Foto MTH
Hace los años de Matusalem, es decir, cuando era periodista y no abuela cibernauta, el Círculo de Periodistas de Bogotá organizó un seminario que tenía por título : ¿ hacia dónde va el periodismo colombiano?
Si la misma pregunta se hiciera ahora, lo primero que habría que concluir, sin duda: el periodismo está dudando si irse a un nuevo mundo o quedarse esperando que lo trague un tsunami, perdón la ola digital con sus respectivos individualismos. Porque, como lo demuestran los Pandora Papers, el periodismo es cada vez menos un trabajo individual -heredado o no- , y cada vez mas un equipo pluridisciplinario .
Como en toda aventura terrenal, por cierto,”periodismo” es una palabra general que hoy no tiene que ver con lo periódico, que no logra captar los matices y mucho menos cuando se trata de entrar a un nuevo mundo , lo que implica atravesar turbulencias y adaptarse a nuevos espacios.
Una nueva mirada empieza también por dejar por fuera una serie de mitos, como el de que las columnas, por lo general, siguen siendo “columnas”, es decir pedestales y no, como en otros países, sitios interactivos, que sorprenden, aportan conocimiento, o, en todo caso, en el que sus autores tienen algo distinto que decir .
A mi modo de ver - ofrece desde luego debate- lanzo unos interrogantes a los que sería interesante que las nuevas generaciones de dueños de medios de comunicación y de periodistas respondieran. Desde luego, sobre la base de fomentar una reflexión mas que improperios. Por eso mismo, acompaño las, a mi modo de ver realidades, con las respectivas inquietudes.
1- Como en otras industrias, la economía de mercado ( que incluye desde luego a los oligopolios mediáticos de los cuatro cacaos dueños de los medios en Colombia) ha afectado a los medios de comunicación tradicionales , que están en su mayoría naufragando, con un pié en el agua y otro en los vacilantes barcos. ¿qué los reemplazará ante realidades como la velocidad y la inmediatez?
2- Por ahora se observa que los medios de comunicación colombianos están sobretodo dedicados a desprestigiar a las redes sociales ( lo cual no quiere decir que no se lo merezcan). No han encontrado modelos sustitutos ( como las suscripciones por contenidos de calidad).
3- ¿Qué diablos es hoy el pluralismo mediático? ¿Será, como lo entendió la era Abutilen, dando migajas a todos para que todos se queden contentos con su mediocridad? ¿ No se necesita mas bien una política pública que impulse la entrada de nuevos medios digitales periodísticos modernos? Por fortuna, con la ministra terminó cayéndose la propuesta de repartir unos milloncejos a diestra y siniestra para “colaborarles” al salto digital .
4- En el ciberespacio y por supuesto cuando el papel desaparecerá, ¿seguirá la pauta publicitaria mordiendo los ya de por sí escasos contenidos investigativos con descaradas intromisiones de avisos que van exasperando también en el ciberespacio, a los lectores, a los radio escuchas y a los televidentes, contribuyendo al naufragio ?
5- ¿Cambiará de mentalidad mediática el país, reconociendo los retos cada vez más necesarios, cuando unos sectores retardatarios siguen hablando del fascista "Estado de opinión"? ¿Se inventarán apuestas regionales innovadoras?
Queda abierto el debate
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