¿Cree el periodismo que es inmune a la publicidad y a la propaganda?
¿Cree que la publicidad no influye
en contenidos?
¿Cree
que el análisis crítico de medios no
debe incluir la publicidad y la propaganda?
Si usted responde afirmativamente a las tres
inquietudes anteriores, vale la pena que
descarte su enfoque de compartimentos
estancos que no corresponde a la era de
flujos y
disolución de barreras
comunicacionales, simbolizada por
internet.
El periodismo que se cree
inmune a la publicidad olvida lo
que le pide prestado
constantemente: los
secretos ( de dudoso interés y chismes
leguleyos) del 1, 2 y 3 de CM& y
los de Darcy Queen
( de envolventes chismecitos) son una manera de “vender” contenido con una estrategia cada vez menos periodística y cada vez
más chismosa o light.
Vale decir, cada vez más de cotorreo que de profundidad, de “producto” que de contenido.
Pero la publicidad no influye solamente
en el enfoque de las noticias, sino
también en contenidos que, como
los Reality, van descartando seres
humanos cuando ya “no
sirven”, después de haberles sacado toda
su miseria y mezquindad como si fueran productos desechables. ¿Consumo
macabro?
¿Cierto periodismo
inmune a la propaganda? No lo crea. Los
borregos que siguen con micrófono a los funcionarios están
promoviendo lo que los funcionarios les quieren decir: y es nada más ni nada menos que propaganda es decir, en términos audiovisuales, vitrineo, descartando el principio
fundamental del buen periodismo: el contraste y la diversidad de fuentes.
Publicistas
necesarios, pero…
Tomado de La República |
Aclaro: no se trata de considerar la publicidad como nefasta, sino de medir sus efectos colaterales, lo que por cierto le convendría también a los propios publicistas.
Alguno de ellos, colombiano que había ganado un premio internacional preguntado sobre el tema cuestionaba la falta de originalidad de los spots colombianos ( por ciertos algunos de origen no colombiano) incluidos los relacionados con la “paz”.
¿Qué queda y cuánto costó la fracasada serie publicitaria "Hacemos las cosas con el alma" de BanColombia, que intentaba convencernos de lo que no tiene el sector bancario? ¿Qué queda y cuánto costó la de Pacific Rubiales, de la que comieron tantos noticieros, cuando la empresa intentaba convencernos de su colombialidad? ¿Sigue la Avianca de Efremovitch prometiendo darlo todo por la Selección, ahora perdedora? Y qué es darlo todo? (ver foto)
Lo más
triste, aún para los que no somos fanáticos del fútbol como la suscrita,
es ver a un muchacho valioso como James Rodríguez convertido por la publicidad en un maniquí, que sale tanto en calzoncillos como
de saco y corbata, en un culto
más a la imagen que a su esencia y valor como ser humano, lo que, sin duda en su caso,
termina
por afectar su desempeño
futbolístico.
Conclusión:
por algo será que en la torta publicitaria, los
anunciantes escogen cada vez más caminos alternativos a los de los medios tradicionales,
como avisos, pasacalles, gorras, promociones
en supermercados, ventas directas por internet, y todo lo que constituye
el llamado [2]
BTL
Ni
los usuarios, ni los anunciantes, ni los
medios audiovisuales o escritos
deberían auspiciar lo que no es
creativo y, en cambio, resulta un mito: que la identidad nacional se construye
gracias a falsos positivos
publicitarios o propagandísticos.
(Sigue
jueves 16 de julio, parte II : Propaganda,
mito 8 y ley
de garantías)
[1] Mito,
en dos de sus acepciones se aplica: 1. a
cualquier tipo de invención o relato
fantástico que desfigura o se aleja de
la realidad 2.fig persona o cosa que han sido idealizados por atribuírseles cualidades o virtudes extraordinarias que
exceden a la realidad y entran en lo fantástico. ¿Hay mitos
que crea o Tanto refuerza el cubrimiento mediático? Desde luego, y son más de diez, por lo cual espero sugerencias.
[2] No
tenía no idea qué quería
decir la sigla, usada por publicistas
y anunciantes : es “Below the line”
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