Como muchos viejos mayores de 70 años, estoy siguiendo a rajatabla las instrucciones de las autoridades de salud, que lo han expresado aquí y en Cafarnaún.
Lo hago por una razón muy sencilla: sentido común.
El cardiólogo y el neumólogo, sin mucho aspaviento, fueron contundentes: soy población vulnerable, por lo que concluí que mi enemigo declarado es, sin duda alguna, el Corona Virus.
Bastaba con que me lo dijeran una vez para que les creyera: sí, soy vulnerable. Yo, tan alegona, aunque no resisto las pontificadas de lo que no saben de lo que hablan, también respeto la sabiduría de los que no necesitan demostrar que saben.
El bicho es el peor asesino en un país en donde la violencia no es teórica sino práctica y en donde aplastar al otro con mezquindad es un ejercicio diario, como lo demuestra el caso de la alcaldesa, a cuyos enemigos no les basta que la esposa Angélica haya aceptado su error y pagado la multa.
Pero debo confesarte, querido diario, que me altera cada vez más el tonito de conmiseración [1]con que muchos se refieren a nosotros, los mayores de 70 años, como si fuéramos unos bobos, o, en el mejor de los casos, como un paquete.
Me irritó que el señor Presidente Duque dijera, como primer mandatario, que a los “abuelitos” había que cuidarlos. ¿Por qué? Porque me parece tan decisiva en mi vida mi relación entre abuela y nietos, que no me gusta que me la manoseen. Al parecer, el Presidente se dió cuenta de lo inapropiado del término, porque él mismo terminó cambiándolo por “adulto mayor”, que tiene la ventaja de situarnos en el lugar adecuado, busca preservar nuestros derechos y tener en cuenta la experiencia que nos da la vida. En cambio, me irrita también cuando a nuestros compañeros de confinamiento, es decir los niños de primera infancia, se les llama “menores”, que en su caso es despreciativo, como lo consagró la convención de los derechos del niño, cuando les reconoció el derecho al libre desarrollo de su personalidad.
Pues bien, gracias al enemigo - me refiero al corona virus- he comprobado que la manera como se trata a los viejos refleja la manera como en Colombia establecemos una jerarquía de valoración. Saben mucho más del tema mis amigas Elisa Dulcey https://fiapam.org/wp-content/uploads/2013/08/Elisa-Dulcey-Ruiz.pdf y Myriam Bautista , que ademas de las viejas (y jóvenes ) rebeldes https://www.elespectador.com/opinion/myriam-bautista-y-sus-abuelas-de-la-nada-columna-714444 tiene un libro sobre los viejos y la manera como los trata la sociedad
Sin duda alguna, el confinamiento ha permitido ver lo poco que contamos los viejos y cómo, si nos descuidamos, pueden “chulearnos”, como decimos en Bogotá.
En otras palabras, nos mencionan en público tan solo para refregarnos que nos tenemos que quedar en casa. Tanto, que al respaldo de la nevera llevo, como cualquier presidiario, o mejor como cualquier conde de Montecristo en su isla, la cuenta de los días.
En otras palabras, nos mencionan en público tan solo para refregarnos que nos tenemos que quedar en casa. Tanto, que al respaldo de la nevera llevo, como cualquier presidiario, o mejor como cualquier conde de Montecristo en su isla, la cuenta de los días.
A algunos de mis contemporáneos, ese menosprecio los afecta mas, porque se dan cuenta de que el egocentrismo de una sociedad basada en el consumo para jóvenes nos desubica en lo que valemos. Por ejemplo, ¿ no se ha dado cuenta Ud. de que la publicidad siempre pone a los abuelos, sobre todo las mujeres, como deportistas o cocineras y aparentando menos años que los que tenemos? Eso si, nunca aparecen los viejos haciendo cola ante la inmisericorde educación de los que no les ceden el turno preferencial, que tienen por ley .
En otros países, como Gran Bretaña e Italia, los viejos tan tenido un papel de liderazgo en materias tan fundamentales como la solidaridad y las pensiones. Si no me creen, sepan que algunos han considerado que la “silver economy” puede impulsar la economía
El artículo , con un exagerado optimismo, advierto- insiste en el papel que pueden tener los viejos y propone “ un pacto europeo de crecimiento desde y para los viejos” Considera además que el tele trabajo puede ayudar tanto al bolsillo de una humanidad envejecida, como su mente.
Dado el aumento de la esperanza de vida, menos mal que cada vez menos viejos le tienen miedo a internet, un espacio ideal para el desarrollo de nuestra personalidad, siempre y cuando logremos conquistar el espacio que nos ha robado la estupidez..
De todas maneras, los viejos no parecemos en Colombia contar para nada importante. Uno deja de estar “in” por escogencia mediática y ya no existe. Ahora, con la pandemia, con que nos quedemos encerrados y callados, basta. A muy pocos viejos desvalidos – que por fortuna no es mi caso- se les ha ofrecido, como en otros países , ayudarlos con las compras o en alguna vuelta que tengan que hacer. Nos hemos quedado con el estereotipo según el cual “como aquí nuestras familias son tan distintas de las de los países desarrollados”, léase mucho mejores, los viejos no están solos ni abandonados.
¿ No será más bien que nos han apocado sin que nos demos cuenta? De allí el poema, sobre la necesidad de reaccionar (ver foto)
https://www.infobae.com/america/mundo/2020/04/18/coronavirus-polemica-en-francia-por-el-confinamiento-de-los-mayores-de-65-anos-por-tiempo-indeterminado
[1] Sobre el tema de la conmiseración, encontré en mi querido internet una base para la reflexión que me reafirma en que el origen es mas religioso y de sentimientos humanos que de derechos o de relación entre gobernantes y gobernados. En ese sentido a los viejos y a los muy niños nos tratan como iguales, en lo que tienen razón , pero no porque seamos bobos, sino por una mal entendido proteccionismo en el caso de los adultos mayores. https://definicion.de/conmiseracion/
[1] Sobre el tema de la conmiseración, encontré en mi querido internet una base para la reflexión que me reafirma en que el origen es mas religioso y de sentimientos humanos que de derechos o de relación entre gobernantes y gobernados. En ese sentido a los viejos y a los muy niños nos tratan como iguales, en lo que tienen razón , pero no porque seamos bobos, sino por una mal entendido proteccionismo en el caso de los adultos mayores. https://definicion.de/conmiseracion/
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