obra y foto MTH |
No
voy a poner el link del audio de la pelea entre el Senador Amín y
León Valencia por la emisora LaFM .
Sería exaltar lo grotesco como espectáculo, y serviría de caja de resonancia
de los insultos. O, como se dice en la
red, sería volver “viral” ese audio, como se volvió viral el video colocado por la anterior directora y su equipo en la red. No se trata de demeritar per
secula seculorum sus cualidades como
periodistas sino de analizar el impacto de lo “viral”.
Vamos
al grano. Paradójicamente ahora, cuando hay tanta discursividad
hueca sobre “la paz” colombiana, se
nota un clima de violencia verbal, supuestamente para defenderla.
Por eso,
vale la pena
recomendar una metodología , de
“análisis del discurso" que a veces, en las facultades de comunicación
social, resultó contraproducente, por
limitarse exclusivamente al texto
sin analizar las causas y los
contextos de lo que se dice o escribe[1]. Por
ejemplo, quien es dueño de los medios,
para qué los utilizan, qué factores
internos o externos inciden sobre
los comportamientos de los periodistas,
quienes se ven mucho más atados a esos
factores de lo que se cree.
Pero
en un ambiente como el que se produce en estas vísperas de la firma de
los acuerdos con las FARC, no se puede
aceptar pasivamente el poder de
la palabra. Una manera de indignarse es volver a
esa vieja práctica de análisis del “discurso”. En este caso, pasar
por alto y sin análisis, más allá de
cierta repetición morbosa, lo que se dijeron los “invitados” a la FM y la responsabilidad del director. Hassam
Nassar, por cierto excelente periodista, pero no perfecto (¿quién lo es?). A juzgar por la calidad del
periodismo colombiano, cometen errores
similares otros directores de
noticias, a los que se les suele alborotar el ego y adormecer la necesidad de innovar.
¿ Propicia la radio lo emocional?
El impacto inmediato de la voz , de sus entonaciones y sus énfasis predispone sin duda
a una recepción emocional de la radio, más propicia a la irresponsabilidad
social, por razones que no se limitan a su inmediatez.
Paradójicamente
, a pesar de ese impacto inmediato, el lapso en que transcurre la voz es lento. De una lentitud que lleva al periodismo a la necesidad de rellenar los silencios, con
demasiada carreta inútil, y a informar “conversadito” a veces olvidando al
receptor , que se impacienta con las risitas y las bobaditas de algunos periodistas[2]. Sobre todo en una radio
tan improvisada como la nuestra que, en general y salvo contadas excepciones, se nutre de los periódicos, leídos a la carrera antes
de iniciar la emisión diaria o averiguándole conocimiento al mismo entrevistado.
En
el fondo, de lo que se trata es de
eso: En nuestra radio, como en muchas otras del mundo en este
momento, el modelo es conversacional, y de muy poco trabajo
periodístico de investigación. Ello lleva a sobredimensionar las que se han criticado tantas veces aquí, “mesas de trabajo”.
Y en el periodismo multimedial característico de esta
época, hay otra
tendencia: como se le saca
jugo al periodista ( muchas veces
sin retribución adicional ) y se
le pide – sin decirlo- que acumule las funciones de reportero , locutor, camarógrafo y ,
fotógrafo, pierde importancia la radio.
De
allí, un reto concreto para la radio: darle
más fuerza a los contenidos, que dependen cada vez más de la entrevista y cada vez menos de la
investigación previa. Consecuencia: Muchos
periodistas radiales ya ni siquiera
saben describir con los ojos , o los
sentidos del gusto y del olfato, describir o analizar entornos.
En el modelo radial ha tenido
una influencia negativa en la actual saturación de los locutores estilo
Eduardo Luis de RCN , al comentar
partidos, los aullidos y aún las expresiones fanáticas o
religiosas que ahogan
el análisis.
No faltaran los que creen que así se fomenta el nacionalismo. Pero, sin que nos demos mucha cuenta,
esa estrategia está afectando en general
el cubrimiento noticioso de lo político
y lo va
a afectar cada día más, como
sucedió el 9 de abril en la
medida en que aumente la polarización.
¿Propicia la repetición lo emocional?
ODIO obra y foto MTH |
El análisis
no se puede limitar a satanizar
o responsabilizar al medio, en
este caso la radio, que es un simple
vehículo de comunicación y como tal puede ser utilizado de muchas maneras.
Son seres humanos los que se sirven del vehículo, como
bien lo demuestra la
“viral” pelea entre Amín y Valencia, para citar un caso concreto. En ese sentido, lo
escrito facilita
mucho más el análisis posterior del
medio. ¿ Cual fue la versión que dio El
Espectador sobre el tema?
El
relato , más allá de las palabras,
permite entonces detectar
las responsabilidades, quien
prendió la mecha y como lo emocional lleva a la agresión
física.
A mi modo de ver, nada tiene León Valencia que agradecerle al director. En su intervención tardía y blanda , que dejó pasar mucho insulto como embrujado por la pelea,
Hassan Nassar permitió que el tono subiera, sin poner los limites de lo
inadmisible.
El
Senador Amín : “ a usted le pagan , el gobierno de Santos le paga a su fundación, por que no lo dice a los
oyentes usted está enmermelado por este gobierno, señor. Dígaselo son 4000 millones de pesos que le pagan “
Comentario :
este tipo frecuente de acusaciones de corrupción, además de ser emocional y falto de la más elemental cortesía, propio de una mentalidad atarvana,
tiene connotaciones delictuales de calumnia e injuria . Y una
consecuencia en el “clima” nacional :
como unos y otros se acusan TODOS de ser corrupción, la generalización irresponsable estimula el fatalismo, y la
vuelve normal.
León
Valencia: “Usted ha vivido del Estado todo el
tiempo y de la Gata que le pagó las elecciones del 2012” el tono emocional le quita
solidez a la investigación académica
del propio Valencia ( con Claudia López y su equipo) .
Una cosa es la influencia de la
Gata , demostrada con los mapas electorales ,
pero otra caricaturizar diciendo que le pagó TODA
la elección y que “vivió del Estado”.
Hassam
Nassar Que el periodista y además director no
tenga la autoridad suficiente
para imponer de inmediato las reglas
de juego del respeto propicia
la violencia verbal.
Es irresponsable permitir sin cortarlo
sino interviniendo blandamente, que Amín diga
“ respeto, miserable, no sea
abusivo. Lo voy a denunciar penalmente.
La Gata será su madre, yo o trato con
delincuentes , usted en cambio es un delincuente… No sea bandido , respete que usted es un ex
guerrillero que cogió fusiles y agredió
a la población colombiana”.
Obviamente
no hay que estigmatizar a Hassam Nassar.
Porque sin duda, periodistas y directores de noticias radiales
se están dejando manipular por la
violencia verbal de los vociferantes.
RECOMENDADO
“ El exceso de información, con su paja
inservible, su ruido distorsionador, su
exceso insultante, sus mentiras impunes y sus contradicciones clamorosas,
consigue que nadie sepa bien por qué suceden
las cosas, quienes son los responsables, cuál es el origen y, mucho menos, a quién se puede escuchar en la búsqueda de
soluciones y cómo afrontar las alternativas “ ( pág. 132)
Pascual
Serrano, La comunicación jibarizada , Como la
tecnología ha cambiado nuestras mentes. Editorial península www.edicionespeninsula.com,. Marzo
2013. El autor aconseja hacer todo lo
contrario de lo que se está haciendo para superar el “tsunami de
superficialidad” en las redes, pero se
aplica también a los vehículos hoy “menores” como la radio.
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[1] En parte por
la influencia de los
académicos norteamericanos, se llegó al
extremo de milimetrizar el discurso, midiéndolo como si fuera tela, en
particular para deducir
equilibrios o desequilibrios en el
cubrimiento de las campañas electorales,
como si los centímetros cuadrados
fueran determinantes de la manera de cubrir.
[2] El exceso de
diminutivos en lo verbal es
una sintomática característica de nuestra discursividad, tema
ya analizado en este blog y
sobre el que volveré.
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