jueves, 16 de junio de 2016

LA RADIO: ¿OTRA VEZ INSTIGADORA DE VIOLENCIA?


 

obra y foto MTH



No voy a poner el link del audio de la pelea entre el Senador  Amín y  León Valencia por la emisora LaFM .
 ¿Por qué?  

Sería  exaltar lo grotesco  como espectáculo, y serviría de caja de resonancia de los insultos.  O, como se  dice en la  red,  sería volver  “viral” ese audio, como se volvió  viral el video  colocado por la anterior  directora y su equipo en la red.  No se trata de  demeritar per secula seculorum sus  cualidades como periodistas sino de analizar el impacto de lo “viral”.

 Vamos al grano. Paradójicamente ahora, cuando hay tanta  discursividad  hueca sobre “la paz” colombiana,  se nota un  clima de violencia verbal,  supuestamente para  defenderla.
 Una  de las  primeras  precauciones  preventivas de la  violencia  es no caer en el morbo  que representa  la repetición mediática.  Una repetición  que simplemente  obedece a un reenviar  sin analizar contenidos, estimulando  unos comentarios  casi siempre emocionales, cuando no insultantes.

Por eso,  vale  la  pena  recomendar  una metodología , de “análisis del discurso" que a veces, en las facultades de comunicación social, resultó contraproducente, por  limitarse  exclusivamente  al texto  sin analizar las causas  y los contextos de  lo que se dice o escribe[1].   Por ejemplo, quien es  dueño de los medios, para qué los  utilizan, qué factores internos o externos inciden  sobre los  comportamientos de los periodistas, quienes   se ven mucho más atados a esos factores de lo que se cree.

Pero  en un ambiente como  el que  se produce en estas vísperas de la firma de los acuerdos  con las FARC,  no se puede  aceptar pasivamente  el poder de la palabra.  Una  manera de indignarse  es volver a  esa vieja práctica de análisis del “discurso”. En este caso, pasar por  alto y sin análisis, más allá de cierta repetición morbosa,   lo  que se dijeron  los “invitados”  a la FM y la responsabilidad del  director.  Hassam  Nassar,  por cierto excelente  periodista, pero  no  perfecto  (¿quién lo es?). A juzgar por la calidad del periodismo colombiano,  cometen  errores  similares otros directores  de noticias, a los  que se les suele  alborotar el ego y adormecer la  necesidad de innovar.

¿ Propicia la radio lo emocional?


El impacto inmediato de la voz , de  sus entonaciones  y sus énfasis predispone  sin duda  a  una  recepción emocional de la  radio, más propicia a la irresponsabilidad social, por razones que no se limitan a su inmediatez. 

Paradójicamente , a pesar de  ese impacto inmediato,  el lapso en que transcurre  la  voz  es lento. De una lentitud que  lleva al periodismo a  la necesidad de rellenar los silencios, con demasiada carreta inútil, y a informar “conversadito” a veces olvidando al receptor , que se impacienta con las risitas y las bobaditas de  algunos periodistas[2]. Sobre todo en una radio  tan improvisada como la nuestra  que, en general  y salvo contadas excepciones, se nutre  de los periódicos, leídos a la carrera antes de iniciar la emisión diaria  o  averiguándole conocimiento al  mismo entrevistado. 

 En el fondo,  de lo que se trata  es de  eso:  En  nuestra  radio,  como en muchas otras del mundo en este momento,  el modelo es  conversacional, y de muy poco trabajo periodístico de investigación.  Ello  lleva a sobredimensionar las que  se han  criticado tantas  veces aquí,  “mesas de trabajo”.

Y en el periodismo  multimedial característico  de  esta época,  hay  otra  tendencia: como  se le  saca  jugo al periodista ( muchas veces  sin retribución adicional )  y se le pide – sin decirlo-  que  acumule las funciones de  reportero , locutor, camarógrafo y , fotógrafo,  pierde importancia la radio.

 De allí,   un reto  concreto para la radio:  darle  más fuerza  a los contenidos,  que dependen cada vez más de la  entrevista y cada vez menos de la investigación previa.  Consecuencia: Muchos periodistas radiales ya  ni siquiera saben describir con los ojos ,  o los sentidos del  gusto y del olfato, describir  o analizar entornos. 

En el modelo radial  ha tenido   una influencia negativa en la actual saturación de los locutores  estilo  Eduardo Luis de RCN , al comentar  partidos,  los aullidos y  aún las expresiones  fanáticas o  religiosas  que  ahogan  el análisis. 

No faltaran los que  creen que así se fomenta el  nacionalismo. Pero, sin que nos demos mucha cuenta, esa estrategia está  afectando en general el cubrimiento  noticioso de lo político y  lo va  a afectar cada día  más,  como  sucedió el  9 de abril en la medida  en que aumente  la polarización.

¿Propicia la repetición lo emocional?


ODIO obra y foto MTH
El  análisis  no se  puede limitar  a satanizar  o  responsabilizar al medio, en este caso la radio, que  es un simple vehículo de comunicación y como tal puede ser utilizado  de muchas maneras. 

Son seres humanos los que  se sirven del vehículo,  como  bien lo  demuestra   la “viral” pelea entre  Amín y  Valencia, para  citar un caso concreto. En ese  sentido, lo   escrito     facilita  mucho más  el análisis posterior del medio. ¿ Cual  fue la versión que dio El Espectador  sobre el tema?


 El relato , más  allá de las palabras, permite  entonces   detectar  las responsabilidades,  quien prendió la mecha  y como lo  emocional lleva a  la agresión  física.

A mi modo de ver,  nada tiene León Valencia  que agradecerle al director. En su  intervención tardía  y blanda  , que dejó pasar mucho insulto  como  embrujado  por la pelea,   Hassan  Nassar permitió que  el tono subiera, sin poner los limites de lo inadmisible. 

El Senador  Amín :  “ a usted le pagan , el gobierno de Santos le paga  a su fundación, por que no lo dice a los oyentes  usted está enmermelado  por este gobierno, señor. Dígaselo  son 4000 millones de pesos  que le pagan “
Comentario : este  tipo frecuente  de acusaciones  de corrupción, además de ser emocional y  falto de la más elemental  cortesía, propio de una mentalidad atarvana, tiene  connotaciones  delictuales de calumnia e injuria . Y una consecuencia en el “clima” nacional :   como  unos y otros se acusan TODOS de ser corrupción, la  generalización irresponsable estimula  el fatalismo, y  la  vuelve normal.


León Valencia: “Usted ha vivido del Estado todo el tiempo y de la Gata que le pagó las elecciones del  2012” el tono emocional  le quita  solidez a la  investigación  académica  del propio   Valencia  ( con Claudia López y su  equipo) .  Una cosa es la influencia  de la Gata , demostrada con los mapas electorales ,  pero otra  caricaturizar  diciendo que le   pagó TODA la elección y  que “vivió del Estado”.
                                                                                               
Hassam Nassar    Que el periodista  y además director   no  tenga la autoridad  suficiente para imponer  de inmediato las reglas de  juego del respeto  propicia  la  violencia verbal.

Es irresponsable permitir  sin cortarlo   sino  interviniendo  blandamente, que   Amín diga  “ respeto,  miserable, no sea abusivo. Lo voy a denunciar  penalmente. La Gata será su madre, yo  o trato con delincuentes , usted en cambio es un delincuente… No sea  bandido , respete que usted es un ex guerrillero que cogió  fusiles y agredió a la población colombiana”.

Obviamente no hay que  estigmatizar a Hassam Nassar. Porque  sin duda, periodistas y  directores de noticias  radiales  se están dejando manipular por  la violencia verbal de los vociferantes.

RECOMENDADO


“ El exceso de información, con su paja inservible, su ruido distorsionador,  su exceso insultante, sus mentiras impunes y sus contradicciones clamorosas, consigue que nadie sepa bien por qué suceden  las cosas, quienes son los responsables, cuál es el origen y,  mucho menos, a quién  se puede escuchar en la búsqueda de soluciones y cómo afrontar las alternativas “ ( pág. 132)

Pascual Serrano, La comunicación jibarizada , Como la tecnología ha cambiado nuestras mentes. Editorial península www.edicionespeninsula.com,. Marzo 2013. El autor aconseja   hacer todo lo contrario de lo que se está haciendo para superar el “tsunami de superficialidad”  en las redes, pero se aplica también a los   vehículos hoy  “menores” como la radio.
 
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[1] En parte por la  influencia de  los  académicos norteamericanos, se llegó al  extremo de milimetrizar el discurso, midiéndolo como si fuera  tela,  en particular  para  deducir  equilibrios o desequilibrios en  el cubrimiento de las campañas electorales,  como si los centímetros cuadrados  fueran determinantes de la manera de cubrir.
[2] El  exceso de   diminutivos en   lo verbal es una  sintomática  característica de nuestra discursividad, tema ya analizado en este  blog  y  sobre el que  volveré.

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