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Un tuitero que no conozco en la vida real, Reinaldo Agredo Escobar, escribe para ponerle fin a una de tantas conversaciones por twitter (o Facebook), que terminan en un intercambio destructivo de insultos y comentarios agresivos:
La paz es un deber ético y constitucional para todos los
colombianos. ¡No más mezquindad, no más guerra!
Tiene toda la razón. En lo que se
pide a las Farc o al equipo negociador,
en las dudas y las controversias, en todas las
palabras que se pronuncian sobre la ambigua Paz (ver glosario) sobra mezquindad y hace falta algo. ¿Qué? La garantía de compromisos ciudadanos
que pueden aportar a darle
a los acuerdos alguna viabilidad en la sociedad colombiana.
Porque dígase lo que se diga, una realidad: nuestra
sociedad, por diversas razones, tiene muy poca
practica de conciliación y de
debate. Cada quien está en su torre de marfil o encerrado
en sus miserias cotidianas.
Sobre el mismo tema y en el
mismo conversatorio, una joven tuitera cuyo nombre no
quiero citar para no estigmatizarla,
y que se titula y define como
Es tiempo de volar, reír y soñar, escritora, fotógrafa,
viajera feliz
Pero opina que
“Santos quiere
pasar a la historia a costa de lo que sea, pareciera que perdió el norte. Su
discurso más parece una apología a las FARC”.
Ella abre
así la puerta, como muchos
tuiteros, a un debate emocional que
no se basa en argumentos
sino en percepciones emocionales:
“perdió el norte, su discurso parece
una apología a las FARC”.
En sentido contrario, trinos y mensajes de Facebook
promueven el debate emocional
magnificando la paz por
encima de cualquier argumentación
y considerando que son sus enemigos
quienes le encuentren
alguna duda, grieta
o cuestionamiento a los acuerdos.
Desarmar la palabra, como lo
reconocía un diccionario
de Medios para la paz escrito en 1999 y del cual no hay rastro ni en las redes ni en las librerías,
ni en quienes lo auspiciaron. Solo un ya
amarillento ejemplar olvidado en
mis estantes, el esfuerzo gratuito de 50 periodistas que pertenecían a Medios para la paz, bajo la orientación
de Gloria Moreno.
¿ Se repetirá un esfuerzo de
voluntad semejante, a través de la red,
pero esta vez con el aporte de los
ciudadanos, para la reconciliación y la convivencia?
Desarmar la palabra le corresponde también a los ciudadanos y empieza por
respetar al contrario, si se quiere dar un mayor significado y comprensión a los cambios
que se avecinan.
RECOMENDADÍSIMOS : LOS
AJEDRECES DE MONIQUE SAVDIÉ
Monique Savdié es un manojo de creatividad, de
investigación, de literatura, de periodismo,
de arte, de conceptualización de realidades, tan abundantes como su pelo y su
capacidad de expresión de lo que siente, vive, ama y cuestiona.
Conocí su
exuberancia como estudiante del Ceper de la Universidad de los Andes y siempre
supe que ella
iba a lograr lo que se propusiera porque mientras que otros pasaban por el curso sin apenas barnizarse de conocimiento, ella se adentraba en las profundidades de los temas
con dos cualidades que siempre han caracterizado su trabajo: el rigor y la
originalidad.
Ahora se las
ingenió para darle vida a los tableros de
ajedrez, a los peones,
a los reyes solitarios o minimizados como peones, a caballos que acorralan sin poderse mover, a peones con
cabezas de balones que solo miran
futbol. ¿Quién hubiera podido expresar así, sino ella, la restitución de
tierras, Israel, el poder,
los reyezuelos minimizados, el
unanimismo uniforme, Napoleón Bonaparte?
Romper los esquemas del odio,
de la polarización, de las mezquindades,
de la estrechez mental, no se logra en La Habana, sino en
cada colombiano.
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