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RESEÑA:
CRITICA DE LA RAZÓN PEDAGÓGICA
Organizando la mente del docente
ANTONIO DONADO TOLOSA, PHD
Universidad Autónoma del Caribe
Hace unos días me reuní con cinco compañeras del colegio, como lo hacemos de cuando en cuando en estos últimos 70 años, y surgió la pregunta : ¿Qué fue lo que más aprendimos en el Liceo Francés Luis Pasteur de Bogotá?.
Una de ellas contestó: “aprendimos a pensar” y todas coincidimos. Luego le vino a otra la frase célebre de Montaigne que todas recordamos : “ mieux vaut une tête bien faite qu´une tête bien pleine”. ( Mas vale una cabeza bien hecha que una cabeza bien llena).
Cuando llegamos al tema inevitable de cuál profesor nos había dejado la huella más importante, todas hablamos de dos profesores de filosofía, otro de ciencias ( el que se sacaba los mocos en clase, pero no por eso, sino por su método ) , otro de francés, el rigor de la profesora de matemáticas y laboratorio de química. Pero, sobre todo, señalamos las disertaciones que en cuarto, quinto y sexto bachillerato nos hacían escribir en casa como tarea (para entregar una semana o dos después), el profesor de francés, y los de filosofía, desde una frase o párrafo de autor cuidadosamente seleccionado por ellos, sin mas intención que la pedagógica de enseñarnos a argumentar.
Teníamos que desarrollar libremente el tema según lo que pensáramos, siempre y cuando lo hiciéramos con el rigor del método cartesiano: planteamiento del problema, primera parte, conclusiones de la primera parte, segunda parte, conclusiones de la segunda parte y conclusiones generales.
Cuanto llegué a la Universidad, recuerdo - en el caso de filosofía- a quien me dejó la peor impresión. Era el que llamábamos el cura Pepino. En un tono infantil, nos embutía silogismos los cuales, por su rigidez, exasperaban mi espíritu rebelde. Me costaban un trabajo inmenso porque en vez de razonar y buscar que comprendiéramos la lógica del asunto, el docente no se salía de los estrechos marcos del currículo inmutable que él mismo había impuesto año tras año.
El profe Antonio Donado sin duda pertenece a la primera categoría de docentes que buscan llevar a los estudiantes hacia horizontes más libres y analíticos. Por eso ha escrito éste, luego de varios otros libros e investigaciones sobre educación. Lo dedica a quienes fueron sus maestros, y explica que son , “ los que encontraron un lugar en mi memoria”: entre ellos, la Seño Ana, de su primera escuela, el profesor Carlos Bula, del Colegio Carlos Méisel de Barranquilla, Carlos Zerpa de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, varios profesores de la Universidad Central de Venezuela y así sucesivamente, de universidades de Estados Unidos, donde hizo sus estudios de posgrado.
William Buskist, profesor de sicología de la universidad de Auburn ( Alabama) hace en el libro la nota biográfica del autor. Expresa no haberse sorprendido porque escribió el libro sino que, por el entusiasmo que le pone a los temas educativos, la sorpresa habría sido que no lo escribiera.
Y Rafael Pérez-Taylor, de la UNAM, recalca, entre otros aspectos de su prólogo, la necesaria respuesta de libros como este a “ la presión brutal por una memoria a corto plazo, la disminución del del acervo individual… , las aberraciones impuestas al lenguaje por el mundo digital, que socavan el deseo de pensar .”
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El Profe y Doctor Donado es hoy para mí el modelo de lo que debe ser un maestro. En este caso, docente de docentes. Su experiencia lo lleva a a proponer el texto, fruto de 20 años de reflexiones y lecturas.
Para él, en secundaria y universidad, todo debe empezar por construir un pensamiento crítico reflexivo mediante una pedagogía y un conocimiento interdisciplinarios.
Ello implica un cambio, no solo de la pedagogía, sino del maestro. Por ejemplo, a mi modo de ver, frente al contexto de lo digital, que se disparó con la pandemia: Saber qué , saber cómo, saber aplicar los enfoques complejos en educación. El profe propone lo que llama su “ modesta definición “ del nuevo “giro epismémico” que incluya lo complejo :
“Conjunto de estrategias cognitivas y meta-cognitivas que le facilitan al cerebro utilizar eficaz y eficientemente sus procesos neurobiológicos en la intuición de las interconexiones entre los mundos físico, químico, biológico, simbólico, ético y estético”. (194)
Sin duda, no basta con opinar o leer sobre educación: hay que remontarse y, además, interconectar mundos. Todo debe empezar desde una revisión epistemológica, porque el acto educativo, como producto cultural, necesita de un nuevo paradigma que responda preguntas como, por ejemplo: ¿ Qué es el conocimiento para ese nuevo ser humano que vive entre dos mundos, el real y el digital?
Para el Profe Donado como para tantos otros entre los cuales me cuento, un punto de referencia ineludible frente al futuro son los aportes de Edgar Morin en lo sistémico, los hologramas, lo interdisciplinario, el conocimiento que rompe los encasillamientos conceptuales y, a mi modo de ver, una respuesta a la incertidumbre. Respuesta, pero no desde la soledad del egocentrismo que caracteriza a los individuos de la sociedad occidental, sino desde la comprensión del cerebro humano y el neuro- cognotivismo..
DESDE LAS NEURO-CIENCIAS HACIA LA PEDAGOGÍA
El libro es un recorrido detallado de lo que se entiende en el mundo occidental por conocimiento, que no es del caso resumir aquí, pero que produce una huella, como el libro de Irene Vallejo
En sus respectivos campos, el conocimiento es también buscar sentidos en aguas profundas.
En el último capítulo, excelente y asequible, el Profe analiza los avances en neuro- ciencias para los cimientos de la pedagogía. Más allá de las teorías, estos avances en comprensión de las emociones, pluridisciplinariedad con otros campos del saber, que necesariamente deben intercomunicarse, porque “pensar y comunicar no son competencias automáticas sino adquiridas” (238). Lejos estamos de la obsesión por aprender de memoria o el copy-paste.
La pedagogía exige también comprensión basada en objetivos mas que apelar a la gaseosa definición ( “este es inteligente pero este otro no”) para construir la personalidad. “ Los docentes nos equivocamos si pensamos que la motivación es una conducta o una facultad cognoscitiva” - escribe este amable y simpático profesor que tiene la apariencia descomplicada de su sabiduría. Tanto él , más Kantiano y plátónico, que cartesiano y socrático como yo , coincidimos en que la ética implica, por ejemplo, un conocimiento multi- pluri-disciplinario (245) porque se trata que-comenta- “el ser humano acceda él mismo a su morada.”
Así se deben avocar hoy los problemas pedagógicos. Problemas no solucionados y que van mucho mas allá de la obsesiva conectividad, en la que por cierto Colombia no está en los primeros lugares en Latinoamérica.
PEDAGOGÍA Y PRESIÓN TECNOLÓGICA
Recuerdo con angustia cómo varios medios, periodistas y ministras destacan de cuando en cuando como gran crónica que unos niños de regiones apartadas tienen que subirse a los árboles para conectarse con internet por la mala señal . ¿ Acaso se cree que basta con poner una señal más asequible para solucionar el problema pedagógico? Y , por cierto, ¿Cuánto tiempo pierde el niño en la desgastadora tarea de tratar de conectarse sin respuesta en vez de aprender a observar la naturaleza a su alrededor? Desde luego, no se trata de desconocer la importancia de la conectividad, sino de situarla en el contexto pedagógico.
Los desafíos pedagógicos van también en otras direcciones: “ Se puede aprender el CONTROL de la inhibición o el pánico… queda abierta la puerta para .. el desarrollo de estrategias de enseñanza – aprendizaje en materias como las matemáticas y los exámenes finales” señala (249) .
El libro enuncia otros problemas característicos de nuestra época como la atención, la angustia ( entender, por ejemplo, por qué algunos estudiantes aplazan tareas hasta
el ultimo momento) o el mito según el cual hay retroceso educativo sin internet, puesto que todo depende de la manera como el docente lo afronte. (261).
Antonio Donado Tolosa recalca la aproximación sistémica y el camino de ensayo y error que proponen las neurociencias. Como buen seguidor de Morin, insiste en la necesidad de acostumbrar a los niños a buscar enfoques en un país que, a mi modo de ver, sigue siendo muy lineal y polarizado mentalmente. Se refiere también , como abrebocas que da para muchas más investigaciones, a la pérdida de identidad del docente y cómo influye en “el pobre desempeño” de nuestros estudiantes colombianos. “Hoy tenemos 10 y mas materias para cursar por año , sin concierto ni medida de lo que queremos lograr “ recalca ( 270)
Cuando uno observa el fracaso de la interpretación de las TIC y el afán de sus Ministras en mostrar resultados, parece mas sabio que nunca el consejo del profe Donado: “hoy las TIC deben sentarse a la mesa a la hora de planificar el currículo de matemáticas,” para decidir qué le corresponde hacer al docente y qué a las TIC.
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EL CEREBRO Y LA CAPACIDAD DE ORGANIZAR
El cerebro Humano es cada día más importante para comprendernos como seres humanos y tiene repercusiones hasta ahora bastante misteriosas en todas las ramas del conocimiento . El meollo del asunto es la memoria, como un ” aprendizaje que se fija, que se prende, que se queda” ( Howard, citado pág. 226). Memoria sensorial de corto plazo o memoria de largo plazo, que exige organización. Mas importante que esa “inteligencia” muchas veces obsesión de los docentes para bien o para mal, ORGANIZAR es, sobre todo, la capacidad de almacenar información , una construcción en la que siempre se debería tener en cuenta lo cultural.
El conocimiento del ser humano como SER de conocimiento tampoco se hará desde lo que el profe Donado llama el “utilitarismo de lo ético y la mercantilización de lo estético”.
Cada vez será mas difícil pero a la vez mas retador entender cómo funciona el cerebro que, por fortuna no es un simple computador sino algo mucho más complejo y, de todas maneras, que es un campo cada vez más necesario comprender para un ejercicio adecuado de la pedagogía que incluya las neurociencias . Se trata de construir “ un sujeto constructor de su mundo”. Ello implica aceptar que, citando a Morin, “las interacciones son inconcebibles sin el desorden es decir, sin las desigualdades , turbulencias, y agitaciones” (53)
De allí que en pedagogía el concepto que se vuelve fundamental, además de la comprensión, es el de organización, pero en medio del orden y el inevitable desorden de entornos que distan mucho de ser estáticos y congelados.
Cuando observo la rapidez con que el cerebro de mis nietos y de todos los de su generación entienden el funcionamiento de internet y de sus celulares frente a mi lentitud, me inquieta que ellos sepan o tal vez no sepan que el peligro que corren, más que ampliar conocimiento, es de reducirlo. Por eso, el papel de sus docentes será mucho más exigente que el del cura Pepino: darles los elementos para “COMPRENDER Y APLICAR” como lo explica el profe Donado.
Pero también, cuando miro la manera como se comporta nuestra sociedad colombiana y sus limitaciones mediáticas y organizacionales, pienso que su aprendizaje será mucho mas lento de lo que se cree. En particular porque me pregunto : ¿Será Colombia capaz de contraponer en vez de contradecir, “ de interactuar en una tensión fecunda y creativa? “ ( 199)
En efecto, con esa tendencia nuestra a todo reducirlo al bien y al mal, los matices resultan cada vez más escasos y menos constructivos. No puede coexistir lo que se contrapone , como lo dijo el Papa Francisco, citado por el profe Donado. “ porque lo malo no es la contraparte de lo bueno sino su negación” (195)
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La obra del Profe Donado, un ser discreto pero humano , que penetra en la filosofía de educar a través de los tiempos , puede ser para especialistas y no es de las que se lee en un abrir y cerrar de ojos. Pero sí permite preguntar , como cuando cita una frase de Gadamer en la que expresa con cierta ironía su manera de ver lo complejo en la educación :
¿ qué es educarse? ¿Quién educa aquí?
¿ “Es un educarse como el que percibo en particular en la satisfacción que uno tiene de niño y como alguien que va creciendo cuando empieza a repetir lo que no entiende” ? (201)
De allí la importancia de acostumbrar a las siguientes generaciones a hacer preguntas, “ encontrar conexiones, con los códigos y árboles de conocimiento que guían los comportamientos de conceptualización, valoración y decisión ·” ( 209)
En otras palabras, se trata de lograr una “educación para la comprensión”. De evitar los temas que no despiertan la atención ni la curiosidad , o que fomenten cierta inercia fatalista ante la necesaria interdisciplinaridad. Un modelo que active la función organizativa de la mente, clave en el momento actual .
A mi modo de ver, en en el campo pedagógico, esa función de organizar se ha desactivado más de la cuenta con las restricciones de la pandemia , la discusión esteril entre lo presencial y lo no presencial, la peleadera colectiva, la obsesión por ampliar la conectividad sin preocupación por los contenidos ni por las preguntas que deben hacerse a sí mismos los docentes.
El adendum , a cargo del Dr. René Álvarez Donado, doctor en física de la Universidad de Campinas- Sao Paulo, responde a sus propias inquietudes cuando expone con su `propio recorrido como docente de física y con claridad a la pregunta que siempre le hacían los estudiantes en relación con una de la materia misma : “Disculpe profesor, y eso para que sirve? “ Expone que el problema no es la física sino lo que llama la barrera mental con la física ( o con los idiomas o con las matemáticas, agrego ). No es tanto la materia sino lo que llama el síndrome de Tommy , que se resume en dos palabras quizás las menos exploradas, a mi modo de ver: COMPRENDER Y CONTEXTUALIZAR.
De allí concluye , por ejemplo, que los estudiantes y profesores de física deberían aprender la historia de la física, que sí muestra para qué ha servido. Porque con el empujón de los contextos, también se abren las puertas del conocimiento, como un compromiso entre estudiantes y docentes para afrontar las realidades del nuevo mundo
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