MEJOR PACIFICAR LA POLARIZACIÓN  QUE  POLARIZAR LA PAZ?


Nota : vale  la pena   ver  los otros  videos de  conferencias de JPL
ttps://www.youtube.com/watch?v=Thx0-vXf3Ks




 


  




[1] Según el diccionario, polarizar es “modificar los rayos luminosos reflejándolos o refractándolos de manera tal que  queden imposibilitados para reflejarse o refractarse de nuevo en determinadas direcciones.  2. Fijar la atención o interés de alguien o de algo en una única dirección o temática”.
[2]  Que  yo sepa, el primero en utilizar  la  expresión fue  Luis  Carlos Galán hace más de  30 años

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