jueves, 9 de junio de 2016

AVENTURAS DE UNA ABUELA CIBERNAUTA EN STREAMING, HANGOUTS Y OTROS BICHOS



Una ventaja de ser  abuela cibernauta  en  plan de  navegación por las redes  sociales  es  no obsesionarse  por conquistar el nuevo mundo, que en lo virtual  se llamaría “likes”, audiencia, “amigos”, seguidores. Otras ventajas: no  dejarse conquistar,  es decir,  no dejarse avasallar por  la onda de la hipersupervelocidad y la inmediatez. Simplemente,  tratar de entender y debatir sin pelear.

Llegué tarde  la primera vez que me invitaron a esa extraña nave llamada  hangout - [1]que  hasta hace  segundos  no sabía qué era como  tampoco  por qué   streaming se llama así, aunque en tiempo real  acabo de averiguarlo[2]. Me sorprendió un mensaje de invitación que brotó de pronto en la pantalla  de mi computador   y me preparé sicológicamente para el  arriesgado viaje. 

Cuando pude conectarme, comprobé que al menos había  otros,   no tan abuelos,  pero no tan  jóvenes como los  que se supone son mayoría en las redes, es decir, los hipersuperjóvenes veloces.  Vi en un recuadrito a   Mario Morales (Defensor del televidente del canal 1 y  profesor  de la Universidad  Javeriana). Otras   dos niñas,  que nunca vi, me llamaron por  teléfono,  seguramente al  percibir mis  intentos  fallidos: me guiaron   como a cualquier ciego mental  para  poder “entrar”. Un muchacho  joven   conducía  la conversación  , y reconocí , cuando  dijeron su nombre, a  una  columnista de El Espectador,  Catalina Ruiz-Navarro, también   joven,  que había admirado  sin conocerla por  la  lectura  de sus artículos. 

Para no dejarme abrumar por la tecnología,  y  una vez   entrados en materia (pues   era   algo sobre ética y periodismo),  me  lancé al que ha  sido mi deporte  favorito, es decir  perturbar,  chuzar  (se entiende que intelectualmente),  desafiar  (no con  insultos sino con  preguntas), todo con el propósito de  avanzar y no estancarse. Mi complejo de inferioridad   supuso  que los  del  hangout suponían que, según el estereotipo de moda,  los viejos somos, además de bobos e inexpertos, huecos  y con un contenido desueto, porque quien no corre y no es veloz no es capaz de un pensamiento  original.



Salí airosa de  esta primera prueba. Estos jóvenes, que me parecieron  pilosos y  aventureros, y cuyo nombre no  conozco mas allá de llamarse hangout del periodismo, me enviaron luego  el citado  mensaje que brotó  súbitamente otra vez  en  la pantalla de mi computador,  para anunciarme  un tema   para mi tan ignoto como los  huecos   negros del  ciberespacio: el streaming, invitándome como  simple  espectadora.  Como volví a llegar tarde  a la cita cibernáutica no pude hacer las preguntas que me picaban la lengua,  porque solo  vi y escuché  la conversación  en diferido .

Los participantes  eran   Alba  Mora  Roca,  de El PAÍS [3] virtual de México, que de entrada  lanzó a mis coterráneos  periodistas  mayores de 25 (y  mucho mas a los septuagenarios)  lo que llaman en boxeo un  “derechazo”: ya no podemos hacer videos  como en el  2008. Hay que estar aquí ahora insertándose en  el lugar de los hechos y subirlos en tiempo real, para contar la historia.”  ¡Y  yo que recordaba mis   tiempos de directora del Noticiero  Promec (años ochentas), cuando  había que llevar la “torta”  de notas televisivas  a Inravisión,  en  un jeep a  cien kilómetros x hora, raudos por  la 26,   sin posibilidad de  cambiar nada  y después de exasperantes  horas de  edición!  

 El otro participante,   que  en términos de mi analfabetismo funcional  equivaldría  a bachiller,  se  llamaba Mikele Keyisev o algo así, y confesó que ya era viejo, es decir que tenía  39 años. Me pareció  menos  obsesionado con la velocidad  y más por los contenidos, mientras   Alba   decía : “ el circuito noticioso ya  es  en tiempo real ; es de minuto a minuto”.  Aunque  lo afirmaba con mucha seguridad y calma,  me pregunté si  ella no padecía  de angustia cuando trabajaba y  si El País  de Madrid le pagaría las sesiones del sicólogo para resistir semejante  presión.

En todo caso,  ella explicó con enorme  propiedad  que los desuetos videos del  2008  no servían ahora porque   los  videos  se hacían en directo desde los   móviles .  Cuando se le preguntó  cual  era  la posibilidad de innovar, contestó“ En El País de España el medio está muy establecido;  en cambio en  el de Colombia, México y en general   Latinoamérica   no nos conocen y eso  nos da una libertad  enorme” . Me  gustó muchísimo eso de la libertad y  la chica – como dicen los españoles- llegó a impresionarme  cuando al final  dijo  dos  frases muy  sensatas:  que  los videos que  calificaban  como  “obras maestras “- así no  los llamó ella sino  el  conductor- , no eran tan efímeros   porque los subía en Bimeo y allí los  guardaba. También  insistió  en que la permanencia en las redes dependía de la calidad.  

Me sonó eso de  “insertarse” en el lugar de los hechos. Como  analista de medios me sentí a mis anchas pues aunque  ella no lo  crea,  me   he dedicado al ejercicio –esporádico- de    insertarme desde mi hueco  cibernáutico en tiempo real, con la  arriesgada misión de  formar audiencias o usuarios.

Por ejemplo,   critico  por twitter  y en tiempo real,  la manera como algunos  medios Colombianos  dan  las noticias. En particular,  los  oligopolios  RCN y Caracol,   en los noticieros de TV  del  mediodía, cuando   utilizan videos  de no-tiempo  real  suministrados  por la policía  para mostrar sin  contexto nuestra desastrosa delincuencia. O  cuando   ponen a pelear a los  invitados de programas llamados de opinión, lo que  los  coloca,  no  en el ancho mundo de lo real sino en el pequeño de los  insultos.

En  cuanto al catalán Mikele,   cuyo   apellido  no pude leer completo (en las redes parece  tener más importancia  el nombre que el apellido)  me  llenó de buenas  frases como “ el   éxito de un  Facelive    no depende  de volverse viral”;  o cuando dijo que  en facebook   no hay  solo pendejadas (no fue su expresión)   sino    excelentes  reportajes – “en tiempo real”-  subrayó  de nuevo Alba, mientras que él dio como ejemplo  los que creo mas decantados de Aljazeera.

 Lo que mas me gustó, a decir verdad,   fue cuando   Alba  mostró todos los aparatos  que  se adicionan a los móviles,  y que hoy en día permiten a todo el mundo, incluidos periodistas,  hacer   videos de excelente calidad, en particular los  estabilizadores de   imagen, los  micro-micrófonos y  mejoradores de  audio,  así como unos minúsculos  trípodes,  ni soñados.  Todo lo cual remplaza las pesadas caseteras de mi infancia mediática y aún lo que hoy  llaman mochilas, las  cuales   se siguen cargando al hombro ( con mucho menos peso, por supuesto) para  garantizar la  Alta Definición.

Frente a  tanta  tecnología,  me dio cierto  pesar  cuando a los chicos del hangout  se les congelaba la imagen de los  invitados y no se sincronizaba con el audio. En todo caso, en   ellos vi  la verdadera innovación,  más bien por los temas que  han tratado  en sus  80  emisiones,  que  buscan mejorar   no solo  la tecnología sino  los contenidos del periodismo.

 Aprendí que en Colombia hay tres  plataformas  de  streaming  con distintas idiosincrasias   y lenguajes que según  explicaron  son  Snap Chat, Periscope   ( para flashes  o micro noticias)  de dos o tres  segundos   y Facebook   que da “más licencias creativas” y  que   en todo  caso permiten una ·”hibridación  interesante”.  Y  supe lo que  ya  sabía,  que en lo virtual  como en lo real,  hay una  lucha cruenta para   apropiarse  del negocio.

 Eso sí,   quedé  con un montón de preguntas  entre el tintero  (excusen la desueta expresión). Por ejemplo: ¿qué tanta  importancia  tiene el tiempo real frente a la necesidad de contextos y proyecciones.  Y de qué sirve tanta carrera si los ciudadanos pueden estar   donde  todo sucede, es decir, el mundo real. En todo caso, volví a mi hueco  de abuela  cibernauta,  a mi libro  digital y    al tiempo real   de mi  tranquilo paisaje  sabanero.

Pero también practicaré  el tal    https://hangouts.google.com



Desde luego, si quieren saber más de periodismo digital, vayan a Hangout Periodismo porque, como dijo Mikele, " la brecha digital no se está ampliando, sino al contrario". 

De todas maneras  guarden  su calma  y tranquilidad. No se queden, como los  abuelos  o los redactores de antes, diciendo “todo tiempo pasado fue mejor”.  Pero tampoco como los  jóvenes  hipersuperveloces, pensando que nunca  van a envejecer.

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Selección de  22   entradas  que  dan una visión analítica y crítica de  por qué somos así  los colombianos y  cómo se  pueden  superar la  discursividad y las  diarreas mentales.


[1] Hangout, según el diccionario Collins tien dos  acepciones:  pasar el rato  o  colgar ¿Cual prefiere? Según   hangout de periodismo  es  videoconferencia . ¿Qué tal algo más  corto, en español?

El  Streaming en inglés viene  de stream, una corriente  de agua que  fluye ¿Ha averiguado alguien como se podría llamar en español   si es virtual?  ¿Sugerencias?

El streaming (también denominado transmisión, transmisión por secuencias, lectura en continuo, difusión en continuo o descarga continua) es la distribución digital de multimedia a través de una red de computadoras, de manera que el usuario consume el producto (generalmente archivo de vídeo o audio) en paralelo mientras ...

http://bit.ly/218oyEC




[3] El director de  El Pais, Antonio  Caño,  anunció en marzo de este año el salto  digital, y  también ,  que  tendrá como  meta las audiencias latinoamericanas. En cuanto a lo primero, todavía le falta mucho para  convencer  a su equipo de redacción en Madrid, que reaccionó con indignación al susodicho salto   (ver foto ). Pero no me cabe duda de que así sucederá con los medios escritos,  que tarde o temprano deberán aceptarlo, y sus redactores más  viejos,  vencer sus miedos. El problema:  ¿tendrán los “nuevos” periodistas la suficiente capacidad para crear contenidos que implican ir más allá del obsesivo tiempo real?


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