jueves, 1 de octubre de 2015

¿Cual es el mayor obstáculo para un clima de reconciliación?


 
FOTO MTH
 Radica en la  dificultad de quitarle a las argumentaciones el elemento  emocional, a lo cual contribuyen  varios factores. Algunos parten de una base equivocada, que  distorsiona  el resto.


De nada  sirven los discursos  en favor  de  la  “paz” , término por lo demás ambiguo cuando no  existe un consenso ético  sobre la necesidad de  privilegiar el interés público  sobre el interés  particular.

Desde el punto de  vista colectivo, la reconciliación  implica  construir un “clima”  social favorable a esa  meta – interés público- pero  sin presupuestos de interés individual o privado.

Y no nos digamos  mentiras: el clima social colombiano privilegia el interés privado  en  nuestra percepción  de lo colectivo, lo religioso, lo político, lo económico y  todo lo que tenga  que ver con lo social. De allí a la intolerancia hay un paso que  se da con demasiada frecuencia.

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 Se trata entonces, para empezar, de  facilitar la convivencia de  opuestos para que el debate  pueda salirse de los  esquemas  emocionales .

Para no caer en la ambigüedad del propio  término paz[1] , vale  la pena  empezar  por qué NO  es favorable a ese clima social  en  favor de la convivencia, partiendo de  un aspecto que  permite concretar el análisis  y evitar diarreas mentales.

 En este punto, el papel de los medios de comunicación y de sus protagonistas, así  como de la  comunicación  social en general son  factores de importancia  fundamental.

No favorece un clima  social  de  construcción  de  convivencia

  • Crear  hechos publicitarios  dándole prioridad a éstos y no al contenido. No resulta difícil  demostrar  que para la firma  del acuerdo  sobre justicia transicional  fueron  más importantes elementos  de “publicidad” .  La visita del Papa a Cuba, y  la sesión de la  ONU resultaron determinantes  para montar el show.  ¿Pruebas? Tanto la entrevista de María Isabel Rueda a Enrique Santos Calderón en El Tiempo, como  la conversación de Piedad Córdoba  con Timochenko.  Uno y otro-  dos fuentes  muy distintas, obviamente cada una defendiendo su  “verdad”-  coinciden  en la manera  apresurada como se llegó al comunicado.


  • No  tener listo  lo que se estaba  cocinando.  Por lo anterior, El Gobierno , al priorizar el momento y no el contenido, dio papaya.  Para que los  extremos  exigieran como si fuera un secreto de Estado, que se revelara un documento,  cuya ausencia, fue cada vez más “inflada” por la acción de los medios y por fundamentalistas como el Procurador o Uribe,  y el  vitrinero Fiscal. Se obligó  al Minjusticia a  opinar  sobre algo que no conocía.


  • No hacer una pedagogía  de lo que significa  la justicia transicional.  La consideración anterior, que  debería llevar a un  análisis  más crítico de los periodistas  encargados de  “cubrir” el tema del proceso de negociación, no implica demeritar  el contenido jurídico  del punto de acuerdo. No  se puede  descalificar la competencia  de  juristas como Juan Carlos Henao y  Cepeda, con  base en  errores de procedimiento del  Presidente, que expuso también a una pérdida de credibilidad de los negociadores  De la Calle y Jaramillo.


  • Centrar  la comunicación  sobre el tema  en el interés  presidencial,  estimula  lo que los franceses llaman “la folie des grandeurs” (la locura de la grandeza) al proponer un contingente  de 5000 soldados  para las misiones internacionales de paz.  También ha desbocado las pasiones  de los opositores. Pero, sobretodo, le hace perder el  sentido de  interés  superior a  los  acuerdos, que trasciende un  simple Gobierno o una contienda electoral, fortaleciendo la tendencia de los opinadores políticos a argumentar según su interés electoral.


  • Creer que un cambio de mentalidad se logra de inmediato.  En  el esquema  de inmediatez  que propician los medios masivos, sobre todo oligopólidos  y la política como espectáculo, el impacto tiene la levedad de lo efímero .


  • Creer que  el equilibrio en los debates  mediáticos es  poner a pelear adversarios.  Enfrentar a Paloma Valencia y a  Roy Barrera de manera repetitiva  o invitar siempre a los mismos políticos –como  suele  hacerlo  Hora  20-  es  encerrar el tema  en el marco estrecho  de una  política definida en términos de partidos .  Y ello  cuando poco a poco -  por la feria de los avales-  se ha llegado a la conclusión de que los partidos  están  cada vez  más diluidos  en  los personalismos.


  • Involucrase de manera  evidente por  uno de los protagonistas de la actualidad  como lo hace Claudia Gurisati  de  Noticias RCN es darle prioridad a  las pasiones personales .  ¿Prueba?  La emisión del miércoles  30  de  septiembre , que además muestra como  es posible manipular a las víctimas  escogiendo las que  son partidarias del uribismo. Cualquier analista de medios, incluidos los marcianos,  puede detectar ese  desequilibrio de un supuesto “equilibrio”.


  • No asumir las FARC el reto  de su integración, es decir,  pretender tener “medios” propios.  Si uno de los puntos de la implementación  de  los acuerdos va  a ser  el tema de la comunicación  y de los medios, como lo aseguró  Timochenko,  las FARC  no pueden proponer la tesis decimonónica de  “medios  propios” lo cual  es  garantizar que no se van a  integrar  a la democracia. Como es evidente   que la objetividad no existe, la solución no es crear  varias supuestas  objetividades  sino  aceptar las reglas de juego de  una  democracia  imperfecta y fortalecer los medios públicos  como  canales regionales, Señal Colombia y Sistema de  medios públicos, en vez de retroceder a la  “milimetría turbayista” de otros tiempos.


El análisis de medios  permite detectar  qué hay detrás de lo que  dicen los  entrevistados y no limitarse a “amar” u “odiar” a Piedad Cordoba,  Timochenko, María Isabel Rueda o  Enrique Santos Calderón.















[1] ver en este  blog "glosario de diarreas menstales"

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