viernes, 20 de marzo de 2020

DIARIO DE UNA RESGUARDADA (I)




Día 1. Que no panda el cúnico, como decía el chavo del ocho. 

Por ahora, gozo del  placer de redescubrir el encanto de la lentitud. 

Como cuando tenía 10 años. Con la misma candidez, voy a  empezar mi  diario. Ya te contaré , querido  diario, lo que me pasó hoy…

VIERNES 20 2020:  la primera reacción  al  levantarme  fue sentirme  como  si estuviéramos en vacaciones. Pero  recordé la voz de nuestra alcaldesa  que  nos dijo  anoche, con una  firmeza convincente, que esto NO es un paseo.

Pero si es puente festivo… iba a replicarle pues, como se sabe, tengo un carácter bastante confrontador, pero  me contuve. Menos mal, porque habríamos terminado en una discusión. De esas que le gustan tanto a las  mesas de trabajo  audiovisuales,  que siguen  empeñadas en polarizar,  creyendo que eso es equilibrio. Con excepciones, hay que ser justos, como la RCN de  Yolanda Ruiz, muy cuidadosa  evitar  la peleadera. 

¿Quieres un ejemplo,  querido  diario? Al menos   en mi terruño,  los grandes medios  siguen ahora empeñados en que  el Presidente y nuestra  alcaldesa  peleen. Por fortuna, ella no se dejó, y a  las   frases undívagas  e interminables  de nuestro Presidente, contestó con un  fulminante  rosario ( laico) de  instrucciones, las  cuales no admitían  alegato por parte de los  ciudadanos. 

Aquello de que  “se obedece  pero  no se  cumple” de la colonia española quedó como  “se obedece y se cumple. Punto”, llámese simulacro o lo que sea. Me gustó, porque  estamos  hartos de  que  nos hablen  como si fuéramos unos niños o, a decir  verdad,  en mi caso, como unos viejos gagás. 

 La ternura la  dejo para  mis nietos y mis otros afectos¿Quieres otro ejemplo, querido  diario?  “ cuidemos  a nuestros  abuelitos” -  dijo   el Presidente cuando  nos obligó,   a los de  mas de 70 años  , a quedarnos  dos meses en la casa,  lo que  de todas maneras íbamos a hacer para protegernos, porque ya  somos mayorcitos y si nos lo dicen una  vez, pues  bueno.  Pero  me pareció una  manera  poco elegante y muy melosa ( ese nuestros tan  incluyente) de tratarnos. 

Pero no quiero maltratar  al señor  Presidente. Bastante tiene con arrepentirse  de haber citado, hace nueve  días,  a todos los gobernadores del paìs a una incómoda reunión presencial que duró  7 horas, hablando babosadas como   me dijo una fuente  cuyo  nombre me guardo en reserva, para que no corra el riesgo de que lo despidan. En todo caso, el presidente los hizo  viajar, a algunos desde muy lejos, para poca cosa. Como  dirían Tola y Maruja,  ni siquiera nos   dieron pandeyuca. Pues bien,  ahora  se confirma  que  el  gobernador del Cauca, perdón,  el  alcalde de Popayán,  tiene  el coronavirus.

“Lo positivo?  Al menos, ciertos medios espectacularoides  tienen tema. Ahora, en vez de pelear,  están investigando: ¿ A quien  abrazó el  señor  Alcalde de Popayán?  Eso  ayuda – pensé positivamente  para mis adentros,  a que  se   deje la mala   costumbre colombiana  de que  todo el mundo se  dé   desganados  besos en las mejillas para saludar. Me refiero especialmente  a las mujeres, y no porque seamos  bonitas o feas, jóvenes o viejas,  sino que es en el fondo, una manera de demostrarnos   que nos quieren aunque se  piense lo contrario.  Pero , tan pronto como había pensado lo anterior,  apareció otra  noticia: el alcalde negó haber viajado   catorce   días  antes a un país extranjero, según  consta  en los registros de palacio. ¡Qué  vaina! ¡Tan grande y diciendo mentiras!

Por ahora, el suspenso queda : ¿tendrá  el coronavirus el señor Presidente?  ¿ Lo  tendrá la señora vice presidente  que estaba  al lado de el?  Aclaro: no creo que estuvo cerca para  salir  en medios –  sino  por  el sentido del deber. A ella,  que  era tan buena  conversadora, a decir verdad, la tienen bastante  marginada. Mas bien debería   hacer lo contrario- pensé cuando escuché la noticia y cuando un periodista señaló que  ella había estado junto al Presidente en varias ocasiones.  ¿Por qué  ha debido hacer lo contrario?  Es decir, alejarse lo más posible   del Palacio de Nariño.  Me atrevo a   mencionar una frase que   no es    educado pronunciar ahora:   “En caso dee… ¿quién  queda al mando?”  

 Pasemos a otro tema. Ayer me sentí como si estuviéramos  en vísperas de  fin de año.  Tuve mis primeras experiencias, a los setenta y tres años, con el mundo  virtual de reunión por internet. No  vayan a pensar mal, pero tampoco que soy  una viejita en las últimas, como  a veces me dicen  con una  voz    compasiva: “Cuídate  mucho”, lo que  implica que   no van a ir mas  allá de esta  afirmación y  tampoco a resolver nuestros problemas. En  fin, como dicen, hay que verle el lado positivo a todo.

Volviendo a las  experiencias, el asunto  empieza con  recibir  el preocupante correo electrónico : Se    avisa que la reunión, la asamblea general,  el meeting , la clase,   se realizarán de manera virtual.   Tuve   dos en un día y  una en el día  anterior. En la  primera,  que era de la Asamblea general del edificio, nos fue bien porque   el  que sabía, un ingeniero, nos  la puso muy fácil.  Menos mal que  no era  un abogado ( pensé para mis  adentros, porque mis  colegas suelen explayarse en lo que no saben).

 En la   segunda, que era una asamblea gremial de periodistas,  el asunto no  funcionó muy bien. Aunque  muchos  periodistas están acostumbrados a los micrófonos,   se bloquearon cuando se trataba  de utilizarlos para otra cosa,  como es  participar  democráticamente en una asamblea general.  El problema   radicó en que volvimos  a la época de las caverna: mire  y calle.  Solo  se veía  en  la pantalla del  computador, la tableta o similares,  un recuadro en el que  aparecían   presidente y  director ejecutivo , de tal manera   que los demás no sabíamos si nos  escuchaban porque no apareciamos por ninguna  parte. El problema era agravado por el uso del micrófono.  Prefiero  la distancia y,  sobre todo, el agora griega o  el foro romano .

  Ah!  ¿La clase? resultó  buena  aunque poco interactiva , porque   solo  veíamos la cara del profesor y  no a los  demás, lo que  demuestra  que   internet, en materia de comunicación humana, está todavía en babia.
Bueno, querido diario, te  dejo  porque  tengo sueño. Hasta mañana.

¡ Y me olvidaba! Lo que más reconforta  el corazón:  ya  alguna gente se está  moviendo  para ayudar a los demás, en particular  a los   habitantes de  la calle y a los adultos  mayores sin recursos.  Ojalá  que la  emergencia económica  se acuerde de los  no pensionados. Que descanses,  diario querido. Como ves, escribí  poco  sobre el consabido  virus y mucho sobre el comportamiento humano.

 Asi es la vida.



Obra  Juan Camilo Restrepo Hollman









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