TODO EMPIEZA ¿Y TERMINA? CON LA PALABRA “CAMBIO”… (1)
Estas elecciones presidenciales tienen para Colombia un significado muy especial... y muy poco tradicional. Nunca los colombianos se imaginaron que las llamadas redes sociales irrumpieran en lo político de una manera tan diferente.
Con una fuerza nunca antes vista, y con un peso desconcertante - notorio no solamente en el TiK ToK de Rodolfo- , entronizaron el poder impactante de la imagen y de la inmediatez.
No hubo estrategia humana para desinstalarlas de su impacto político - me refiero al de la imagen y a la inmediatez de su impacto-. Pero el ingeniero Rodolfo lo hizo de una manera diferente, cuyas consecuencias no han sido todavía muy bien digeridas.
Estaban, desde luego, muy pilosos, los medios tradicionales, que le dieron a los “debates” una importancia desmesurada … y a la vez, desenfocada. Me refiero sobre todo a los medios audiovisuales - la radio, por supuesto, pero sobre todo la televisión, en la que no pasarse del minuto y medio o similares que, además de copiar el esquema - gringo principalmente- estaban plagadas de publicidad .
En términos generales, pasar de la cocina de Rodolfo al blanqueador de camisas o el lava pisos no tendría consecuencias importantes. Pero, eso si, volver las argumentaciones políticas un producto competitivo con la publicidad sí tuvo una consecuencia: es más fácil digerir la publicidad de productos dentífricos que la de campañas políticas en las que casi todos los candidatos presidenciables promocionaban sus egos, sus melenas aceitosas, su prepotencia a la Juana de Arco, sus sonrisas forzadas a lo Petro, o sus problemas de ojos antes los reflectores. Pobrecitos: ellos no tienen la culpa. La tiene el mercado político. Compare por favor con países en los que los medios públicos son vigorosos y verá la diferencia ética.
En resumidas cuentas, no hubo oportunidad para desmenuzar programas y decisiones futuras más allá de la necesidad de “cambio”. Es decir, la necesidad de promocionar lo exterior (Yo soy el mejor, yo soy lo que la gente quiere) desplazó la necesidad de desmenuzar la almendra. Es decir, el autodenominado “cambio”. Porque eso si, TODOS, incluidos los insatisfechos uribistas, quieren el cambio.
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¿LA ERA DEL TRACKING?
Surge ahora una nueva etapa : la de considerar lo político electoral como un producto: es la nueva moda “noticiosa”del tracking que, con resultados diarios del porcentaje de cada uno de los candidatos, acelera dos aspectos : 1- aspecto de juego electoral, estimulado inconscientemente por la costumbre de los juegos de concurso ; y 2-minimiza la importancia del análisis crítico de lo político en un país en el que los resultados de las pruebas Pisa muestran las deficiencias educativas en la comprensión de los problemas.
A propósito ¿quien regula esa nueva modalidad “noticiosa” de encuestas que no lo son y que vienen de lo comercial aplicándolo a la política? ¿La Superintendencia de comercio o el Consejo electoral? ( por supuesto, mi ultima pregunta es un chiste flojo, pero la inquietud queda flotando…
https://www.euroforum.es/blog/por-que-el-tracking-de-campanas-marca-la-diferencia/
¿PERO QUÉ DIABLOS ES “EL CAMBIO”?
De otra parte: ¿qué diablos es “cambio”? Hay dos manera de entenderlo, al menos en un país indiferente ante asesinatos, corrupción y entregado a la peleadera de las generalizaciones. Tan generalizadora como la propia necesidad de del ambiguo “cambio", entendido como lo que a mí me gusta pero no necesariamente a usted, lo que no me importa.
En ese contexto iba a sobresalir un personaje , muy bien calificado como el “héroe” o actor principal de los prolegómenos de la primera jornada, por dos razones, como sucede en publicidad : 1- ser aquello que no sé si todavía se llama “telegénico” o, dicho de otro modo, amigable y natural ante las cámaras y 2- tener un excelente capitán del barco, es decir, un experto en comunicación política que sabe captar lo que la gente quiere escuchar, y cómo lo debe escuchar desde el filtro mágico de lo mediático audiovisual .
En otras palabras, impactar a los dos principales sentidos para estos efectos – ojos y oídos-. El personaje de marras era Rodolfo Hernández, mono, de pelo pintado, de sonrisa apaciguadora, y su eficiente guía, Angel Becassino, que asumió en los últimos días de marzo.
Como bien lo muestra una entrevista realizada en Las Dos Orillas poco días antes de la jornada por un periodista sagaz y que luego circularía por las redes dándonos la llave, la estrategia del publicista y su equipo fue romper el esquema, colocar anécdotas visuales del personaje en la cocina o en la piscina, dar pié para que los periodistas simplones se encantaran con sus ocurrencias y sus hijueputazos.
Eso es sintonizar al país : “ centrase en Rodolfo” “ sentir que había un claro espacio que conectó con la gente”: Cuando se produce la conexión hay "el logro", según palabras del publicista, que hace muy bien su trabajo: "Deducir el vacío, profusión de comunicaciones sobre una realidad huérfana, sentido común, recuperar el impulso".
Tan diferente que muchos analistas políticos las suelen analizar como tradicionalmente se suelen analizar los fenómenos electorales. Es decir, haciendo cuentas de quien se va para donde, de quien está con quién, ahora, por el lado que no es.
Y entran en el juego las frases que pegan por su encanto más que por su contenido: después de elecciones, cuando el tema es como va a heredar, por ejemplo, los votos de Fico. ¿Es suficiente contentarse con su frase ahora célebre “yo les recibo los votos pero no les cambio el discurso "?.
Y no le resulte extraño que el color de la campaña de Rodolfo no sea el rojo o el azul sino el amarillo del maíz y del equipo de fútbol. Ni tampoco que “la única coalición que voy a hacer es con el pueblo”. Eso se llama “darle sentido al cambio”. Al cambio de la comunicación política electoral, me refiero.
https://www.youtube.com/watch?v=sml1_qqKCL8
https://www.fundaciontriunfa.org/colombia-ocupa-el-ultimo-lugar-en-las-pruebas-pisa.php
Gracias Maria Teresa por ayudar a la comprension del panorama politico.La ausencia de estadistas en nuestro pais es tragica.
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