jueves, 30 de septiembre de 2021


Foto y  obra "¿conectada? MTH

RESEÑA:

CRITICA DE LA RAZÓN PEDAGÓGICA
Organizando la mente del  docente

ANTONIO DONADO TOLOSA, PHD
Universidad Autónoma  del   Caribe

Hace unos días me reuní con cinco compañeras del colegio, como  lo hacemos de cuando  en cuando  en estos  últimos  70  años,  y surgió la pregunta : ¿Qué  fue lo que más  aprendimos en el  Liceo Francés Luis Pasteur de  Bogotá?. 

Una  de ellas contestó: “aprendimos a pensar” y todas coincidimos. Luego   le vino a otra    la frase  célebre  de Montaigne que todas recordamos :  “ mieux vaut une tête bien faite  qu´une tête bien  pleine”.  ( Mas vale una   cabeza bien hecha  que una cabeza  bien llena). 

 Cuando llegamos  al tema  inevitable de  cuál profesor nos había dejado  la huella más importante,  todas  hablamos de  dos  profesores de filosofía, otro de ciencias ( el que se sacaba los mocos en clase, pero no por eso,  sino  por su método ) ,  otro de  francés,  el rigor de la profesora   de  matemáticas  y laboratorio de   química. Pero,    sobre todo,   señalamos las disertaciones que  en  cuarto, quinto y sexto  bachillerato nos hacían  escribir en casa como tarea (para entregar  una  semana o dos   después),  el  profesor de francés, y los de   filosofía, desde   una  frase  o párrafo  de autor cuidadosamente  seleccionado por  ellos, sin mas intención que la pedagógica  de  enseñarnos a  argumentar. 

 Teníamos  que  desarrollar  libremente  el tema  según lo que pensáramos,  siempre y cuando  lo hiciéramos  con  el rigor del método cartesiano:  planteamiento del problema, primera parte,  conclusiones de la primera parte,  segunda parte,  conclusiones   de la segunda  parte y  conclusiones  generales.

 Cuanto llegué   a la Universidad,  recuerdo - en el  caso de filosofía-  a quien me  dejó  la  peor impresión.  Era el que llamábamos el cura Pepino. En un tono infantil,  nos   embutía    silogismos  los   cuales,   por su rigidez, exasperaban  mi espíritu rebelde. Me costaban un trabajo inmenso porque en vez  de razonar  y buscar que comprendiéramos la lógica del asunto, el docente  no se salía de   los estrechos marcos del currículo inmutable que él mismo había impuesto año tras año.

El profe  Antonio Donado  sin duda  pertenece a la primera  categoría  de docentes  que  buscan llevar a los estudiantes hacia horizontes  más libres y  analíticos.  Por eso ha escrito éste, luego de  varios otros libros  e  investigaciones sobre educación.  Lo dedica   a quienes  fueron  sus maestros,  y explica que  son ,   “ los que encontraron un lugar en mi memoria”:    entre   ellos,  la   Seño  Ana, de  su primera escuela,  el  profesor   Carlos  Bula,  del  Colegio Carlos  Méisel de Barranquilla,  Carlos Zerpa  de  la  Universidad Católica  Andrés Bello   de Caracas,    varios profesores de la Universidad Central  de Venezuela y así sucesivamente, de  universidades de  Estados Unidos,  donde hizo  sus  estudios  de posgrado.  

  William  Buskist,   profesor de   sicología de la universidad  de Auburn ( Alabama)  hace en el libro  la  nota biográfica  del autor.   Expresa  no haberse sorprendido  porque escribió el libro  sino que,  por  el entusiasmo  que le pone a los  temas educativos, la sorpresa habría sido que no lo escribiera.

 Y Rafael  Pérez-Taylor,  de la UNAM,  recalca, entre otros aspectos de su prólogo,    la necesaria  respuesta  de libros como este a  “ la presión brutal por una memoria  a corto plazo, la  disminución del  del acervo  individual… , las aberraciones impuestas al lenguaje por el mundo digital, que  socavan el deseo de  pensar .” 

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El Profe  y  Doctor  Donado  es hoy para mí el modelo  de lo que debe ser  un  maestro. En  este  caso,  docente  de   docentes. Su experiencia lo lleva a a proponer  el  texto,  fruto de  20  años de reflexiones  y  lecturas. 

  Para  él,  en secundaria y universidad,  todo debe  empezar por  construir un pensamiento crítico reflexivo  mediante una pedagogía  y un conocimiento interdisciplinarios.   

 Ello implica un cambio,  no solo de la pedagogía,  sino del maestro. Por ejemplo, a mi modo de ver, frente al  contexto  de lo digital,  que se disparó con la  pandemia: Saber qué , saber cómo, saber aplicar los enfoques complejos en   educación.  El profe propone  lo   que llama  su  “ modesta    definición “  del nuevo   “giro epismémico” que incluya lo complejo  : 

“Conjunto de estrategias  cognitivas  y meta-cognitivas que  le facilitan al cerebro  utilizar eficaz y eficientemente sus  procesos neurobiológicos en la intuición  de  las interconexiones entre los  mundos   físico, químico, biológico, simbólico, ético y estético”. (194)

Sin duda, no basta con  opinar  o leer  sobre educación:  hay  que remontarse y, además,  interconectar mundos.  Todo debe empezar desde una revisión epistemológica,  porque     el   acto educativo,  como producto  cultural, necesita de un nuevo  paradigma     que responda  preguntas  como, por ejemplo:   ¿ Qué es el conocimiento para ese nuevo ser humano que vive entre  dos mundos, el real y el digital?

Para el Profe Donado   como   para tantos otros entre los cuales me cuento, un  punto de referencia  ineludible  frente al  futuro son los  aportes de  Edgar Morin en lo sistémico, los hologramas,  lo interdisciplinario, el conocimiento  que rompe los  encasillamientos conceptuales y, a mi modo de ver,  una respuesta a la  incertidumbre.  Respuesta, pero   no desde la  soledad  del  egocentrismo que caracteriza a los  individuos de  la sociedad occidental,  sino desde la comprensión del cerebro humano  y  el   neuro- cognotivismo.. 
DESDE LAS  NEURO-CIENCIAS HACIA LA PEDAGOGÍA

El libro es un recorrido detallado de  lo que  se entiende en el  mundo occidental por conocimiento,   que no es del  caso resumir  aquí, pero que produce una huella,  como el libro  de Irene    Vallejo


En sus  respectivos campos,  el conocimiento es también  buscar sentidos en aguas profundas.

En  el  último  capítulo,  excelente y  asequible,  el Profe analiza  los avances en neuro-  ciencias para los  cimientos de la pedagogía. Más  allá de las teorías,  estos  avances en  comprensión de  las emociones,  pluridisciplinariedad  con otros campos del  saber, que   necesariamente deben intercomunicarse,   porque “pensar y comunicar no son  competencias automáticas  sino adquiridas” (238). Lejos  estamos  de la  obsesión por aprender  de memoria o el  copy-paste.

 La pedagogía exige  también  comprensión basada en objetivos   mas que apelar a    la gaseosa  definición  ( “este es inteligente pero este otro no”) para construir la personalidad. “ Los docentes  nos equivocamos si pensamos que la  motivación es una  conducta o una  facultad cognoscitiva” - escribe  este  amable y simpático profesor  que tiene la  apariencia  descomplicada de  su sabiduría. Tanto él ,   más Kantiano  y plátónico,  que cartesiano  y  socrático  como  yo ,  coincidimos en  que  la ética implica, por ejemplo,   un conocimiento multi- pluri-disciplinario (245) porque se trata que-comenta- “el ser humano acceda él mismo a su morada.”

Así se   deben  avocar  hoy los  problemas  pedagógicos.  Problemas  no solucionados y que van mucho mas  allá de la  obsesiva conectividad,  en la que por cierto   Colombia  no está en los primeros  lugares en Latinoamérica.





 PEDAGOGÍA Y PRESIÓN TECNOLÓGICA 

Recuerdo con   angustia cómo varios   medios, periodistas y ministras  destacan  de cuando en cuando como gran crónica que unos niños  de regiones  apartadas tienen  que subirse  a los árboles  para conectarse  con  internet por la  mala señal .  ¿ Acaso   se  cree que  basta  con poner una señal  más  asequible para  solucionar el problema pedagógico?   Y , por cierto,   ¿Cuánto tiempo  pierde  el niño  en  la desgastadora tarea  de  tratar  de conectarse  sin respuesta en  vez de aprender a observar   la naturaleza  a su alrededor?   Desde luego, no se trata de desconocer la importancia de la conectividad, sino de  situarla  en el contexto  pedagógico.

 Los desafíos   pedagógicos van también en  otras direcciones: “ Se puede aprender el CONTROL de la inhibición o el pánico…  queda abierta la puerta para .. el desarrollo de estrategias de enseñanza – aprendizaje  en materias como   las matemáticas  y los  exámenes finales”  señala  (249) . 

El  libro enuncia otros  problemas característicos de nuestra época  como la atención, la angustia ( entender,  por ejemplo,  por qué  algunos   estudiantes  aplazan tareas hasta 
el ultimo momento) o  el mito según el cual hay retroceso  educativo  sin internet, puesto que todo depende  de la manera  como el docente lo afronte. (261). 

Antonio Donado Tolosa  recalca  la aproximación sistémica y  el  camino de ensayo y error que proponen las  neurociencias. Como  buen seguidor de Morin,  insiste en la  necesidad de acostumbrar a los niños a buscar  enfoques  en un país que, a mi modo de ver, sigue  siendo  muy lineal y polarizado mentalmente.  Se refiere  también , como   abrebocas que da para muchas más investigaciones, a la  pérdida de   identidad del docente y cómo influye en  “el pobre desempeño” de nuestros estudiantes colombianos.     “Hoy tenemos  10 y mas  materias  para  cursar por  año , sin concierto ni medida de lo que queremos lograr “ recalca  ( 270)

Cuando uno  observa   el   fracaso  de la  interpretación de las TIC y el afán de sus Ministras en mostrar resultados,  parece mas sabio que  nunca  el  consejo del profe   Donado: “hoy las TIC deben sentarse a la mesa a la hora de planificar el currículo de  matemáticas,” para decidir  qué le corresponde  hacer al docente y qué a las TIC.

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FOTO  MTH


EL CEREBRO  Y LA CAPACIDAD DE ORGANIZAR 

El  cerebro  Humano  es  cada  día  más  importante  para  comprendernos como seres humanos y tiene  repercusiones   hasta  ahora  bastante misteriosas  en todas las ramas  del conocimiento . El meollo del asunto es la memoria, como un  ” aprendizaje que se  fija, que se prende, que  se queda”  ( Howard, citado pág. 226). Memoria sensorial de corto plazo o  memoria   de largo plazo, que exige organización.   Mas importante que esa  “inteligencia” muchas   veces  obsesión de los docentes para   bien o para mal,  ORGANIZAR  es, sobre todo, la  capacidad  de almacenar  información , una construcción en la que siempre  se debería tener  en cuenta  lo cultural.

 El conocimiento del ser humano  como SER de conocimiento tampoco  se hará desde   lo  que el profe Donado  llama el  “utilitarismo de lo ético y  la mercantilización de lo  estético”.

Cada vez será mas  difícil pero  a la  vez mas  retador  entender cómo funciona  el  cerebro   que,  por fortuna no es un simple  computador  sino algo mucho más  complejo y,  de todas  maneras,   que es  un campo   cada vez  más necesario    comprender  para un ejercicio adecuado de la  pedagogía que incluya  las neurociencias .  Se trata de   construir “ un sujeto   constructor de su mundo”. Ello implica aceptar que, citando a Morin,    “las interacciones   son inconcebibles  sin   el desorden  es decir, sin las desigualdades , turbulencias, y agitaciones”   (53)

De allí   que  en pedagogía   el concepto   que se vuelve   fundamental, además de  la comprensión,   es  el de organización, pero  en medio del orden y el inevitable  desorden de entornos que  distan mucho de ser  estáticos y congelados.

Cuando  observo la rapidez  con que  el cerebro de   mis nietos  y  de todos los de  su generación entienden  el funcionamiento  de internet  y de  sus  celulares frente  a  mi lentitud,   me inquieta  que  ellos    sepan o  tal vez no  sepan que el peligro que  corren, más  que ampliar  conocimiento,   es  de reducirlo.   Por eso, el  papel de   sus  docentes  será mucho más  exigente que el del  cura Pepino:   darles  los elementos    para     “COMPRENDER Y APLICAR”   como  lo   explica  el  profe   Donado.

Pero también, cuando  miro  la manera  como se comporta nuestra sociedad  colombiana  y sus  limitaciones mediáticas y organizacionales,  pienso   que su aprendizaje  será  mucho mas lento de lo que se cree.  En particular  porque me  pregunto :  ¿Será Colombia     capaz de contraponer en  vez de contradecir,  “ de interactuar  en una  tensión   fecunda y creativa? “ ( 199)

En efecto, con esa tendencia nuestra  a   todo reducirlo  al bien   y al mal, los  matices resultan  cada  vez   más escasos  y menos  constructivos.  No  puede coexistir lo que se contrapone , como  lo dijo   el Papa Francisco, citado por el profe Donado. “  porque  lo malo no es  la contraparte de lo bueno   sino  su negación” (195)   

***

 La obra del    Profe Donado,  un ser  discreto   pero humano ,  que  penetra en la filosofía  de educar a través de los tiempos , puede ser para especialistas  y no es de las que se lee  en un abrir  y cerrar de ojos. Pero   sí  permite preguntar , como cuando  cita  una  frase  de  Gadamer en la que expresa  con  cierta ironía su manera de ver lo complejo en la educación :

¿ qué es   educarse?  ¿Quién educa aquí?   
¿ “Es un   educarse como el que percibo en particular en  la  satisfacción   que uno   tiene de niño y como alguien  que  va  creciendo  cuando  empieza  a repetir lo que no entiende” ?  (201)  
  
De allí la importancia de acostumbrar  a las siguientes generaciones  a hacer preguntas,  “ encontrar conexiones,  con los códigos y árboles de conocimiento que   guían los comportamientos de   conceptualización,  valoración y decisión ·”   ( 209) 

En otras palabras,   se trata  de lograr  una     “educación para la comprensión”. De evitar los temas  que no despiertan la atención  ni la curiosidad ,  o que   fomenten cierta    inercia   fatalista  ante la necesaria interdisciplinaridad. Un  modelo que active  la función  organizativa de la mente, clave en   el  momento  actual .

 A mi   modo de ver,  en en el campo pedagógico, esa  función de  organizar  se ha desactivado  más de la cuenta  con las restricciones   de la pandemia , la discusión esteril entre lo presencial y lo no presencial,  la  peleadera colectiva,  la obsesión  por ampliar la conectividad  sin   preocupación por los contenidos  ni por las preguntas que   deben hacerse  a sí mismos  los docentes.

El  adendum , a cargo del Dr. René Álvarez  Donado, doctor en física de la Universidad de Campinas-  Sao Paulo,   responde a sus propias inquietudes  cuando expone  con  su `propio  recorrido como  docente de  física y  con claridad    a   la pregunta   que siempre  le hacían los   estudiantes en relación con una de la materia misma :     “Disculpe profesor, y eso para  que  sirve? “   Expone que el problema no es la  física  sino   lo que llama la  barrera mental con la  física ( o con los idiomas  o  con las matemáticas, agrego ). No es tanto   la  materia sino   lo que llama el síndrome de Tommy , que se  resume  en dos   palabras  quizás las  menos exploradas,  a mi  modo de ver: COMPRENDER Y CONTEXTUALIZAR. 

De allí  concluye , por  ejemplo, que  los  estudiantes   y profesores   de  física   deberían  aprender la historia de la física, que  sí muestra  para qué  ha servido.   Porque  con el   empujón de los contextos,    también  se abren las puertas del conocimiento, como  un  compromiso entre  estudiantes y docentes para afrontar las realidades del nuevo mundo       
 

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