jueves, 2 de septiembre de 2021

¿CAFÉ CON AROMA DE … ANALISIS DE MEDIOS *?

 


Obra y foto MTH

NO.   No se trata de lo que le dijo Margarita Rosa   de  Francisco  o  cómo se refirió  a la  nueva  interprete de Café, Laura Londoño. Tampoco se trata de  comparar  el pelo  de  William Levy  con  el de Guy  Ecker,   los labios carnudos del uno  frente a los   delgados del otro. 

 Ni siquiera  se trata de  aplaudir la caracterización   del   papel de blandengues de los   dos   protagonistas  de la telenovela de  amor, porque en el  fondo   ambos  sebastianes  lo  son o lo fueron pensados  así.  Ni  se trata   de comparar   como  canta  la Teresa Suárez  de  hace  26 años  con la   del 2021,  el colorete rosado de Margarita  Gaviota con el rojo encendido de Laura Gaviota  2021. 

El tema es cómo   vieron  a la sociedad  colombiana en 1994  y cómo nos ven    en el  2021. Porque  eso , en el fondo,  tiene relación con el  contenido profundo  del melodrama, como lo recordaba  el   difunto  Jesús Martin  Barbero. 

 No se trata  ni siquiera de  comparar al  guionista   Fernando  Gaitán  con   los actuales,  -  Adriana Suarez, Javier  Giraldo y Paola  Cazares . 



       ***


A veces , cuando   veo   Café   de RCN   y  lo comparo  con el   de 1994,  me pregunto si  el eje  cafetero o el empresariado cafetero se sienten representados  y qué  pensaría de la serie  el finado Ardila Lulle. Tal  vez nada, porque el  café no es de su sector,   como nada  le dice   a Caracol,  porque  el café tampoco es del suyo. Y rating es rating.

Pero   ¿ Es el imaginario cafetero  representado   en esta serie alguna parte de la realidad cafetera? Por supuesto que sí. Los  imaginarios son simples reflectores  de lo real ( y  más en tiempos virtuales de  pandemias y más en época en  que lo  audiovisual  se vuelve una manera de existir),  pero no lo representan  en su  totalidad . Por cierto nadie  tendría semejante pretensión. Entonces,  ¿Cuál realidad  es la   reflejada?

Ese aspecto está,  desde luego,  sujeto a controversia y debate. El  impacto  de  lo   audiovisual no se puede    resumir a un color  de labios  o  a la personalidad de una matrona ingenua y terca  como la mamá de los Vallejo, un estereotipo  de la madre  antioqueña.   

Como tema de análisis,  me parece que   la nueva  serie  refleja dos realidades muy   diferentes :   la empresarial  cafetera y la rural  cafetera. 

***

La rural cafetera  se refiere a lo  que los   franceses llaman   “ image d´Epinal” . Es decir ,  la imagen de postal,  de trabajadores   que se reúnen en un café  parecido a  las fondas para turistas, de explicación del cooperativismo. Un  ambiente en el    que las recolectoras  toman trago  (pero ni sombra de la marihuana), son  siempre   amables y  solo    tienen  dramas  como el  del hijo  de  Margarita  que   murió en “el monte”   no se sabe  por qué  ni por quién.  Un mundo ideal   en el que  la  tragedia   solo aflora   con una de las  protagonistas, lo que  explica que   ella  no crea en el amor pero  luego lo descubre con el agrónomo Salinas.  Un mundo en el que una gente  se acuesta  con naturalidad con otra.

En la  telenovela, que por supuesto  tiene muchos méritos, el  ambiente es muy  distinto  cuando se trata del empresariado  exportador  y productor de  café.  En la tele,  las  morbosas acostadas abundan, como toda  telenovela que se  respete  lo requiere  para obtener buena pauta.

  Me  he preguntado  durante muchos episodios   qué pensarán  -no tanto la intocada Federación-,  sino      productores y exportadores  cafeteros. Qué pensarán  acerca de esa manera de mezclar lo  bueno, lo malo y lo feo  en proporciones que le   dan un sabor, más que    amargo, caricaturesco,  a la nueva generación de   empresarios del  café.

  ¿Será que son así  en la realidad, es decir  traicioneros, mentirosos, incestuosos  en lo que respecta  el   trato entre   cuñados ?  Ni qué decir de las mujeres, de las que ni siquiera  se salva la   Gaviota,  convertida en    una   futura  empresaria   bastante ingenua y parlanchina, de minifaldas que casi  muestran los  calzones pero que no se atreve a  decirle al papá de su hijo  que es de él ?  De acuerdo :  el contraste entre la mamá  de Gaviota, la mamá  Vallejo y la mamá Gaviota es quizás lo mejor logrado.  Lo mismo que la actuación, en especial de Carlos Mario el  mafioso.

 Pero volvamos  al meollo. Si se trata de un retrato crítico de la sociedad, ( y la nuestra  se lo merece   en varios  aspectos, pero este es otro tema), el  reto es todavía grande en Colombia. Los guionistas dependen demasiado  del esquema  bueno y malo, que se vuelve una  coraza  frente a los matices. 

 Como decía    Javier Cercas  en una   charla  virtual del bienaventurado y recomendado  festival Hay, esta vez desde Querétaro, los seres humanos  somos, cada uno,  una mezcla de todo. Como también lo demuestran,   desde luego,  La Comedia  Humana ,  y   su competidora  del siglo  19,  la historia  de los  Rougon-  Macquart , de    Emilio  Zola. 

     “ Quisiera explicar – dice  Zola en el prólogo de "la riqueza de los Rougon"- cómo una familia, un pequeño grupo de seres, se  comporta en sociedad… trataré  de buscar y  de seguir,  resolviendo el doble problema de  los temperamentos y  los  ambientes,  el hilo  que conduce matemáticamente de un ser humano a otro  ser humano… y cuando tenga  todos  los  hilos,  haré ver  este grupo   obrando como actor  de una época  histórica… 

Sin duda,  la receta  es  compleja   y no se pretende   que una telenovela  emule  con  el citado Zola.  Sin embargo, si  de  series  se trata,   Borgen  ( ver en  Netflix) si  supo desnudar la realidad  Danesa . 

En este Café, los contrastes son demasiado  protuberantes, los  malos   demasiado   malos, es decir, corrompidos hasta la médula  de la maldad  y  son demasiados escasos  los buenos,  por cierto  demasiado  buenecitos :  Sebastián, que descubre el entramado y   la  Gaviota,  un estereotipo de las mujeres  ejecutivas en  formación,  esas que   salen adelante de la  noche a la mañana.  

Uno de los  problemas, desde luego,  es la   excesiva dependencia  de la  pauta publicitaria, que  sutil e irremediablemente  va  marcando  la diferencia  entre lo público  y la venta de pauta. Pero aún  sin   publicidad intercalada,  como por cierto    es la gracia   de Netflix,  sea dicho de paso: empieza a perder   su independencia inicial   con   formatos  predecibles  que  empiezan a parecerse demasiado.

Como decían nuestras  mamás  ( la mía tendría hoy 115 años): ¡Pilas!  No olvidemos que el cambio  social también  se logra  a través del arte y la imaginación audiovisuales.

Nota :  acabo de cambiar el   título inicial  "¿ Café    con aroma  de ...podredumbre?  porque  caigo    en la  cuenta de que se puede prestar  a malinterpretaciones que distorsionarían  mi intención inicial que es  el análisis de medios, en este caso de la versión 2021 de la telenovela.




 




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