¿Es un mito la “actividad” de los medios y el periodismo colombianos?
¿Qué caracterizó a periodistas como German
Castro Caicedo y Hollman
Morris [2],
para citar solo dos nombres de un
puñado en el cual incluyo el trabajo actual de Oscar Bustos y Mauricio Gómez , porque hay
consenso positivo sobre su manera de ejercer el periodismo?
Hace unos años, Carlos
Chica se puso en el trabajo de
contar las personas
entrevistadas por el periodismo
audiovisual y llegó a un
máximo de 50. Hoy, creería
que no son más de veinte.
Obviamente esa
que no me amedrenta llamar “falta de imaginación” de periodismo y medios colombianos se debe
a varias
razones.
Por parte de los medios, concentración oligopólica, noticia
como producto “rentable” cuando estimula el morbo, reducción de costos por
fuentes “fáciles” como congresistas,
Presidente, Vicepresidente y, en general, políticos. Pero ese no es el tema
del mito 7.
Por parte de los periodistas, malos
salarios, falta de tiempo para investigar más
allá de las fuentes habituales. Pero ese tampoco es el tema del
mito 7, porque la pasividad, es decir, instalarse
en la mediocridad, son ante todo estados de ánimo y no razones externas.
El
mito siete es la
alabanza del facilismo como productor de
buen periodismo. Algunas características:
1. Pérdida del sentido del olfato (oler):
Con el desgastado término de búsqueda
de la “chiva”, la reportería audiovisual[3] persigue a los habituales
personajes. Pero ha perdido el olfato,
como cualquier gato
que solo se alimenta de
concentrado y al que, por lo mismo,
ya no le importan los ratones.
2. Pérdida
de visión (mirar):
La reportería audiovisual está tan
acostumbrada a actuar en
edificios, oficinas y juzgados , y en general
en ambientes de “cemento” y de
inmediatez , que ya no ve más allá del aquí y el ahora urbano. Ha perdido la
capacidad de observar y se llena de miedos, como los niños de ciudad cuando
ven cucarrones y ranas.
3.
Pérdida
de la capacidad de escuchar (oír). La reportería audiovisual ha perdido, por falta de
uso, el sentido que le permite encontrar personas desconocidas pero fundamentales para entender lo que pasó. Por aquello de escuchar los mismos
discursos de los mismos con las
mismas, se le ha atrofiado el sentido de la
audición, tanto como el de la
vista.
4.
Tacto
: con la repetición de la pornomiseria, la pornodelincuencia y el porno amarillismo en general que
caracteriza a los noticiero Caracol
y RCN del mediodía, a la
reportería audio- visual que adopta ese
dudoso “modelo” periodístico, se le ha
perdido la capacidad de palpar
la cruda realidad de nuestro
país, y cree que entrevistar a Kiko LLoreda y sus estadísticas refleja la situación.
Recomendado: si tanto les gusta
lo delincuencial, en vez de acudir siempre a videos de la
policía como base de las notas televisivas, leer el libro de Truman Capote, “A sangre fría”.
5.
Gusto:
¿A
qué saben las noticias colombiana, incluidas las de la Copa América? A
lo mismo que sabe la comida chatarra, es decir, que se
vuelve para los receptores una adicción,
pero no alimento, en este caso espiritual.
Recomendado: comparar a nuestro
James, convertido en un patético y musculoso objeto publicitario en
calzoncillos, con el documental sobre el futbolista Sócrates y el equipo delos Corintios en el que
se muestra cómo aportaron a la
democracia brasilera y contribuyeron a derrocar la dictadura militar. ¿Qué hacen la Selección Colombia y sus patrocinadores en
favor de la pacificación del país?
6.
Además de los cinco sentidos tradicionalmente reconocidos se han
agregado otros que , por
desgracia , no han desarrollado el periodismo audiovisual y los medios que siguen en periodismo el “modelo” de Caracol y RCN ( con posición dominante en lo audiovisual).
Esos otros sentidos son : el sentido de equilibrio ( ver mito 6); el sentido de presión ( ya no se dan cuenta que actúan como robots); el sentido de temperatura ( ¿acaso miden el impacto de las fiebres mediáticas como violaciones, ataques con ácido, robos callejeros y ahora agresión a las autoridades etc. etc.); el sentido del dolor ajeno ( ¿saben reflejar el dolor de las víctimas más allá de mostrarlas en La Habana?) y movimiento (están “de moda” las noticias estáticas y repetitivas que no requieren moverse para encontrarlas).
Esos otros sentidos son : el sentido de equilibrio ( ver mito 6); el sentido de presión ( ya no se dan cuenta que actúan como robots); el sentido de temperatura ( ¿acaso miden el impacto de las fiebres mediáticas como violaciones, ataques con ácido, robos callejeros y ahora agresión a las autoridades etc. etc.); el sentido del dolor ajeno ( ¿saben reflejar el dolor de las víctimas más allá de mostrarlas en La Habana?) y movimiento (están “de moda” las noticias estáticas y repetitivas que no requieren moverse para encontrarlas).
Recomendado:
Como los medios oligopólicos y el periodismo
pasivo nos dan una versión
deformada de las prioridades sociales y, por lo mismo, apabullante y destructiva, solo le queda a los receptores-usuarios ser proactivos: quejarse y enviar mensajes a directivos, cambiar de canal, apoyar a canales y emisoras públicos o privados independientes y buscar
por internet lo que no encuentran en
los cada vez más desvencijados medios y en un cada vez más autosatisfecho pero
mediocre ejercicio del
periodismo.
Próximo jueves 9 de julio : octavo mito.
Próximo jueves 9 de julio : octavo mito.
[1] Mito,
en dos de sus acepciones se aplica 1. a cualquier
tipo de invención o relato fantástico que desfigura o se aleja de la
realidad 2.fig persona o cosa que
han sido idealizados por atribuírseles cualidades o virtudes extraordinarias que
exceden a la realidad y entran en lo fantástico. ¿Hay mitos
que crea o refuerza el
cubrimiento mediático? Desde
luego, y son más de diez, por lo cual
espero sugerencias.
[2] Lamento que haya dejado el periodismo y se lanzara a la aventura de la política, pero cada quien
escoge sus aventuras cuando
siente que ha cumplido una etapa ...
( “ Si no queremos agonizar no nos instalemos”, decía el padre Álvaro Ulcué
Chocué.)
[3]
Noten que no me refiero
a los “reporteros audiovisuales” entre los cuales hay de todo
como en botica : desde los que
han perdido todos los
sentidos, incluido el séptimo, hasta quienes los tienen muy desarrollados, que siguen siendo
minoría.
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