Exámenes con máquinas ultra modernas. Remisión de un esespecialista a otro que examinan por pedazos e impresionan
por su tecnología de punta, aunque no resuelven
el problema de salud. Entonces, la
paciente de una de las más prestigiosas
EPS y prepagadas le pregunta a un médico tradicional de cabello blanco y ánimo bondadoso:
¿qué está pasando con
nuestro sistema de salud en
plena “crisis” ?
- “Lo
que pasa- responde- es que los médicos
ya no auscultan a los pacientes, no se toman el trabajo de examinarlos
sino muy por encima, no los palpan
y ni siquiera los miran. Consultan sus
computadores, teclean a toda carrera – muchos
re-escriben a mano los resultados
para entregarlos al paciente- y luego los remiten a especialistas. Tanto es así,
que ahora hay especialistas generales de la especialidad”.
Otro
médico también resume la situación:
-“ Se
cree que un médico general -que
debería ser la base del sistema de
salud- puede ser cualquier médico: un recién egresado sin experiencia que la va a
conseguir como médico general. Pero ese
punto de partida es absurdo, porque no
se le al sistema de salud la garantía de
que hará un primer diagnóstico acertado y
remitirá al paciente al
especialista adecuado”.
En la
mayoría de los casos, en esa primera aproximación al sistema de salud y porque los propios médicos están desbordados , el acetaminofén es la
“solución” que se da en la base
para salir del problema y del paciente.
¿Tendremos algún día un sistema
de salud centrado en la salud de las
personas más allá de la salud de las finanzas?- se pregunta en un editorial de la revista “Gerencia y políticas de salud” el
médico Francisco J. Yepes. El
experto en salud pública había titulado
el editorial ¿ Cual es el
propósito de nuestro sistema de la
salud?[1]
En esas dos preguntas está el meollo del desastre de la
salud pública en Colombia, que no se puede describir
de otra manera y, por supuesto, no
atribuible solamente a este Gobierno. Es
responsabilidad de todos los que siguieron
a la ley 100, que fueron poco a poco
dándole un exagerado peso a lo
financiero, olvidándose del ser
humano. No escucharon voces
premonitorias en salud pública como la de Héctor Abad
Gómez.
CUANDO LOS MEDIOS Y EL
PERIODISMO REFUERZAN EL MITO…
Salvo
algunas notables excepciones, en el
cubrimiento de la interminable y
creciente crisis del sector salud, los medios de comunicación y el periodismo
se tragaron ese mito.
El mito, así engullido, creció.
Dio por sentado que una reforma financiera del sector salud, basada en el
libre mercado ( y de la cual fue uno de
los adalides el entonces Senador Uribe) resolvería los problemas de salud de los
colombianos.
Sin
duda, un enfoque poco humanista. Por cierto,
reforzado hoy por el actual ministro Alejandro Gaviria, economista “puro”. Tan
impresionante es su manera de comunicar,
que uno se pregunta si él “ve”
las tragedias humanas de los pasillos
de los corredores tan mostradas por los reporteros (sin
contexto ni proyección). O si
“ve” los seres humanos llamados
médicos y enfermeras, más allá de considerarlos como datos.
Lo anterior sin desconocerle, por supuesto, su capacidad como decano de la
facultad de Economía de la Universidad
de los Andes o sus posgrados internacionales, ni su esfuerzo por combatir perversidades y corrupción y
enfrentarse a la leonera de los
medicamentos.
A lo que voy: el periodismo traga entero el “plan de Choque”, el billón
y medio en inyección financiera que Minsalud le
brinda como paliativo a los hospitales y que mitiga las
protestas.
Así, unos y otros garantizan que mañana todo quedará “en calma”.
Pero
a lo largo de la aplicación
de la ley 100, el mito de lo
financiero como causa
fundamental de la crisis del sistema
de salud, reforzado por la poca
investigación periodística, llevó a
minimizar la preocupación por
los elementos inhumanos del sistema
y las causas humanas del desbarajuste financiero.
Sin
duda, el periodismo contribuyó de
manera sustancial a destapar la
corrupción de los engordados por
la bonanza. Es decir las EPS, o
el manejo administrativo de los hospitales. Pero su irresponsabilidad social, sobre todo audiovisual, ha sido encerrarse perezosamente en tres temas :
- - La reforma jurídica del sistema de salud y el marco estatutario de la salud. ( cubrimiento leguleyístico del trámite en el Congreso que no tiene en cuenta al ser humano)
- - Un cubrimiento “miserabilista” de la salud que muestra la crisis hospitalaria con la misma pornomiseria como se cubre el hacinamiento de las cárceles. Se instala el mito de que ese tratamiento indigno es “normal”
- - Un cubrimiento mediático inmediatista de la protesta de los hospitales y el sector salud, que lleva a no hacer seguimiento ni a preguntarse sistemáticamente sobre el por qué de la deuda de 5 billones que tienen las EPS con los hospitales.
¿ Consecuencias? No se promueven tres aspectos de la política
pública en salud y de los prestatarios del servicio:
- Que el fin del sistema es el ser humano y no evitar quiebras
- Que más allá de la corrupción en unas pocas EPS hay que hacerle seguimiento a lo más grave: los procedimientos, el costoso desperdicio de recursos y la organización administrativa, en muchos casos lamentable.
- Que sin ese seguimiento, cualquier inyección financiera que se le ponga al sistema, será inútil: créditos blandos, compra de cartera, giros directos etc. .
Recomendado : que el periodismo se meta realmente en las entrañas del
sistema de salud para detectar cuales
son los procesos ineficientes y
por qué.
Próximo jueves : décimo de diez mitos que
desde los medios de comunicación
propician la guerra social.
[1] Además ¿Por qué la crisis multisistémica de la
salud? http://www.scielo.org.co/pdf/rgps/v12n24/v12n24a01.pdf
Luces y sombras de la reforma
de la salud en Colombia. http://www.idrc.ca/EN/Resources/Publications/openebooks/486-4/index.html
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